«Amantes redimidos», capítulo 4, «Roto, apaleado y marcado», parte 2

Hey, unas horas antes de lo prometido ^^Antes de enrollarme, una recomendación: Daggher y otras colegas piradas por La Hermandad de la Daga Negra han puesto en marcha un fanblog para mantenernos a todas al día de las novedades de nuestros chicos en castellano ¡Que no sólo hay vida en el mundo inglés! Entre otras perlas, tienen recopiladas todas las citas-avance que ha ido soltando JR Ward de «Lover Mine» *corre en círculos* ¡Echadle un ojo aquí!

Ahora, en cuanto a «Amantes redimidos». Sé que esta parte es escandalosamente larga, pero quería ceñirme al argumento que tenía planeado para ella y reservar la parte 3 para los palos 🙂 Tiene más cuota de pantalla para nuestro trío calavera preferido de jovencitos, que habían estado gritándome y pidiendo meterse en lí…, esto, tener más papel ^^; Hay una escena entre Rhage y Phury que puede parecer extraña, pero sirve para explicar el estado mental en que se encuentra Phury, que será importante para entender sus reacciones en la parte 3.

Una seria advertencia ahora. En esta parte, Vishous habla del macho que, en su opinión, violó en el campamento de su padre. Siempre me ha parecido una escena muy interesante desde el punto de vista de cómo marcó la psicología de V (esa escena y todas las que tuvo que presenciar antes como pretrans). Aquí no describo la violación, no es algo con lo que disfrute ni tiene interés per se, pero V habla de ella con palabras muy duras que podrían herir la sensibilidad de alguien. Sólo tened en cuenta que es importante para conocer algo más al personaje y para entender lo que significa para él la relación con Butch y lo inseguro que le hace sentir. Os recordará un poco a la conversación entre Butch y V en el gimnasio en “LU”, pero aquí uso ese acto más para explorar por qué Vishous es como es en el sexo que como una confesión aleatoria.

Respecto a Butch, aquí tenéis explicadas sus Dos Conclusiones. Sé que querréis asesinarle en algún momento, pero intentad entenderle. Lo que ninguno de los dos harían nunca, o intentarían evitar a toda costa, es joder su amistad. Esa cautela es lo que, paradójicamente, a veces les hace decir lo menos apropiado.

En cuanto a la parte 3, dadme tiempo. Tengo escritas las escenas V/Butch pero habrá mucha acción con muchos personajes involucrados desde diferentes ángulos y eso tengo que redactarlo desde cero.

Por algún motivo, a esta parte le he puestomás imágenes de lo usual *.* No he podido resistirme a poner unas fotos de dos chicos que me parecen perrrrrfectos para Quhinn y Blay, extraídas de un vídeo de youtube. Si sabéis quienes son, ¡por Dios decídmelo que nos buscamos el álbum de fotos entero! XD Hala, ya me direís (porfiporfi) qué os parece el capi ^^

POST EDITADO: La ALUCINANTE, EMOTIVA Y SORPRENDENTE imagen que encontraréis insertada en el capítulo es obra de Silvia Resendiz Alvarado, una artista como la copa de un pino que, todavía no sé por qué, ha invertido su tiempo y su talento en crear esta maravilla inspirada por el capítulo, además de otras dos imágenes BRUTALES que encontraréis en el capítulo 6 de este mismo fic. Por favor, echadle un vistazo a su blog AQUÍ porque tiene, además de éstas, otras maravillosas imágenes de La Hermandad. ¡¡GRACIAS!!! Se queda corto, pero es lo único que puedo decirte.

Para leerla en el blog:

CAPÍTULO 4. ROTO, APALEADO Y MARCADO. PARTE 2

-¿Estás seguro de que esto es buena idea, John? Ya oíste lo que nos dijo Butch. Y a ti te falta poco para la transición.- Qhuinn se pasó una mano por el pelo de punta, contemplando a su amigo con la preocupación en los ojos dispares-. Siento hacer de aguafiestas pero, por una vez, sería mejor quedarnos en casa.

John frunció el ceño y negó con la cabeza mientras caminaba por la ancha acera con tanta contundencia como le permitían sus pequeños pies. Sintió que Qhuinn intercambiaba una mirada con Blay, que le flanqueaba por el otro lado, y que el pelirrojo se encogía de hombros. John se paró en seco y empezó a mover las manos.

“Mirad, ya sé que soy gilipollas, ¿vale? Pero ayer estaba deseando que Rahg se fuera al otro barrio y hoy ha desaparecido. Ninguno de sus colegas va a mover un dedo para ayudarle y los Hermanos tampoco, porque no se meterán en líos con la glymera…”

-¿Así que tú quieres tener la conciencia en paz y por eso vamos a meter las narices justo donde Butch nos dijo que no las metiéramos?- las cejas claras de Blay se dispararon hacia arriba.

“No tenéis que venir si no queréis”

-A la mierda, John, claro que vamos.- Qhuinn se subió el cuello de la americana de cuero-. Y respetamos tu nobleza, ¿vale, amigo? Sólo que parece que ésta no es la mejor noche para jugar a los detectives.

“No creí que serías tú quien haría de voz del sentido común”. John manoteó furiosamente y luego se mordió la lengua. Estaba que saltaba, como si tuviera culebrillas de fuego bajo la piel. “Joder, siento haber dicho eso”.

Qhuinn se encogió de hombros y los piercings de sus orejas brillaron a la luz de una farola.

-Razón no te falta. Pero esa mala leche anuncia que estás cerca del cambio. Y ése es un mal momento para que te pille en la pista de una disco, créeme. Sólo vamos a ser prudentes, ¿OK?

“No pienso buscar pelea, sólo a echar un vistazo por los garitos por dónde se mueven Lash, Rahg y sus colegas, ¿vale?”

Los otros dos se miraron y Blaylock alzó las manos con las palmas hacia fuera. Al  menos, habían conseguido dejar el coche en un aparcamiento de varias plantas cerca de la avenida. Si las cosas se ponían feas por lo que fuera, uno de ellos podría sacar a John cagando leches de allí y el otro desmaterializarse para pedir ayuda o una transfusión de sangre. Suponiendo que fueran capaces de desmaterializarse después de una paliza de cuatro horas a manos de Zsadist. Dios, a Blay le dolían partes del cuerpo que ni siquiera sabía que existían. Pero los amigos eran lo primero.

-Tú guías, colega.

“Empecemos por los pubs”.

OOO

Dos veces en dos días. La catedral de Saint Patrick empezaba a parecer una extensión de su casa, pensó Butch. Habían encontrado una floristería abierta de camino donde habían comprado un ramo. No tenía ni idea de qué flores eran, no distinguía las rosas de las amapolas, pero eran bonitas y coloridas. Cogió un florero que había a los pies de la estatua de la Virgen con el Niño, tiró las flores resecas a la papelera y colocó su ramo fresco.

-Le gustaban los colores. A mi madre. Hasta que Janie murió.- musitó, con los ojos fijos en el Niño Jesús-. A partir de entonces sólo vistió de luto. Pasó de ser una mujer que hacía tartas de manzana cuando mi padre no estaba borracho a un fantasma vestido de negro, sentada en una mecedora en la salita de una residencia. No decía palabra.

Vishous, de pie contra una de las paredes de aquella pequeña capilla lateral del templo, cruzó los brazos sobre el pecho, mirándose.

-Por eso no te gusta el negro integral.

Butch se encogió de hombros y luego encendió una diminuta vela blanca con las cerillas que el cura había dejado en el atrio donde ardían decenas de velitas idénticas. Se sentó en un banco, con los ojos fijos en la estatua, y, por la manera en que se movían sus labios, V supo que estaba rezando. Él preferiría cortarse la lengua antes de rezarle a la Virgen Escribana. Pero, claro, la Virgen Escribana era su maldita madre. Iba a vivir para siempre, si la raza no se extinguía antes. Y le iba a joder la vida hasta que él muriera primero. Suspiró con fuerza, pensando que incluso le había quitado el consuelo de poder rezarle a un dios.

-No voy a tardar mucho.- Butch murmuró sin girarse.

V miró al poli y meneó la cabeza.

-Lo que necesites. No iba por ti.

Butch movió los labios en silencio durante un buen rato, sosteniendo con la mano derecha la cruz de oro que llevaba colgada al cuello desde que los restrictores lo habían abducido. En aquel momento, Vishous le envidió. A pesar del dolor, el poli había tenido una madre de las que nacen, crecen, se reproducen y mueren. Normal. Apretó los labios, deseando poder encender un cigarro.

-¿Sabes?- Butch murmuró por lo bajo-. La última vez que la vi más o menos cuerda aún no había perdido la esperanza.

-¿De qué?- Vishous aterrizó de su propio “Dentro del laberinto” con un parpadeo.

-De que algún día la oveja descarriada de la familia aparecería en una barbacoa con una bonita chica, un anillo de oro, un trabajo del que se pudiera hablar en la mesa y un par de críos. El ideal de la perfección del clan O’Neil.- Butch torció el gesto-. Pero mis hermanos me conocían mejor. Sabían que era como mi padre. Un bastardo alcohólico que nunca llegaría a nada en la vida y que jodería todo lo bueno que tocara.- jugueteó con la cruz entre las manos-. Supongo que tenían razón.

V inspiró, se separó de la pared y se dejó caer en el banco de madera al lado del poli. Le puso la mano en el hombro y lo sacudió.

-Tú no eres como tu padre.- susurró, mirándole a los ojos-. Eres un guerrero por naturaleza, Brian O’Neil, y un buen hombre.- guardó silencio un momento, esperando no cagarla del todo con lo que iba a decir-. Ese ideal de los O’Neil sólo está bien si te hace feliz, si es lo que realmente quieres ¿Lo pillas? No si tienes que abandonar lo que eres de verdad. Si para ser como quiere tu familia tienes que dejar de luchar, de hablar como un camionero y sentar tu culo en el banco de una oficina haciéndote bilis… ¿entonces, qué quedaría de Butch? No creo que exigirte eso signifique que te quieren.

El poli mantuvo la vista fija en aquellos diamantes rodeados de pestañas oscuras durante un largo rato. No podía jurar que Vishous sólo pretendiera hablar de su familia, pero aquello se aplicaba muy bien a su relación con Marissa. Estar con ella habría supuesto el sello en el pasaporte hacia la normalidad del clan O’Neil pero, para conseguirlo, habría tenido que dejar de ser él. Tenía que vestirse con lo mejor para no sentirse como una colilla al lado una reina, tenía que controlar aquella sucia lengua suya para no dejarla en evidencia, formaría parte de un puñado de aristócratas a quien alegremente mataría de una paliza… y tenía que dejar de luchar.

Estar con Marissa, de la forma en que ella le necesitaba y merecía, suponía el tiro de gracia a Butch O’Neil. Ahora la pregunta que tocaba era si él la había amado por cómo era ella o por que el hecho de conseguir que Marissa le aceptara suponía un baño metafórico que limpiaría todos sus años de vida arrastrada y le convertiría, por fin, en la clase de persona con quien su madre había soñado que fueran todos sus hijos. La pregunta era si había usado a Marissa.

Desvió la vista de V y volvió a contemplar la imagen de la Virgen.

Vishous estudió de reojo el perfil abatido de Butch, las mandíbulas apretadas y los ojos fijos en la estatua y supo que el poli había aplicado lo que acababa de decir a ella. Mierda, no lo había pretendido, sinceramente. Su única intención era decir lo que pensaba de los O’Neil, sabiendo que Butch no se lo tomaría a mal porque su familia humana había dejado de importarle hacía tiempo. También coincidía con lo que pensaba sobre su relación con Marissa pero no estaba tan seguro de que su compañero se tomara sus palabras con la misma naturalidad en ese caso. Inspiró y decidió que se imponía un cambio de escenario. Se puso de pie y se reajustó los malditos pantalones.

-¿Buscamos algo de acción o necesitas un rato más?

Butch meneó la cabeza y se frotó la cara con una mano. Como si su cuerpo estuviera recibiendo órdenes contradictorias, empezó a levantarse, luego se volvió a sentar y al final juró entre dientes.

-Mierda, no. Creo que necesito algo más de tiempo, pero no aquí.

-Ven.- V gesticuló hacia el exterior con la cabeza.- Vamos al Escalade.- el poli le miró de reojo un momento y Vishous chasqueó la lengua-. Tengo una petaca de escocés en la guantera.

Las cejas castañas de Butch se enarcaron.

-¿Escocés? Si tú nunca bebes eso.

-Ya. Pero tú sí.- V apretó los labios en una fina línea, negándose a decir nada más, como si ya hubiera vomitado suficiente.

¿Así que el hermano había dejado Lag para él en el Escalade? ¿Expresamente? A pesar de todo, Butch tuvo que sonreír y acabó por levantarse. V seguía con aquella expresión defensiva y, siguiendo un impulso, le envolvió en un abrazo de oso, a punto de romperle las vértebras.

-Gracias por acompañarme, V.- murmuró contra su oído. Mierda, a Vishous se le aceleró el corazón. A él también.

-De nada, poli… de nada.- los brazos de Vishous rodearon la espalda del otro, suspirando en silencio de alivio por que Butch no le hubiera enviado a la mierda por lo que había dicho antes.

El abrazo duró unos segundos, nada más, pero rompió el hielo del contacto físico como una maza de quinientas toneladas. Vishous enlazó el cuello de Butch con el brazo para salir de la catedral y el poli no se separó, caminando con las manos en los bolsillos muy cerca de su amigo.

OOO

El Caldwell Holyday Inn no era precisamente el Hilton, pero tenía sus ventajas. Entre ellas, que las habitaciones pares iban a dar a una calle secundaria del centro de la ciudad donde sólo había coches aparcados, contenedores de basuras, equipos de refrigeración y las salidas posteriores de bares, pequeños comercios y la portería de algún edificio de viviendas comprimido entre oficinas. No eran precisamente las vistas que desearía un ejecutivo que iba a pasar la noche en la ciudad en viaje de negocios, pero M había convencido fácilmente al aburrido recepcionista de que quería tranquilidad absoluta. Abrió la puerta de la habitación 602 con la tarjeta y encendió las luces, satisfecho.

Era la clásica habitación impersonal de hotel de paso que las empresas que no querían gastarse demasiado la pasta pagaban a sus trabajadores cuando éstos tenían que hacer noche en Caldwell por algún motivo. Cama doble, mesitas de noche y escritorio de imitación de madera, televisión en una bandeja elevada en la pared, butaca y mueble bar. Y una horrible falsificación de algún pintor europeo encima de la cama. El baño era probablemente igual de anodino. M cerró la puerta con el pestillo, dejó su maleta con ruedas al lado de la cama, se quitó la gabardina y apartó las cortinas de estampado floral. Perfecto. Las vistas eran justo las que requería: una línea recta de la calle, prácticamente a oscuras a excepción de dos farolas.

Un tiro despejado de, como máximo, 400 metros que le permitiría aprovechar la potencia de fuego del TAC-50.

M torció una sonrisa y se sacó un chicle de menta del bolsillo de la camisa, desenvolviéndolo con parsimonia. No comía desde que le habían convertido en restrictor hacía dos años, pero la dichosa manía de masticar chicle mientras trabajaba era difícil de perder. Tenía todo el tiempo del mundo para prepararse hasta que D le llamara para avisarle de que la presa había entrado en el cepo, pero a M le gustaba hacer las cosas con calma. Era como una especie de ritual, de preparación mental. Volarle la tapa de los sesos a alguien con un solo disparo no se hacía así como así.

Movió el escritorio hasta encajarlo con la ventana, asegurándose de que las patas se asentaban firmemente sobre el suelo, retirando todos los papeles de propaganda de los servicios del hotel. Perfecto de nuevo, justo a la altura necesaria. Puso su maleta encima de la cama y la abrió. Debajo de varias camisas y pantalones –sus únicas mudas, en realidad-, estaba la caja con el TAC desmontado por piezas ¿Otra cosa buena de los hoteles modestos? No tenían detector de metales.

Colocó la caja encima del escritorio, arrimó una silla, se sentó y procedió a montar cada una de las piezas de aquella Muerte a Distancia, como les gustaba llamarlo en el Ejército. Era una pena que no hubiera podido conservar su antigua arma cuando le habían enviado a casa de una patada en el culo. Su viejo rifle tenía… alma. Y para un francotirador era importante sentirse conectado con su extensión armamentística.

Cañón, culata, mirilla –limpió el visor nuevamente-, bípode… Probó la estabilidad del conjunto encima del escritorio. Inmaculada, mucho mejor que en varios trabajos que había hecho en montañas polvorientas de Oriente Medio. Cuando tuvo el TAC reconstruido procedió a cargarlo poco a poco, proyectando mentalmente parte de su puntería en cada una de aquellas cinco balas. No tenía sentido gastarse el dinero en más. Si un francotirador tenía que disparar más de dos veces es que había fracasado.

Apagó la luz y recolocó el rifle al milímetro, escrutando la calle con los matices verdosos del visor nocturno. Calificó el trabajo como fácil. En cuanto uno de sus colegas restrictores atrajera a un Hermano a aquella calle, la bala iría directa a su cabeza ¡Pam! Muerto sin que pudiera adivinar si quiera de dónde le había venido el disparo.

M masticó su chicle reflexionando que, bien pensado, el hermano que fuera que iba a palmarla aquella noche tendría más suerte que muchos desgraciados a quienes había visto morir entre gritos de agonía. Y mucha más suerte de la que tendría aquel policía ex humano cuando se lo devolvieran, bien vivo y consciente, al Omega.

OOO

Vishous sólo soltó a Butch cuando llegaron frente al Escalade para abrirlo con el mando. El pequeño aparcamiento detrás de la iglesia estaba desierto y totalmente a oscuras, como si a los curas no les llegaran las limosnas para pagar alguna farola. Cabeceó hacia las dos hileras de asientos de la enorme parte de atrás del jeep.

-Ponte cómodo. Yo hago de camarero.

Butch se dejó caer en el asiento de atrás después de quitarse la gabardina de cuero y apoyar los pies sobre la otra fila de asientos traseros. Era bueno que aquel bicho tuviera ocho plazas. Echó la cabeza hacia atrás, apoyándola en el asiento, mientras V se esforzaba por dejar el abrigo bien doblado en la parte delantera. Metió la llave en el contacto y lo encendió para poner en marcha la calefacción. “99 Red Balloons” rompió la noche con aquellas estúpidas notas de baile de fin de curso cuando se encendió también el equipo de música. V se giró hacia el poli desde la parte delantera con las cejas enarcadas.

-¿No te he enseñado nada en cuanto a música?

Butch le dedicó una caricatura de sonrisa.

-Ya sabes. Los polis nos quedamos estancados en los 80 a la hora de buscar algo que nos anime.

-Mierda, si un día de estos te pillo con Village People pido el divorcio como tu compañero de piso.

-Um, creí que a ti te gustarían. El tipo vestido de cuero es igual que tú con patillas.

-Que te jodan.

-Muchas gracias. Puedes apagarlo. No es que me apetezca mucho la música ahora.

El ronroneo del motor acunó a Butch mientras cerraba los ojos y oía trastear a Vishous en la guantera. Al cabo, el hermano entró en la parte trasera y se sentó a su lado, con una petaca plateada en la mano.

-Servido.

El poli rodó la cabeza sobre el asiento para mirarle con una sonrisa irónica.

-¿Qué te debo, nena?

-Acepto propinas…

Algo en el tono bajo en que lo dijo V hizo que Butch tomara conciencia de nuevo de en qué punto estaban las cosas entre ellos antes de aquel mensaje en el teléfono. Se enderezó y destapó la petaca. La sostuvo un momento entre las manos, en silencio, y luego la alzó hacia el cielo en un brindis. Bebió un pequeño trago y la hizo rodar entre las manos sin mirar a su amigo. Quería hablar. Necesitaba hablar, pero su mente era una olla burbujeando y no sabía si encontraría las palabras que buscaba.

-¿V…? –empezó, vacilante.

-¿Mmm?- Vishous le miró muy despacio de reojo, adivinando de qué iba a hablar el poli y temiéndolo como la mierda.

Butch no paraba de enviarle señales contradictorias acerca de lo que quería o no con él y V había decidido cerrar la boca hasta saber qué terreno pisaba.

-Sobre anoche…- Butch meneó la petaca entre las manos, inspiró y al final alzó la cabeza para mirar a Vishous a la cara-. Me alegro de que me lo enseñaras.- se llevó un dedo a la sien-. Lo que tú… ya sabes. Me alegro.- frunció el ceño-. Los secretos no me van. Prefiero que me tiren las cosas a la cara, por…- peleó en busca de la palabra.

-¿… retorcidas que sean?- acabó V por él, torciendo el gesto.

-No, por complicadas que sean.- el poli jugueteó con el tapón de rosca-. Prefiero saber a qué atenerme. Lo que no puedo soportar es que cierres el pico y dejes de hablarme porque creas que es mejor para mi alma pura y virginal que no sepa lo que tienes en la cabeza. Me vuelve totalmente neurótico.

Vishous enarcó las cejas.

-Si lo llego a saber le pongo sonido a las imágenes…

-No hacía falta.- el poli carraspeó, rascando la petaca con una uña-. En cuanto a lo que pasó después…

Butch se lamió los labios, guardó silencio y V estuvo a punto de sacudirle por el cuello para que continuara. Pero el irlandés siguió callado, como si peleara por hablar con una losa atragantada. Al cabo, Vishous inspiró fuerte.

-Si intentas volver a decirme que te gustó no hace falta. Pude notarlo.- comentó con ironía, intentando quitarle hierro al tema. Exactamente contra mi bragueta…

El poli le miró de reojo un segundo.

-Me gustó. Cada segundo, es estúpido negarlo. Vale, también me acojoné en algún momento. Pero lo deseaba y lo disfruté. Es mi Primera Conclusión.- confesó en voz baja.

Vishous sintió que la carne se le ponía de gallina. Esperó hasta asegurarse de que no le temblaría la voz.

-¿Tu primera conclusión? ¿Hay más?

Butch cabeceó.

-Ajá. Dos, imagínate. Estuve pensando un buen rato.- movió la mano como si espantara malos espíritus-. Intentando hacerme una idea de todo. Y eso es lo primero que saqué en claro.

La conclusión completa es que era gilipollas, aunque para eso tampoco hacía falta pensar mucho. Porque no había sido capaz de admitir que deseaba a V hasta que la cosa le había estallado en las narices. Había habido algunos momentos, en los meses que hacía que compartían vida, en que Butch había estado a punto de reconocerlo de forma consciente, pero no lo había hecho porque había tenido un foco más importante -y más fácil de asumir- para su atracción sexual. Pero ahora que ese foco había desaparecido, lo que le provocaba V había subido a la superficie ¡Plop! Como una boya luminosa.

A pesar de que el miedo le había puesto los pelos de punta en varios momentos, aquellos instantes de lengua, gemidos y abrazos le habían provocado la oleada de calor más bestia que recordaba en años. Fuera de la escala Fahrenheit. Había sentido algo parecido con Marissa, muy parecido, pero con ella había estado mezclado con delicadeza. Con ella se había atado en corto para no asustarla, para no hacerle daño, para no ofenderla, con la presión de hacerlo… bien. Con V no. Con V parecía que fueran dos coches de carreras de Indianápolis chocando el uno contra el otro mezclado con el exotismo de lo desconocido y con la familiaridad más profunda.

Y, para su mayúscula sorpresa, era lo que menos le costaba digerir. Estaba tan claro –gracias al altavoz que era su polla totalmente dura- que era incapaz de inventarse ninguna excusa para negarlo, aunque le asustaban como el demonio las escenas de porno gay que le venían a la mente.

-¿Y la segunda conclusión?- Vishous jugueteó con el nudo flojo de la corbata hasta deshacérsela del todo. Conocía aquella mirada acosada del poli. Significaba malas noticias.

Butch se mordió el labio. Jugó con la petaca. Tomó un sorbo.

-La Segunda Conclusión es que… sigo sin saber por qué. Bueno, tengo alguna pista.- Butch tomó aire, deseando tener la suave oratoria de Phury en aquellos momentos. Por Dios que no la cague, por Dios…– Lo que quería decirte es que… bueno, yo quería que pasara. Pero no sé del todo por qué, si sólo… mierda, V, no creo que tenga que volver a pasar.- soltó de corrido-. Tú… tú sientes eso por mí y yo no sé… no quiero hacerte daño.

OOO

-Te has aficionado bastante a los martinis. Este es el segundo desde que hemos entrado ¿Problemas de hidratación, hermano?

Phury se encogió de hombros, sin mirar a Rhage apoyado en la barra del pub con su zumo de piña con pajita. No, problemas mentales, pero tampoco hacía falta compartirlo todo.  Al final, sólo había podido fumarse un rojo antes de salir de la mansión y eso, junto con dos martinis, era del todo insuficiente para mantener amordazado al brujo que hablaba en su cabeza. Aquella noche se notaba lo más parecido a una bala perdida: deseando encontrarse con restrictores para ser disparado y estrellado a toda velocidad contra una pelea. Cabía la posibilidad de que le hirieran y le dejaran fuera de combate el tiempo suficiente para poder disfrutar del silencio en su cabeza. Por un momento, consideró la posibilidad de volarse los sesos para que aquella maldita voz se callara pero luego pensó, con la lucidez que da estar desesperado, que a lo mejor no tenía tiempo de paladear el silencio antes de sus neuronas se desconectaran para siempre.

-Esa rubia te está mirando desde hace rato. Yo creo que tu melena y tus pantalones de cuero le están dando un calentón.

Phury ni siquiera se giró. Permaneció con los codos apoyados en la barra mientras Hollywood, de espaldas, le daba un codazo en las costillas. Habían decidido hacer tiempo en aquel bar de diseño futurista mientras Butch y Vishous estaban en la iglesia. Definitivamente, no era el tipo de local que frecuentaban. Rhage había entrado dos veces en el lavabo de señoras antes de encontrar la puerta correcta en el laberinto de espejos y paneles ahumados ribeteados con luces de neón azul.

-No me interesa.- murmuró por lo bajo al comentario de Rhage, jugando con la bebida-. Lo más probable es que te esté mirando a ti, además.

-Nop, le molas tú, te lo aseguro. Y yo estoy cogido. Felizmente.- el enorme rubio alzó el vaso con el zumo en un brindis al viento.

Al cabo de unos segundos, Phury habló sin levantar la vista del ancho vaso de su bebida.

-Me alegro por ti, ¿sabes? Por que hayas encontrado a tu hembra.- dio un largo trago al martini-. Ojalá todos pudieran tener tu suerte.

Rhage frunció el ceño y se giró hacia el hermano, imitándole con los codos sobre la barra.

-¿Pudieran? ¿No te incluyes? ¿No te gustaría tener una shellan algún día, como tu gemelo?

Phury torció el gesto mientras removía el combinado con el palillo, aceituna pinchada incluida. Hollywood no había perdido el toque, seguía diciendo lo más jodido en el peor momento. Una imagen de Bella tal como la había visto durante el desayuno le sonrió con sensualidad.

-No creo que eso sea para mí.- susurró, tan flojo que no supo si Rhage lo habría oído-. Pero me alegro de veros felices. Y lo siento por Butch. Me gustaba Marissa para él. Al menos V tendrá su propósito también, aunque no sé lo que piensa al respecto.

-¿Estás de coña?- Rhage enarcó las cejas-. Le está matando. Esa mierda de las Elegidas no es para él. Joder, si lo pienso no es para nadie. Pero para él menos. Ya sabes… por sus gustos.

Rhage había dicho aquello como si estuviera sugiriendo algo horrible, como que V les robaba los caramelos a los niños en Halloween o algo peor. Phury tuvo que sonreír. Vishous podía tener unos gustos extraños, sí, pero ¿quién era él para juzgarle? Él, a quien se la ponía dura dibujar a la hembra embarazada de su hermano. Que tenía esbozos con Bella desnuda debajo de él hechos ceniza en la chimenea de su habitación. Movió los hombros bajo la gabardina de cuero. Joder, necesitaba una pelea. Prácticamente rezaba por una. Al menos, Butch iba a ser su pareja de patrulla, lo cual elevaba las posibilidades de encontrar restrictores. La imagen del poli enlazó con la conversación que mantenía con Rhage.

-Parece que Butch lo está llevando mejor, ¿no?

El gigante rubio apuró su zumo de un trago.

-Bueno, hace unos días V se quejaba de que lo ignoraba. Ya sabes, al estilo de Vishous, con los labios apretados y esa… esa expresión en los ojos.- Rhage se esforzó por poner expresión de Lobezno cabreado y consiguió que Phury riera por lo bajo-. Luego fue Butch quien se quejó de lo mismo. Pero ahora vuelven a estar como siempre… creo.

-¿Crees?- Phury sacudió la cabeza, apartándose un mechón largo de los ojos.

-Bueno, quiero decir que hoy parecían… ¿felices o algo así? O sea, que cuando estás con ellos es como si les rodeara una enoooooorme –abrió los brazos- burbujita invisible que te va empujando fuera de la habitación. No sé, es raro. Es como siempre pero… más bestia.

-¿Qué estás queriendo decir?

Rhage lo miró parpadeando.

-¿Yo? Nada, ¿qué crees que estaba queriendo decir?

La expresión de total inocencia de Rhage acabó de convencer a Phury de que realmente no estaba insinuando que hubiera algo raro entre V y Butch. A fin de cuentas, era imposible. Aún recordaba cuando el poli le había preguntado si era gay. Cierto que probablemente no le habría importado si hubiera sido cierto, pero no parecía una opción que Butch pudiera considerar para sí… ¿verdad?

Phury se removió inquieto un instante mientras Rhage seguía en voz baja el ritmillo pop de la música ambiental, desafinando como un elefante con resfriado. Había deseado que Butch y Marissa acabaran bien, desde luego. Pero, siendo el cabrón egoísta que era en el fondo, Phury tenía que admitir que encontraba consuelo en que alguien más, alguien con quien se sentía cercano, como Butch, estuviera en su misma situación.

Y, siguiendo con las confesiones inconfesables, tenía que admitir también que le pondría los pelos de punta que V y Butch tuvieran algo y fueran felices con ello. Porque querría decir que un hermano que estaba en el polo opuesto de él, con gustos peculiares y más raro que un perro verde habría encontrado la felicidad que a él se le resistía. Le hacía sentir un débil bicho raro atrapado para siempre en la soledad de la telaraña del hechicero que hablaba en su cabeza. Desvió la mirada hacia el exterior a través del cristal ahumado del pub, sin reconocer a tres chavales, dos enormes y uno bajito en medio, que caminaban por la acera en aquel momento.

Oh, ¿no me digas que creías que ibas a poder librarte de mí?, apuntó la oscura voz del espectro en su cabeza. La Muerte es lo único que romperá nuestra pequeña alianza.

Sí, la Muerte ¿Y no tenía el trabajo ideal para atraer a la dama de la guadaña?

OOO

Butch supo que, efectivamente, la había cagado en cuanto los ojos de V brillaron en la oscuridad. Vishous tomó aire por la nariz y se dio la vuelta de golpe, con la mano sobre la palanca de la puerta, dispuesto a salir del Escalade hecho una furia. Butch prácticamente se tiró en plancha a través del asiento para cogerlo por el brazo y estirar de él, impidiéndole la huida.

-¡Vishous! Deja tu culo en el coche, maldita sea, estoy intentando explicar…

V se inclinó hacia Butch, pegando el rostro al del poli. Sus colmillos se habían alargado.

-No me insultes creyendo que soy tan débil como para hacerme daño por no saber por qué deseabas aquello.- su voz parecía el gruñido de un lobo- ¿No quieres que vuelva a pasar por qué no eres un pervertido? Bien ¿Porque estás enamorado de ella? Perfecto. Joder, acepto cualquier motivo. Pero nunca, jamás, digas que no quieres nada conmigo porque crees que no podré soportarlo cuando al final me digas que no quieres seguir.- V retiró el labio superior, mostrando los colmillos-. Nunca creí que me faltarías al respeto así.

Butch parpadeó un momento y, cuando el hermano volvió a moverse para salir del coche, le apretó más el brazo hasta que los ojos blancos volvieron a girarse hacia él.

-Lo has entendido todo justamente al revés, pedazo de imbécil.- le sacudió por el brazo antes de soltarle-. Si te he dicho eso no es porque yo… porque yo no quiera que vuelva a pasar, ni porque crea que eres un pervertido. Es porque te respeto, cabrón cabeza cuadrada.- sus cejas oscuras formaban una línea única-. Porque nunca, jamás, te insultaría estando… -se le acabó el aire y tuvo que dar una boqueada-… estando contigo en cualquier sentido sin que tú pudieras saber que es al 100%, que es porque… porque comparta tus sentimientos. No te mereces menos, V. No te mereces que nos… um, hagamos esas cosas sin que los dos estemos al mismo nivel aquí.- se golpeó el corazón con un puño-. Eso sería denigrarte. Antes prefiero cortarme una mano. No, las dos.

Vishous contempló al poli como un diccionario en blanco. Sin palabras. Parpadeó. Butch tenía aquella expresión que le recordaba a un crío esforzándose por hacer buena letra: el ceño fruncido, los ojos entrecerrados. Sincero, también.

-¿No quieres que se repita porque crees que me insultas por no sentir lo mismo? ¿Crees que no es suficiente con cualquier cosa que venga de ti?- el énfasis en la última palabra sugería que Butch era como ganar el Gordo de la lotería.

El poli suspiró. Vale, todo aquello era un lío de mierda, pero había algo positivo. Vishous le estaba escuchando. Se retiró el pelo de la cara con una mano que temblaba.

-Porque antes que nada tú eres mi mejor amigo. No, mierda, eres mi rahlman, eres esa… esa parte de mí que no sabía que estaba en el mundo ahí afuera hasta que nos encontramos. Puedes llamarte hermano, amigo especial, me importa una mierda la etiqueta que te pongas-. Butch había dejado de vacilar-. Esto va a sonar a mariquita, pero no quiero joderlo. En condiciones normales no soy precisamente el Hombre del Año, las relaciones no se me dan bien. Siempre acabo fastidiándolo todo. Pero, además, esto…- señaló con el dedo a los dos-… esto es más, ah, complicado de lo que he tenido hasta ahora ¿Puedo decirte algo brutalmente sincero?

Vishous levantó las manos en un “por favor, no te cortes” gestual y apoyó una pierna sobre el asiento. Iba a necesitar reanimación cardiopulmonar después de aquella charla.

-No quiero tener que darme cuenta al final de que te estoy usando para superar lo de Marissa.- Butch lo soltó todo en una única exhalación-. Hay algo… algo entre tú y yo. Supongo… -cambió de postura por enésima vez-… mierda, sí, es cierto, lo hay. Pero jamás experimentaría contigo el lado arco iris de la vida sin estar seguro de que puedo darte algo real. En ese sentido es cuando digo que te mereces más.

V se llevó la mano enguantada al centro del pecho al sentir un aguijonazo de dolor. No, no sólo de dolor. Estaba conmovido, él, el trozo de piedra más fría de la Hermandad se sentía como una masa sin consistencia después de oír aquello. Primero porque, implícitamente, Butch acababa de decirle, aunque cada palabra le hubiera costado un dolor físico, que quería algo con él. Lo que fuera, cualquier cosa. Para Vishous aquello ya era como una visión celestial. Y, segundo, porque le respetaba hasta tal punto que no le pondría un dedo encima si creía que no le estaba dando algo lo bastante bueno, honesto y entregado como lo que creía que merecía. Joder, como si sólo con lo de anoche no le hubiera dado ya más que nadie en su puta vida. Y él haría lo mismo. Por mucho que le doliera el cuerpo entero no le tocaría un solo pelo si Butch no le daba permiso.

¿Eran o no un par de gilipollas?

Mierda, iba a ponerse sentimental. Más. Entre haber abierto la lata cerrada al vacío de sus sentimientos la noche anterior, el abatimiento del poli por la muerte de su madre y aquella ducha de respeto totalmente inmerecida, V sintió la necesidad de hacer algo increíble. Compartirse o, mejor dicho, compartir parte de lo que había sido su vida con Butch. El poli había vuelto a dar un trago y miraba por la ventanilla.

-Butch…

-¿Qué?

-Mírame.

El irlandés suspiró y se giró, sentándose de medio lado en el asiento como una pista de tenis del Escalade para mirar a Vishous. El hermano estaba igual que él, con una pierna doblada, la otra estirada y la espalda contra la puerta. En la oscuridad de la noche y del jeep, aquellos ojos parecían dos faros.

-No tienes que explicarte. No tienes que darme ningún “por qué”. Si te hace sentir mal, entonces lo de anoche no se volverá a repetir.- se pasó la mano por el pelo, hablando con voz ronca-. Pero prométeme una cosa, ¿sí? No te niegues a ello porque creas que merezco más. Mierda, no tienes ni idea de lo distinto que fue, de lo que representó para mí comparando con…- V apretó la mano derecha en un puño, haciendo crujir el cuero, y se dio varios golpecitos en los labios. No siguió hablando hasta un momento después-. Tampoco voy a cruzar ningún límite que tú no quieras ¿Confías en mí?

-Con mi vida.

Butch carraspeó y volvió a bajar la vista al asiento de cuero. Intentó añadir algo más, algo un poco más elaborado y más inteligente, pero V abortó cualquier intento hablando otra vez.

-Y gracias.

El poli levantó la vista, parpadeando. Vishous estaba de perfil, con la vista perdida en la ventanilla trasera. Parecía un modelo, con la americana desabrochada, varios botones de la camisa abiertos y la corbata floja.

-¿Por qué?

El silencio se alargó varios segundos.

-Por venir anoche a decirme que no te había besado yo.- se pasó la mano enguantada por los ojos, sin desviar la cara de la apasionante ventanilla trasera-. Es… mierda, es importante saber que aún tengo control sobre mí.- torció la perilla en un gesto de desprecio autodirigido-. Y por lo que pasó luego.- no hacía falta especificar mucho más-. Así tendré algún buen recuerdo para guardar cuando… Joder.

La última palabra sonó como un latigazo autoinflingido por hablar demasiado y Vishous paseó la mirada por medio Escalade sin saber dónde posarla que no fuera la estatua de piedra en que se había convertido Butch. Cambió dos veces de postura y acabó por apoyar el pie de la pierna que tenía doblada en la tapicería y el brazo encima, con la cabeza baja.

El poli le miró fijamente un buen rato con la sensación de que un globo de calor había estallado en su pecho, mezclado con una buena dosis de tristeza y de ira por lo que la Virgen Escribana había decidido. No quería. Mierda, no quería que V tuviera que ser el Gran Padre. Aquello cada vez le gustaba menos y por motivos cada vez más personales. Tomó otro trago y meneó la cabeza.

-¿Por qué yo, V?- musitó al cabo, mirándolo entre el pelo que le caía sobre los ojos.

El hermano levantó la cabeza y sus ojos eran un torbellino. Demasiadas emociones para interpretarlas. Miró a Butch como si pudiera memorizar su ADN durante un latido de corazón y luego se giró de lado.

-Asunto mío.

El poli perdió la vista en el exterior, en las luces lejanas de las farolas y los rascacielos. Al cabo, volvió a mirar a su compañero.

-No sé qué has visto en mí. Lo digo en serio.- murmuró con la voz ronca-. He sido humano, he vivido mucha mierda, me he hecho poli para intentar salvar a gente porque no pude salvar a quien quería, he esnifado más coca de la que corre por ZeroSum y mi hígado lleva una etiqueta de Gran Reserva.- enumeró, sin dejar de mirar a Vishous-. Llevo ropa cara porque intento parecer mejor de lo que soy, tenías mucha razón. Aspiro a todos los restrictores que puedo porque creo que tengo que demostrar que merezco estar aquí, para seguir estando en el único lugar al que siento que pertenezco. Mierda, V, sólo soy un proyecto de “me gustaría ser”.- dejó que su expresión demostrara toda la porquería que había en su rincón de complejos particular- ¿Qué coño ves en mí?

Vishous le miró fijamente en completo silencio durante varios segundos, apretando los puños. Echó el cuerpo hacia delante un momento pero luego volvió a apoyarse hacia atrás, contra la puerta. Inspiró y su pecho se dilató bajo la camisa.

-¿Sabes cuál es tu problema, poli?- habló en voz muy baja, grave-. Que siempre crees que necesitas cosas de película Disney para ser mejor sin ver que lo que eres ya es bueno.- su voz tenía un peculiar tono intenso y los ojos blancos brillaron- ¿Puedo ser brutalmente sincero?- preguntó con ironía. Cuando Butch asintió, continuó con una mueca torva-. No necesitas ropa cara, una princesa y hacerte el héroe para ser un macho de valía. En el mundo real ya lo eres, sólo que no te das cuenta, jodido tarado.

Ambos se miraron con fijeza unos segundos y Butch sintió algo muy extraño en su pecho que se trasladó a sus ojos en forma de punzada. Si lo hubiera hecho alguna vez en su vida, se habría dado cuenta de que eran ganas de llorar. Guardó silencio luchando contra todas aquellas emociones hasta que pudo hablar sin vacilar.

-Eres un imbécil.- acabó por decir, aunque su voz era suave. Vishous se giró hacia él con una mirada asesina-. Habló el libro de autoayuda. Tanto discursito y no te das cuenta de que el mismo sermón se te aplica a ti.- el poli sonrió-. Siempre crees que necesitas ser normal, igualito a los miles de millones de personas de este puto mundo, para ser bueno. Que tendrías que ser menos listo, dejar esa mierda de tus sesiones, tus gustos de carne y pescado y que tendrías que dejar de desearme para ser alguien decente ¿Pues sabes qué?- se inclinó hacia V mirándolo por debajo de las cejas-. Ya lo eres, hermano. Estar a tu lado es un regalo. Menos cuando me robas los calcetines del cajón, no creas que no me he dado cuenta. Y cuando te da por no abrir boca. Y también cuando dejas las colillas en el cenicero hasta que se biodegradan. Excepto por eso… eres un regalo.- se apoyó otra vez contra la puerta de su lado, bebiendo un trago de Lag.

 

OOO

Estaba claro por qué a Lash, Rhag y a los demás gilipollas hijos de nobles les gustaba venir de vez en cuando a Passion, pensó Blaylock mientras removía su Mimosa con una pajita. Al camarero casi le había dado un soponcio cuando había pedido cerveza. Se había tenido que conformar con aquella cosa chispeante mezclada con zumo de naranja. Y no sólo las bebidas convertían aquel garito en lo más para los nobles. Echó una ojeada por encima del hombro a la pista de baile, acuchillada por los lásers, y a los reservados oscuros entre las columnas, velados por la niebla. Decenas de chicas humanas se atusaban las melenas apoyadas en columnas, intentando atraer al ligue de la noche a aquellos rincones.

Y Qhuinn parecía ser el premio gordo del sábado.

Blay suspiró con fuerza al ver a su amigo rodeando la cintura de dos chicas, que se inclinaban para susurrarle al oído con las manos de uñas largas apoyadas en su pecho. Qhuinn hacía esfuerzos por no sonreír demasiado ampliamente y evitar revelar sus colmillos pero ese era el único esfuerzo de contención que parecía dispuesto a hacer aquella noche. Mirad a la voz del sentido común. Una de las humanas, con una larga melena castaña y un minivestido de satén negro, le empujó juguetonamente detrás de una columna. En ese momento, Qhuinn levantó la cabeza y sus ojos se trabaron con los de Blay a través de la distancia.

Lo sabía. Qhuinn sabía perfectamente que Blay se moría por estar en lugar de alguna de las zorras con que se acostaba cada vez que salían. Le había pillado mirándole con cara de cordero degollado demasiadas veces como para no saberlo ¿Y ahora qué pasaba? ¿Se suponía que le estaba pidiendo permiso para que alguna de ellas se la chupara en un reservado? ¿Y qué si no se lo daba, cambiaría algo? No. Así que Blay frunció el ceño, le dio la espalda a Qhuinn y se tragó la mitad de aquella mierda naranja helada. Además, se suponía que habían venido a investigar después de no haber encontrado nada en los dos pubs que habían recorrido, no a follar ¿Es que Qhuinn no podía aguantarse ni una noche, ni una maldita y jodida noche?

Una mano le tocó el brazo y se giró hacia John. Su colega tenía el Comospolitan intocado en la barra y el ceño fruncido, además de la mirada algo vidriosa.

“¿Estás bien?”

-De puta madre, eso tendría que preguntártelo yo.- sonrió y señaló la porquería roja que tenía John delante- ¿Cómo? ¿No aprecias los cocktails de la alta sociedad?

“Demasiado sofisticado, gracias. Además, tengo otras cosas en las que fijarme”.

Blay se quedó rígido por un momento, temiendo que John se hubiera dado cuenta de que su pequeño Qhuinn-secreto, pero su amigo sólo se le acercó con aire conspirador de agente de la CIA en misión secreta. Señaló con la cabeza a un tipo larguirucho con el pelo negro que hablaba con un grupo de jóvenes en el rincón de la barra.

“Ese tío no te ha quitado ojo de encima desde que hemos entrado”, gesticuló con cuidado para que nadie pudiera verle, como si cualquier imbécil de allí pudiera entender lengua de signos. “Hay varios tipos que se le han acercado, le han dado pasta, él les ha pasado algo y se han largado al lavabo ¿Tú que crees?”

-Drogas.- Blay podía ser un tipo sano, pero había visto bastantes pelis como para reconocer el patrón- ¿Estás pensando en Rahg?

John se encogió de hombros sin quitarle ojo de encima al posible presunto camello. El hombre pareció notar su mirada y desvió sus ojillos de cuervo avaricioso hacia ellos mientras cerraba un trato.

“Él y sus amigos consumen mierda, lo sabe todo el mundo. Quizás se la vendió ese tipo. A lo mejor se acuerda de si le pasó algo raro a uno de sus clientes”, bajó las manos para gesticular entre ellos igual que si estuviera susurrándole al oído a Blay “Te está mirando porque encajas con un posible comprador con pasta para gastar ¿Por qué no nos acercamos e intentas sonsacarle algo?”

Blaylock miró a John como si al colega le hubiera crecido una peluca canosa y un mostacho de Einstein. Vale, él había estado haciéndose mala sangre con Qhuinn y sus hembras mientras John hacía el trabajo de observar y juntar pistas. Se sintió como un completo inútil. Echó un último vistazo a la zona oscura de columnas, casi echándole la culpa a Qhuinn por distraerle. Obviamente, el maldito playboy no estaba a la vista. Aquello acabó de cabrearle y de darle ánimos. Se acabó el jodido Mimosa de un trago –juro que no vuelvo a pedirme esta mierda-, le pasó un brazo a John por encima de los hombros y se dirigieron hacia el encargado de Passion.

OOO

Vaya, Vishous podría haber sido una estatua griega con dos estrellas por ojos después del discursito de Butch. Se mantuvo rígido como una columna de mármol hasta que empezó a parpadear. Rápido. Luego cambió de postura varias veces. Al final se sumió en el silencio más absoluto. Ni siquiera se oía su respiración.

Un regalo… ¿Cuántas veces había deseado ser un regalo para alguien, mientras se acurrucaba muerto de hambre y de frío en la cueva de su padre? Así alguien le habría querido y cuidado, en vez de dejarle solo a merced de un sádico de mierda. El aire le tembló en los pulmones y decidió que se concentraría en la tapicería de cuero en vez de en Butch. Al cabo, vio por el rabillo del ojo que el poli gesticulaba con una mano.

-Eh, V, acércate.- Vishous enarcó una ceja, mirándole a través del enorme asiento del Escalade y Butch sonrió. Él tendría que ser el que más incómodo se encontrara con aquello pero casi parecía que era al revés-. Es ridículo que hablemos a dos metros como si nos hubiera abandonado el desodorante. No parecemos nosotros dos ¿Por qué no te sientas a mi lado en vez de tener que hablar por señales de humo?

V meneó la cabeza, puso los ojos en blanco y se movió para sentarse al lado de Butch. Sus hombros se tocaban. Vishous suspiró y apoyó la cabeza hacia atrás en el asiento, abriendo las piernas. Él nunca hablaba de sí mismo, o de lo que sentía, con nadie. Tal como le habían criado, aquello sería el equivalente a abrirse en canal, cocinarse y servirse él mismo a las hienas con una manzana en la boca. Pero desde que había empezado a hablar de verdad con Butch, sin intentar disimular lo que flotaba entre ellos, parecía que podía respirar mejor, sin pesos encima del pecho. Cerró los ojos, disfrutando simplemente del calor del poli a su lado.

-Puedes preguntarme lo que quieras.- Butch se aclaró la garganta por enésima vez-. Sobre lo de anoche.- joder, la palabra “beso” seguía resistiéndose como una maldita. Levantó una mano con dos dedos hacia arriba en un juramento de boy scout-. Prometo contestarte con sinceridad hasta donde pueda.

V le miró sin cambiar de postura, con la cabeza hacia atrás. Repasó el perfil del poli, deteniéndose en el pelo que había acariciado hacía sólo unas horas, en los labios que ahora sabía qué tacto tenían… La boca se le movió sola.

-¿Qué sentiste?- porque para mí fue lo más grande en tres siglos.

Butch torció el gesto, como si esperara aquella pregunta. Que era jodidamente fácil de responder, por otra parte.

-Que volvía a ser virgen.

Vishous dejó ir el aire con una explosión y se giró en el asiento para mirar al poli a la cara. Joder, el malnacido conseguía sorprenderle cada vez que abría la boca.

-¿Qué?

Butch se encogió de hombros con una mueca-sonrisa.

-He besado a mucha gente… a muchas mujeres en mi vida. Algunas no significaron nada y otras fueron… especiales. Pero lo de ayer no se pareció a nada. Fue como si alguien volviera a escribir la definición de “beso”.- vale, había dicho la palabra. Bien hecho, chaval-. No sólo porque fue mi primer… eso con un tío. No, el segundo.- cambió de postura varias veces, intentando ignorar la cara totalmente cómica de shock de Vishous-. No sabía… coño, no sabía que se podían sentir tantas cosas. Por cierto, besas como Dios. Y empieza a perder la dichosa costumbrita de mirarme sin parpadear o conseguirás ponerme psicótico.

V desvió la mirada al punto, rogando por llevar bolsitas de hielo en la guantera junto con las armas. Así podría ponérselas por todo el cuerpo. Imitó al poli rebullendo en el asiento y se reprimió de abrirse otro botón de la maldita camisa ¿Besaba como Dios? Espió a Butch entre las pestañas. El muy hijo de perra dio un trago al Lag con una sonrisa de medio lado. Disfrutaba diciendo aquellas cosas de sopetón y dejándole fuera de juego. Bien, él lo había querido. Se inclinó hacia el irlandés hasta hablarle al oído en un susurro grave.

-Cuando quieras otra demostración, sólo tienes que pedírmelo…

Butch casi saltó hasta el techo del Escalade. Parpadeó varias veces y agarró con fuerza la petaca. Vishous empezó a sonreír muy lentamente hasta que los colmillos asomaron. Golpe devuelto.

El poli apretó los labios, sin mirar a su compañero. Mierda, eso le pasaba por creer que podía sacarle los colores a V. El hermano debía haber besado a decenas o a centenares de machos en toda su vida.

-No es cierto.

-¿El qué?- Butch levantó la cabeza hacia él.

-Lo que estabas pensando.- Vishous se señaló la sien con la mano enguantada, indicando que su radar de pensamientos ajenos había funcionado sin querer-. Eres el primer macho con quien… eso. Al menos, eres el primero al que he besado de verdad.- más allá de un choque de bocas para hacer daño.

Aquello atrajo la atención del poli como un imán.

-¿Nunca habías besado a otro tío así? Pero yo creí… Has estado con machos, ¿no?- no había acusación en el tono de Butch, sólo una total, genuina y completa sorpresa. Al ver que V apretaba los labios, apoyó la mano en su brazo en señal de disculpa-. Perdona, no estoy intentando que me expliques tu vida si no quieres, ¿OK? Es que… joder, no lo esperaba.

Vishous le dedicó una de sus miradas-escáner durante unos segundos, luego asintió y rebuscó en los bolsillos de los pantalones hasta sacar el encendedor y el paquete de tabaco. Los meneó delante de Butch.

-¿Te importa?

-Se supone que no la voy a palmar de cáncer, así que…

Butch se esforzó por no hacer sentir incómodo a V mirándole fijamente mientras se encendía un cigarro y exhalaba, cerrando el mechero con un “clic” metálico. Joder, ¿aquel había sido el primer beso real de Vishous con otro tío? El ego del poli se infló hasta límites insospechados y el balón de oxígeno llegó también a su maltrecha seguridad en sí mismo. Al menos, aquello eran aguas desconocidas -hasta cierto punto- para los dos. El silencio duró tanto que se sobresaltó cuando V volvió a hablar.

-¿Recuerdas aquel macho que te dije que violé? ¿En el campamento?

Butch frunció el ceño.

-Sí.

-No me has preguntado por qué lo hice.

-No necesito hacerlo.

Vishous levantó la cabeza hacia él y el poli le miró muy serio.

-Si no te sintieras como una mierda contigo mismo no me lo habrías contado. Así que deduzco que no tuviste elección. No creo que fuera un campamento hippy, ¿no?

Mierda, ¿cómo le conocía tan bien?

-No, no lo era.- V tomó una calada profunda y levantó la cabeza, expulsando el humo en volutas. Era la primera vez que iba a hablar de aquello con nadie-. Si derrotabas a alguien en una pelea, te lo follabas delante de todos. Era parte de la lección. Las reglas. Los ganadores humillaban a los vencidos. Así aprendías a no tolerar jamás una derrota.- jugueteó con la tapicería de cuero-. Mi padre me obligó a pelear horas después de pasar la transición.

Butch enarcó las cejas ¿Horas? Él se había sentido como un alien en su propio cuerpo durante días ¿Qué clase de salvaje le hacía eso a su hijo?

-Dime que ganaste.

-Lo hice.- Vishous perdió la vista en el paisaje urbano nocturno como si fuera el túnel del tiempo-. El tipo llevaba un mayal de cadena y yo sólo el palo de una escoba.

-¡¿Qué?!

V no se giró hacia él.

-Mi padre amenazó con que el soldado lo usara conmigo si me vencía. A veces pasaba. Si mi padre creía que el vencido se había comportado como una maricona nenaza decía que no se merecía que el ganador usara su… cuerpo para folllárselo. Dejaba que usaran… cosas.

Butch se remangó las mangas de la camiseta de combate cuando pensó que iba a estallar en llamas de pura mala hostia. Joder, sabía que la vida de V tenía que haber sido un infierno pero aquello… A su lado, las veladas en casa de los O’Neal empezaron a parecerle un reportaje de la familia perfecta. El hermano siguió con la misma voz de estar a kilómetros de distancia.

-Por suerte, gané.- Vishous torció el gesto bajo la perilla y jugueteó con el cigarro.- Y supongo que el soldado también tuvo suerte de que yo usara mi polla. Pero me aseguré de que le doliera. Mientras se la metía pensaba en que el muy hijo de perra, y todos los demás del campamento, habrían deseado que fuera yo quien estuviera abajo. Y muchos habrían usado el palo. Estaba tan cabreado como muerto de miedo.- tenía la sensación de estar acuchillándose él mismo escupiendo todo aquello. Casi tres siglos después y aquel recuerdo seguía siendo una letrina apestosa en su conciencia. Le pesaba tanto como lo que le había costado pronunciar la palabra “miedo”-. Eran las reglas y se sometió a ellas pero… estuvo mal. Mierda, he hecho muchas cosas que estaban en la frontera, pero aquello… fue violación. Vomité en cuanto acabé.

No sabía por qué sentía la necesidad de contarle eso a Butch, quizás para que entendiera completamente lo que había representado para él lo que habían compartido la noche anterior. La diferencia con cómo había sido su vida hasta la fecha. O porque algún rinconcito de autoestima le impulsaba a no dejar que su amigo creyera que era un completo hijo de perra sin corazón.

Un olor, como ondas de ácido sulfúrico, le hizo fruncir el ceño y mirar a Butch. Ira. Pura rabia. Tenía los puños apretados.

-¿Poli?

-¿Alguna vez… alguna vez tú? ¿A ti…?- mierda, no le salían las palabras, parecía tener una pelota de lava roja atravesada en la garganta.

Vishous desprendió un aura tóxica ante el mero concepto de lo que insinuaba Butch.

-Nunca fui derrotado. Aquella fue mi primera y mi última pelea en la arena antes de abandonar el campamento.- aclaró con un rugido y se sintió el macho más feliz del mundo al ver que Butch exhalaba de puro alivio.

-Gracias al cielo.

El irlandés apoyó la cabeza hacia atrás y V supo como si el otro lo hubiera dicho en voz alta que, si hubiera sido él el violado delante de todos los soldados, Butch buscaría a todos y cada uno de los culpables que aún vivieran para despellejarles con las manos desnudas. Pero no le habría tenido en menor concepto. Ni un ápice.

Vishous siempre había creído que, si discutían aquellos temas, Butch acabaría por pensar que era un freak, como hacían todos los demás hermanos, y que se alejaría. No. No sólo no era así sino que parecía que, cuanto más sabía el poli de él, más cerca estaban. Volvió a frotarse el pecho cuando pareció atravesarle un láser. Necesitaba aquello, la expiación de compartir con alguien todo lo que había encerrado al vacío en su cerebro, todo lo que pretendía que no influía en su vida cuando sí lo hacía, a cada momento. Necesitaba que alguien lo aceptara tal como era y con lo que había vivido, que alguien pensara que los culpables, los bichos raros, eran los otros, y no él. Al cabo vio que el poli seguía en la misma postura, con los puños apretados.

Butch contempló el techo del Escalade intentando calmar su propia respiración. Coño, la ola de furia que le había recorrido le había puesto la vista en negro. Sentía el impulso de matar y de desgarrar para proteger a V, de escudarlo con su cuerpo mientras enseñaba los colmillos a todos aquellos sádicos de su pasado como habría hecho con una shellan. Dios, le consumía la necesidad de aplastar a V contra la puerta, de fundirlo con su cuerpo para que todo el mundo supiera que nadie podría hacerle daño, porque él era…

¿…suyo?

La palabra no llegó a ser más que una insinuación susurrada por su cerebro, como si alguien levantara tímidamente una manita desde detrás de un muro sabiendo que le iban a volar la cabeza, pero tembló como una hoja.

-¿Butch? ¿En qué estás pensando?

Vishous le miró con el ceño fruncido, inclinando la cabeza hacia un lado, como si hubiera captado algunas de sus ondas cerebrales. El poli respiró fuerte.

-¿Aquella fue tu primera vez?

-Yup.

La vida parecía empeñarse en joder desde el principio a ciertas personas, pensó Butch.

-¿Os obligaban a ver lo que se les hacía a los vencidos?

-Cada noche.

-Por eso no has besado a ningún macho. Cuando te los follas ves a aquel soldado. Y a todos los que fueron derrotados. Jodes con ellos, los dominas, para vencer el miedo de lo que te podrían haber hecho a ti.

V apretó los labios, buscando el valor para continuar. Notaba la garganta como papel de lija y las entrañas al descubierto. Decidió que era algo que sólo compartiría con Butch por muchos siglos de vida que le pudieran quedar. No podría soportar exponerse así con otra persona.

-Las hembras del campamento eran como cosas en una estantería. Los soldados cogían a la que querían, se alimentaban de ella y se la follaban. Siempre fueron sumisas. Servían para joder y beber.- murmuró-. Los machos eran para enseñar lecciones, para humillar.- aspiró la mitad del cigarro que le quedaba y apretó la colilla en el cenicero que había entre los asientos delanteros-. Supongo que cuando busco un macho es para ajustar cuentas con los recuerdos. Sí, supongo que sí. Me gusta hacerles daño.- exhaló la última bocanada de humo que le quedaba en la garganta antes de girarse hacia un Butch que parecía a punto de transformarse en un dragón de cinco cabezas-. Excepto contigo.- su expresión se volvió más cercana, menos contenida-. Por eso supongo que a veces… me supera.

Justamente por eso, se había echado atrás la noche anterior. Porque V asociaba a los machos con el sexo aún menos que a las hembras. Y no asociaba a Butch con un macho en absoluto, era algo totalmente distinto, nuevo. Un terreno que le hacía sentir como un gigante con pies de barro. Y de lo que no pensaba hablar más aquella noche.

Butch siguió temblando. Al final tendrían razón los psicólogos con aquello de que los padres eran los generadores de los traumas de los hijos. Hablando de amorosos progenitores…

-¿Y tu madre? Quiero decir, ¿hizo algo para… ayudarte?

Un fantasmal brillo blanco se extendió desde la mano enguantada de V por todo su cuerpo, hasta que pareció tener un halo de explosión inminente a su alrededor. A su pesar, Butch se encogió por dentro. Mierda, Vishous nunca le había dado miedo, pero en aquel momento casi le temió. Los ojos parecían los de un demonio en aquella cara dura, resaltados por los tatuajes.

-Mi madre -escupió la palabra con una voz que no conocía- fue quien me dejó en el campamento.

Oh, joder.

-¿Cuántos años tenías?- a Butch se le cerró la garganta.

-Tres.

¿Había alguna respuesta posible? No, aquella era una de esas revelaciones que no se podían contestar con un “mierda, lo siento” o una palmadita en la espalda. Era demasiado cruel. Butch se pasó una mano que temblaba por el pelo.

-La muy hija de perra… -inspiró al darse cuenta de lo que había dicho-. Mierda, siento el insulto, V…

-Nop, estoy de acuerdo contigo… -había una mirada peculiar en los ojos blancos-. Jodidamente de acuerdo contigo…- apretó los puños y los nudillos le crujieron.

-¿Por qué me lo has contado? Da igual, me alegro de saberlo, ¿sabes?- Butch inspiró, llenándose los pulmones con el olor de Vishous-. No es que pueda hacer una puta mierda, pero me alegro de saberlo.

Aquel resplandor de peli de terror se fue atenuando despacio hasta desaparecer, dejando a un V con una expresión muy cansada.

-Para que entiendas por qué lo de anoche fue diferente. Y por qué cada cosa que quisieras darme seguiría siendo mejor de lo que he tenido nunca. No importa el “por qué”. Pero, aunque no vuelva a pasar, ya fue un maldito regalo.- Vishous le miró entre pestañas negras-. Y ya has hecho mucho.

Butch se dio cuenta en aquel momento de que se había engañado. Lo que flotaba entre ellos no era sólo sexual. No, era más profundo. Y él lo anhelaba. No sólo el beso. También el abrazo, el calor, el compartir. El sentir que las burbujitas de espacio íntimo que rodeaban a cada uno de ellos se fundían en una. Ambos eran dos tipos duros pateados por la vida que sólo eran capaces de abrir un poco la armadura que les rodeaba con el otro. Los dos creían que su compañero era mejor, que merecía más. Joder, puede que sólo se necesitaran mutuamente.

Vishous seguía con la cabeza echada hacia atrás, mirando el techo del jeep, y Butch resiguió la curva del cuello hasta el principio del tórax entre los botones desabrochados de la camisa. Notó la boca seca.

Un inconfundible aroma a sexo hizo que Vishous enarcara una ceja antes de girarse hacia el poli. Mierda, Butch le estaba mirando. Como… mirando. En ese sentido. Abrió la boca para decir algo pero Butch se movió antes. Le enlazó la nuca con una mano y lo atrajo hacia su boca. Sin dudar. V jadeó y dejó las manos en el aire unos segundos, totalmente pillado por sorpresa. Luego empezó a moverlas por la espalda y el pelo de Butch como un maníaco mientras se besaban con la boca muy abierta, gruñendo.

OOO

-¿M? ¿Todo preparado?

-Dispuesto.

-OK, espera órdenes.

-Recibido.

El señor D asintió para sí y procedió a comprobar que los demás restrictores estuvieran en los puestos seleccionados, todos en un radio de seis manzanas de Passion. Los dos que vestían igual, Cebo 1 y Cebo 2 –era lo que tenía estar al lado de un marine, se te pegaba lo de los nombrecitos- ya habían forzado las puertas de atrás de dos comercios sin alarma y se habían atrincherado allí, en silencio y walkie-talkie en mano.

Otros dos, Cazador 1 y Cazador 2, el primero armado con el rifle de aire comprimido y los dardos tranquilizantes, esperaban dentro de una vieja furgoneta GM, en la planta baja de un aparcamiento en forma de edificio de varios pisos, accesible desde la calle. Y Cazador 3 también aguardaba, agazapado en un Buick polvoriento en un callejón.

Todos estaban detrás de puertas metálicas o dentro de vehículos con chapa de acero. Los vampiros no podían desmaterializarse rodeados de metal. Tenía sentido que aquel ex humano tampoco pudiera localizar restrictores aislados por acero. Desde luego, no lo había hecho hacía un par de noches, cuando D había estado aparcado dentro de su Ford y le había visto caminar junto con Perilla y Rubito. Así que la trampa era muy simple: aguardar, invisibles, hasta localizar al ex humano y a cualquier hermano que lo acompañara. Hacer salir a Cazador 3 en el momento oportuno para el ex poli los detectara. Separarlo del Hermano. Capturarlo en el aparcamiento disparándole dardos tranquilizantes. Meterlo en la furgoneta, llevárselo a la granja y, de allí, al Omega. En cuanto al otro Hermano, Cebo1 y Cebo 2 se encargarían de alejarlo del poli y situarlo justo en el punto de mira de M y su TAC-50. Y de allí al infierno o a donde fueran los vampiros.

Ahora, sólo faltaba que las presas hicieran el maldito favor de no retrasarse más y aparecer.

OOO

Butch y V rodaron por el asiento del Escalade y ninguno supo quién empezó a quitarle ropa al otro. El poli forcejeó para quitarle la americana Versace a V y tirarla al suelo mientras el hermano le arrancaba la chaqueta de cuero. Sus bocas no se separaron en ningún momento, hambrientas. Butch pasó una pierna sobre las caderas de V y se montó a horcajadas sobre él, sin llegar a sentarse sobre sus muslos. Le torció la cabeza con una mano para poder llegar a todos los rincones de su boca mientras luchaba por quitarle la correa de las dagas. Vishous fue más rápido soltándole la suya y metió las manos por debajo de la camiseta de combate.

El calor de la mano de V y el roce del guante de la otra arrancaron un gruñido de Butch justo cuando consiguió quitarle las dagas del pecho a su compañero. Vishous rompió el beso respirando como un fuelle. El jeep olía a sexo.

-No te lo he contado… para que me compadezcas.- advirtió, jadeando. Si Butch le estaba besando como si hubiera salido de una travesía del desierto sólo por compasión, eso sí le mataría.

-Y no lo hago.- Butch apoyó las manos en el respaldo trasero, a ambos lados de la cabeza morena, y trató de llevar aire a los pulmones-. Te admiro. Yo nunca… habría salido… cuerdo… de un sitio así. Y quiero esto. Me has hecho… prometer que no me negaría a ello ¿Tú lo quieres también?

Vishous lo miró fijamente con el alma en los ojos durante un latido y asintió antes de que Butch volviera a bajar la cabeza hacia su boca. Aquel beso fue profundo, lento. Dulce. Una combinación de caricias suaves en los labios, manos en el cuello y cabezas girando despacio, con pequeños gemidos punteando el baile. A Vishous se le formó un nudo en la garganta. Cuando Butch metió las manos bajo su camisa, tensó los abdominales como si fueran de hormigón y dejó escapar un sonido ahogado, mezcla de animal acorralado y placer.

-Ssh… Sólo soy yo, V… sólo yo.

Butch dejó la boca de Vishous y bajó lentamente por su mandíbula mientras le desabrochaba la camisa. No tenía ni idea de lo que hacía, sólo que necesitaba sentir a V cerca y protegerle, cuidarle, darle calor. Enseñarle que las cosas podían ser distintas… con él. Se había cansado de pensar y de preguntarse por qué. Los dos querían aquello, a los dos les hacía sentir bien. En el mundo loco y violento en el que vivían, momentos así eran un milagro que no se podía despreciar.

Vishous echó la cabeza hacia atrás cuando las manos calientes de Butch recorrieron su pecho, separando la camisa, y resbalaron por su estómago. Luego el poli bajó con los labios por su cuello, entre besos y lengua, muy despacio. Algo parecido a una mano de hierro empezó a apretar la garganta de V, robándole el aire. Demasiado intenso, demasiado emotivo, demasiado… tierno. Le dejaba expuesto, vulnerable. Butch era un peso enorme encima de él, de sus caderas, y sus manos parecían estar en todas partes, en todas…

Algo hizo “clic” en su cerebro.

En un acto reflejo, Vishous pasó una pierna por encima de las caderas de Butch, empujó y lo obligó cambiar posiciones, con él a horcajadas del poli. Sujetó sus muñecas con las manos, le apretó los brazos en cruz contra el asiento y desnudó los colmillos, siseando, en décimas de segundo. Butch le miró con los ojos como pelotas.

-Dios… Lo siento, V…

Vishous parpadeó, respirando como si todo el aire del mundo fuera a desaparecer en una cuenta atrás. Mierda. Joder. Había asustado a Butch. Su estúpida parte dominante, la que siempre gritaba que él debía estar al mando para no ser sometido, había hecho su aparición. Merecía que le azotaran. Butch había empezado aquello, lo había querido, y él lo había fastidiado porque había demasiadas emociones debajo de su piel.

-¿La he jodido, verdad?- Butch tragó saliva, mirándole a los ojos-. Oh, Virgen, no tengo ni idea de lo que estoy haciendo y la he jodido…

Vishous le soltó las manos al momento y estuvo a punto de tirarse del pelo. Dejó caer la cabeza sobre el hombro de Butch.

-No has jodido nada, maldito imbécil. Soy yo, no tú.

-Es la primera vez que yo… -Butch le rodeó la espalda con los brazos y notó que V temblaba-. No tengo ni idea de cómo hacer esto bien.

Vishous emitió un sonido peculiar desde el fondo de la garganta, una especie de vibración ronca sensual mezclada con una risa irónica, y luego se separó del hombro de Butch para mirarle a la cara.

-¿Ves esto?- levantó la mano enguantada para que el poli pudiera ver que el resplandor que se adivinaba debajo del cuero se había extendido por su cuerpo-. Parezco una puta lámpara. Adivina por qué.

Atrajo a Butch hacia su boca, empujándole con violencia contra el asiento del jeep. Cuando se separaron en busca de aire, la voz de Vishous fue un siseo sensual contra el oído del irlandés.

-¿Quieres notar lo bien que lo haces?

Antes de que Butch pudiera responder, V le cogió la mano izquierda y la llevó entre sus cuerpos. Justo contra su polla. Butch se puso rígido de los pies a la cabeza y el corazón amenazó con un paro. Vishous jadeó en su oído, sin atreverse a mirarle y encontrarse con su expresión.

-Dime qué quiere decir esto, poli.- le apretó la mano contra su erección, haciendo que notara los detalles. Oyó a Butch tragar saliva y temblar-. Dímelo.

Fue como si alguien apretara un botón de “responde” en el cerebro del poli. En un instante era incapaz de hablar, al siguiente, cumplía órdenes. Aspiró. Por Dios, por Dios, por Dios, dime que no tengo la mano ahí. Dime que no es así de enorme.

-Que tú… me deseas.

Vishous le cerró la mano alrededor de su polla, obligándole a apreciar toda su anchura. Su dureza.

-Muy bien, poli. Así que, ¿cómo lo has hecho? Contesta.

Quemaba. V quemaba a través de la tela. Su cuerpo despedía el calor del sol sobre el de Butch.

-Bien… –gimió.

-No vuelvas a dudarlo.- Vishous exhaló el aire de golpe, apoyando otra vez la frente en el hombro de su compañero, a punto de estallar.

Soltó la mano de Butch y apoyó las dos contra el respaldo del asiento del jeep, rodeando completamente al poli con sus brazos. Butch separó la mano de su entrepierna, vacilante, como si no supiera si quería apartarse o tocarle más. Vishous tembló al dejar de notarle.

-Dime lo que quieres, poli.- la perilla de V rozó el lóbulo de la oreja de Butch-. Dímelo o por Dios que acabaré follándote aquí mismo. Y no creo que quieras eso.- dejó el esperanzado “aún” en el aire, muy a su pesar.

Butch se sacudió de los pies a la cabeza y, por un loco momento, Vishous pensó que diría que sí. Sólo tendría que quitarle la puta ropa, ponerlo de rodillas de cara al respaldo del asiento y… Estuvo a punto de correrse sólo con aquella idea.

-Yo… quiero…- tragó saliva-. Entra en mi mente.- Butch parecía no haber bebido en una semana mientras se aferraba a la camisa que colgaba de los hombros de Vishous.

V se separó de su cuello para mirarle. Joder, el poli parecía tan a punto de irse allí mismo como él.

-¿Quieres que lea tus pensamientos?

Butch siempre decía que aquello era privado. Pero asintió.

-No puedo decirlo. No sé… míralo tú mismo, V.

Vishous lo estudió asombrado y luego subió la mano hasta su cuello, acariciando la vena gruesa con el pulgar. Sólo necesitó un segundo. Podía entrar en la mente de Butch como si fuera la suya y el poli no intentó alzar barreras. Más bien lo recibió como a una fuerza de liberación.

Y lo que vio le arrancó un gemido desde el fondo de la garganta. Vishous se dejó caer sobre las caderas de Butch, incapaz de seguir de rodillas, y la erección del poli se le clavó en los muslos. Oh, joder

-¿Quieres eso?- tenía que preguntarlo.

Butch se lamió los labios, rojo grana. Asintió.

-Yo no sé qué hacer… tú sí.

Y Vishous iba a ocuparse de él como no lo había hecho con nadie en su vida.

-Si no te gusta, pararé. Sólo dilo, ¿de acuerdo? Juro que pararé.

-Lo sé.

La camiseta de Butch emitió un roce sensual cuando V se la sacó. No dio tiempo al poli a sentirse observado. Bajó las manos por sus pectorales, disfrutando de la sensación de la piel suave bajo su palma, y Butch se arqueó cuando el guante de cuero llegó a sus abdominales, a su ombligo, a su…

¡Bzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz!

Un zumbido infernal les hizo saltar del asiento como si hubiera detonado una bomba debajo de sus culos.

-¿Qué coño…?- Butch enfocó a V con los ojos vidriosos.

Vishous pareció quedar en animación suspendida. Rígido. Lívido. Los labios apretados. Los ojos entrecerrados.

¡BZZZZZZZZZZZZZZZ!

Mierda, esa especie de sonido de despertador parecía proceder de V. Butch le repasó todo lo que podía desde la corta distancia, con la sensación de que alguien les había pillado robando del cepillo de la iglesia.

¡¡¡¡¡BZZZZZZZZZZZZZZZZZZ!!!!!!!

Vishous desmontó de él mascullando la más viciosa combinación de “joder” y “perra” que Butch hubiera oído en sus treinta y ocho años de vida. El moreno se metió una mano en el bolsillo trasero de los pantalones, sacó el medallón dorado del Gran Padre y lo arrojó contra el cristal delantero del jeep con todas sus fuerzas. Si el vidrio no hubiera estado blindado habría abierto un agujero del tamaño de un balón de rugby. La maldita cosa rebotó, cayó encima del asiento del copiloto y el zumbido se transformó en una vibración estrangulada hasta callarse.

-Joder ¿qué mierda era eso?- Butch pensó que iba a asesinar a quien tuviera el mando de aquel trasto.

-El puto despertador a la vida real.- Vishous se pasó las dos manos por el pelo, poniéndoselo de punta, masculló un juramento en el Idioma Antiguo y se golpeó la cabeza hacia atrás contra el respaldo del asiento. Varias veces. Que le jodieran a la zorra de la Directrix si creía que iba a salir perdiendo el culo al Otro Lado. Que la jodieran mucho-. Fin del descanso en Nunca Jamás.

V se abrochó la camisa intentando tragarse la rabia, el odio y la desilusión mientras era muy consciente de que el poli le miraba a él y a aquel jodido trasto intentando entender algo.

Aquel extraño momento en el silencio del jeep se había ido a la mierda. Así que alguien iba a tener que pagarlo con su vida aquella noche. O con su no-vida.

V salió de la parte trasera del coche con otra sarta de maldiciones, se sentó tras el volante, dedicó una mirada asesina al medallón en el asiento del copiloto y arrancó el Escalade quemando goma sobre el asfalto. Butch tuvo que agarrarse para no rebotar por el asiento trasero como una pelota.

El poli decidió que, en aquel momento, sería capaz de estrangular a quien les hubiera interrumpido. Oh, sí, puedes apostarlo. Con las manos desnudas. Porque había estado deseando aquello con V con todas sus malditas fuerzas.

14 respuestas to “«Amantes redimidos», capítulo 4, «Roto, apaleado y marcado», parte 2”

  1. ¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!¡Oh Dios Mío!
    Es oficial tendré un sincope…no no… lo estoy teniendo ahora mismo!!!! De verdad que en este momento parezco una cerilla…además creo que tendré que ir por la fregona recién termine de escribir eso…¡Porque he dejado una charco de babas que llega hasta el suelo!
    *Inspira profundamente* Muy bien me estoy calmando…*respira otra vez* solo un poco más y me he calmado…Kyaaaaaaaaaa!!! Vale esa escena tiene una escala de «Ahora mismo voy a por la escopeta y volaré los sesos de esa estupida Directix».

    Me ha encantado las escenas de B,Q y JM. Enfoncas los sentiemientos de Blay perfectamente, lo que te hace querer todavia mas que el «playboy» sufra en Lover Mine ¬¬. Además me encanta el modelo que escogiste para él +_+ es todo un descubrimiento tienes que darno su nombreeee!!

    Haces algo en este fic, que hecho de menos en los libros. Darnos porciones de los demás personajes, es decir te centras en los protas pero no ignoras olimpicamente los demás…las escenas de Rhage son espetaculares.

    Bueno lo dicho hasta ahora no tengo ninguna objeción y/o critica. Es fic completo, incluyendo las escenas de M y su amorcito con bípode *.*

    Muchiiisimos besos y ahora me voy corriendo que tengo que recoger a mi madre en el aeropuerto.

    PD.: Cuando pondrás otro trocito * ojitos de corderito apaleado*

    • *aparece corriendo con dos cubos de agua en las manos que tira rápidamente por encima de Nykane para evitar que se achicharre como una cerilla*

      *sonríe angelicalmente a pesar de la expresión de «te voy a asesinar» de Nykane*

      *cambia los cubos de agua por un cubo y un mocho para las babas*

      ¡Hola! ¿Mejor? ^^ ¡¡Espero que no te haya dado un síncope, porque sino te perderías más momentos de V y B!! 😀 Lo sé, sabía que me íbais a matar por haber cortado la escena ahí pero, bueno, exigencias del guión *se esconde de la lluvia de cuchillos* Si te sirve de consuelo, en la siguiente parte habrá nuevas escenas calentitas y en la cuarta (y última de este capi), una escena caliente del todo. No digo que acaben follando, eso tendrá que esperar un poquito, pero definitivamente volarán las ropas *ejem*

      ¡Mierda, ojalá supiera quienes son los chicos de las fotos de Qhuinn y Blay!! Los saqué de un vídeo de youtube y son como clavados. Me encanta especialmente el aire de polvo guarro de Qhuinn ^^; Sí que quiero que Qhuinn sufra un poco en Lover mine, lo justito vamos, porque si no acaba con Blay relativamente rápido me comeré el libro con tapas duras y todo.

      ¿Sabes? A mí me pasa igual, es uno de los fallos que le encuentro a los libros: en cada uno se centra en una pareja y se olvida de las demás. Sï, los hermanos van apareciendo, pero son sólo nombres que ponuncian una frase, no sabes realmente cómo les va. Supongo que eso pasa cuando tienes tropocientos personajes, o te centras en unos o te pierdes. La Ward nos va dando píldoras de los que se nota que son sus hermanos favoritos (especialmente Zsadist, luego Wrath y Rhage) pero ignora a los demás (Vishous y B, para empezar).

      *risita* ¿Te gusta M con su rifle? Siempre he echado de menos que, si esto realmente es una guerra entre dos bandos, las cosas se pusieran realmente serias. Porque aún no he visto a los hermanos en un acción de comando como Dios manda ni a los restrictores usando tácticas inteligentes. Por no hablar de que el armamento que sale en los libros es de señorita Pepis ^^;

      La parte 3 tendrá muuuuchas escenas de acción con muuuuchos personajes implicados y cambios de ángulo, así que me va a dar un bonito dolor de cabeza. Tengo escritas las partes V/B, pero las de acción las tengo que escribir desde cero. Lo mínimo una semana, vamos. Además, tengo que editar otro fic de otra chica antes (de un manga, no de la hermandad) *se da golpes en la cabeza* ¡Haré lo que pueda!

  2. Oh..Dios…Mio! *respira, respira, respiiiiira*

    Coherencia? nono, que es eso?, en este momento no esta ni cerca de mi cerebro!
    Ahhhhh D: los celulares o medallones o las interrupciones me arruinan la viiidaa!! (extremista me decian xD)
    Como Me Los Van A Interrumpir En Ese Momento?!? No hay derechoooooooooo! >.<

    Uff bueno, no lo tomes mal, pero tendre que ir a darme una ducha ASAP, esta haciendo mucho calor en mi casa! (si claro, aja, has como que me crees xD)

    En fin, nose, no puedo decir nada luego de esos momentos, salvo que me ha encantado la conversacion entre los dos! .< nose, mi cerebro esta derretidooooo!
    Un beeso!

    • *coloca un montón de cubitos de hielo y enciende el ventilador para esparcer aire bien fresquito* ¡Hola! ¿Así que una ducha ASAP? *sonrisa* Lo sé, es de muy mala leche interrumpirles en ese momento pero no íbamos a dejarles hacer cositas tan pronto, ¿no? *vuelve a esconderse de los cuchillos voladores. SAca una bandera blanca desde detrás del escritorio* Habrá escena piel a piel en este capi, ¡prometido! En la siguiente parte digamos que habrá una escena de preludios con muchos palos, eso sí. ¡¡Muchas gracias y un besote!!! *adjunta palangana para colocar cerebro derretido mientras retoma su consistencia*

      • Ohhh Encontree a Blaaaaaay!, quiero decir, que tengo el nombre del muchacho, ejem ejem *ruido de tambores* (?) se llama Brandon Stoughton, estadounidense, 29 años y modelo, aparece en el video Womanizer..

        Bueno, no se que tan relevante pueda ser toda esa informacion xD, pero al menos te he encontrado el nombre.. ¬¬ mhrmr el que se me resiste es Qhuinn D: asshh, ya lo encontrare >.<

        Ahora D: aparentemente tu blog me odia, o nose, tiene algo contra mi, por que se ha publicado nada mas la mitad de todo lo que habia escrito D: y no tengo la mas minima idea de por que *llora* buu

        Obviamente no me acuerdo lo que habia escrito xD lo que si recuerdo es que te contaba (y te contare ahora (?)) que con mis amigas tenemos la extraña fantasia de que Andrew Stetson (http://www.dancingnekkid.com/wp-content/uploads/2007/02/beautiful_andrew_stetson1.jpg) es nuestro Qhuinn ❤

        Eso es todo *saludo militar* (?)
        Beeeeesooo!

        PD: llego a encontrar el nombresillo de Qhuinn y seras la primera en saberlo! XD

      • ¡AAAAAAAAAAHHHH!!!!! Son las 10 de la mañana y va y me encuentro con estooooo…. Claro, no he podido hacer otra cosa que amorrarme al Google Images para documentarme sobre el muchacho. Genial, totalmente genial. En mi opinión es nuestro Blay ^^ ¡¡¡10.000 puntos para ti!!! Sería un punto encontrar al Qhuinn del vídeo. Tengo varias fotos suyas más, extraídas del mismo vídeo, y te juro que es ÉL, con su morbo y su pinta de duro. El chico que propones no está nada mal tampoco, nada mal… *se pega a la pantalla del ordenador durante un ratito más*

        Ahora mismito pongo un post con las fotos de Blay/Brandon, que esto hay que compartirlo… ¡¡¡Muchas gracias!!!!

  3. Dafnelita Says:

    *Happy Dance*
    *caliente, muy caliente*

    Olé tú…

    Te digo mujer esta parte me encanto!!! *Sonrrisita pervertida* *Hace calor aqui*, como me hiciste sudar con esta parejita, te quedo super bien las escenas de ambos… Guau! Pero me dejaste intrigada con los pensamientos que le transmitio Butch… dimeeee que fue!? Mi morbo no me deja jajaja

    Y Blay por Dios que es una belleza como siempre, me gusto que le dedicaras algunos reglones y aunque e encanta Qhuinn, me sulfura que sea un cabronazo calenturiento… pero se chiquito *risa malvada* que sufriras de celitos en Lover Mine y espero que aqui tambien jajaja ^^

    Y espero *ojitos tiernos* que no te demores muchoo con la tercera parte y que te quede super como las otras!

    Y Mil gracias…. has alegrado mi noche! 😀

    Un abrazo,

    Saludoxxx

    • ¡¡¡Hola!!!! *exactamente con la misma sonrisita de pervertida* Ah, los pensamientos que le transmitió Butch a V… Tendrás una demostración detallada en la cuarta parte de este capi y un pequeño avance en la tercera ^^

      Blay es un absoluto encanto, estoy contigo *choca palmas* Y Qhuinn sí que es un cabronazo calenturiento, pero aquí no sólo está aprovechando para beneficiarse de ese par de humanas, ya lo verás. Lo que pasa es que la escena está contada desde el punto de vista de Blay, así que la información es parcial 🙂

      ¡Me alegro de haber alegrado tu noche, para eso estamos!! La tercera parte, como mínimo una semana. Las escenas de acción me van a hacer sudar otra vez. ¡¡Muchas gracias y un besazo!!

  4. Daggher Says:

    *después de recogerse del charquito en el que se ha convertido en el suelo* Sin palabras! Definitivamente, me he quedado sin palabras. Te aseguro que nunca antes una escena entre dos hombre me había puesto en este estado… aunque no todos los hombres son como estos machos!! Desde el principio, se siente la tensión sexual que hay entre ellos y, desde la primera palabra, yo ya estaba abanicándome a 1000 revoluciones por segundo.

    Me encanta la troika y sus apariciones! Yo también quiero que Qhuinn sufra un poquillo -bastante- en Lover Mine *sonrisita perversa*. Creo que Blay va a darle un poco de su medicina… y Q va a subirse por las paredes *babea* No puedo esperar a leerlo!

    «Pinta de polvo guarro» *más babas* Ya ves si la tiene!

    Fue jodido que se interrumpiero justo ahí, pero soy de las que le gusta que se caldee el ambiente muy mucho antes de encarar *risita mientras se cubre la boca*.

    No hay ni un jodido «pero», eres una artista!

    Espero con ansías la próxima parte! Un besote enorrrrrrrrrrrrrrrme.

    P.D.: Ojalá alguien sepa quiénes son los del video XDDD

    • ¡Hola! ^^ ¿Un charquito en el suelo? ¡¡Me alegro de que te haya gustado!! Fue una tortura comparable a la escena del ático, sudando cada maldita palabra *les da un capón a cada uno* Um, sí, sé a lo que te refieres. Los chicos de la Hermandad tienen un potencial para hacernos sudar muy superior a los de otras historias yaoi/slash, ¿verdad? *babea en anticipación por las escenas que ESPERO que haya en Lover Mine*

      ¡Otra que quiere hacer sufrir a Qhuinn! Si en el fondo lo que le pasa es que cree que él no es suficiente para Blay que le haría sufrir si estuviera con él, por eso se reprime. Vaya, muy parecido a los V y B de este fic 😀 Pero la perspectiva de verle celoso me pierrrrrrrdeeeeeee…

      Oh, el ambiente se va a caldear, claro que sí ^^ ¡¡¡Muchas gracias por tus comentarios y a mí también me gustaría saber quienes son los del vídeo para pedirles una cit…er, para encontrar más fotos ^^; ¡¡¡¡¡Besoteeeeeeeeeeees!!!!!

  5. Stella Says:

    Me encanta!!!! Está genial No puedo decir mucho más porque me has dejado sin palabras!! Gracias a ti tendré un día calentito xD
    Por cierto, como se llama el modelo de la foto de Blay?? Necesito tenerlo de fondo e pantalla XD jajajajajaja xDD Adoro a Blay ❤

    • ¡Gracias a ti por comentar, me alegro de que te gustara!!! El modelo de la foto de Blay es Brandon Stoughton. Puedes encontrar un montóoooooo nde fotos suyas en Google para decorar tu fondo de escritorio 😛

  6. Melanie Says:

    Oh dios maldito puto medañon del diablo, yo que estaba empesando a morir de una taquicardia con lo caliente de la escena. Tu malvada villana por que lo cortates ahi? Mi lemon T.T yo que al fin creia que el gran V se hiba a comer a caperusita Butch T.T ta bueno ta bueno no siento ni que estoy leyendo un fic siento que estoy leyendo en realidad uno de los libros de Ward despeuss de esto adios a Marissa y a Jane nunca podre volvermelas a imaginar con estos dos machos. ellos deben estar juntos *o*

    • *agitando banderita de «V y Butch forever»* Ains, lo del medallón tenía que pasar, mujer, no les íbamos a poner las cosas tan fáciles a estos dos 😀 TEndrás lemons, tendrás. Y en este mismo capi.

      Oh, y los dos son caperucitas Y lobos, ya verás *guiño*

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