«Amantes redimidos», capítulo 4, «Roto, apaleado y marcado», parte 1

Hola, perdón por la espera. Ha sido una suma de vacaciones de Semana Santa y pelea a muerte para dejar escritas todas las escenas V/Butch de este capi. Sólo un par de comentarios: este capi 4 va a ser laaaargo. Creo que tendrá al menos 3 o puede que 4 partes. La relación entre V y Butch avanzará bastante en todos los sentidos, tanto en el, um, físico, como el emocional, pero lo hará a lo largo del capi.

Eso quiere decir que esta primera parte es introductoria tanto al tema del capítulo como a los sucesos del mismo, ¿vale? Sí, sé que todas queremos escenas eróticas YA, y las habrá en este capi (varias, de hecho) pero vamos a dejar que “fluyan” a su ritmo, ¿sí? *se esconde de la lluvia de cuchillos* El capi 4 contiene en total tres escenas eróticas, una de ellas, que aparecerá en la última parte, ya bastante subida de tono.

La buena noticia es que la mayoría de la segunda parte del capi, donde ya encontraréis una de esas escenas “jugosas”, está escrita, así que actualizaré de nuevo en pocos días. Respecto a puntos de vista, esta parte 1 está más centrada en lo que piensa Butch y, la siguiente, en V.

Por si alguien se pregunta por qué no voy directa al sexo entre V y Butch e intento construir una relación también emocional, es porque no me imagino ni harta de vino a ninguno de los dos (especialmente no a Butch) liándose con el otro, con el riesgo de cargarse su amistad, sólo por sexo. En el fondo, los dos son machos monógamos y se respetan demasiado, así que no creo que la cosa funcionara en plan “oh, sí, vale, vámonos a la cama por probar”. Así que por eso intento ir equilibrando las dos facetas ^^; Ah, las Dos Conclusiones de Butch se explicarán en la siguiente parte 😀

Por cierto, tras el reciente sondeo queda adjudicado por votación popular Mathis Streitwieser como Vishous (primera foto) y Collin Farrell como Butch (segunda foto) ^^ Ah, juro que la canción de Metallica que da nombre al capítulo YA existía, no se escribió a propósito… ¡pero lo parece!

Metallica- Broken, beat and scarred

You rise, you fall, you’re down then you rise again (te alzas, te caes, estás abajo y vuelves a levantarte)

What don’t kill ya make ya more strong (lo que no te mata te hace más fuerte)

You rise, you fall, you’re down then you rise again (te alzas, te caes, estás abajo y vuelves a levantarte)

What don’t kill ya make ya more strong (lo que no te mata te hace más fuerte)

Through black days (a través de días oscuros)

Through black nights (a través de noches oscuras)

Through pitch black insights (a través de pensamientos oscuros)

Breaking your teeth on the hard life coming (rompiéndote los dientes contra la dura vida que se te avecina)

Show your scars (muestra tus cicatrices)

Cutting your feet on the hard earth running (cortándote los pies con la tierra dura mientras corres)

Show your scars (muestra tus cicatrices)

Breaking your life, broken, beat and scarred (quebrándote la vida; roto, apaleado y marcado)

But we die hard (pero somos duros de matar)

The dawn, the death, the fight to the final breath (el alba, la muerte, la pelea hasta el último aliento)

What don’t kill you make you more strong (lo que no te mata te hace más fuerte)

The dawn, the death, the fight to the final breath (el alba, la muerte, la pelea hasta el ultimo aliento)

What don’t kill you make you more strong (lo que no te mata te hace más fuerte)

They scratched me (me arañaron)

They scraped me (me marcaron)

They couldn’t rape me (no pudieron violarme)

POST EDITADO: el alucinante montaje fotográfico que encontraréis insertado en el interior del texto es obra de Silvia Resendiz Alvarado, una artista como la copa de un pino de la que también veréis más imágenes (y leeréis más agradecimientos^^) en otros capis de este fic. Por favor, visitad su blog AQUÍ para más imágenes jugosas, suculentas y tremendas de La Hermandad en general y de V en particular 😛 ¡¡GRACIAS, GUAPA!!

Capítulos anteriores aquí, en el blog:

Capítulo 1, «Fundido en negro»

Capítulo 2, «Entra, hombre de los sueños»

Capítulo 3, «Sentimiento sin nombre», parte 1

Capítulo 3, «Sentimiento sin nombre», parte 2

Y, para la parte 1 del capítulo 4, «Roto, apaleado y marcado», aquí en el blog:

CAPÍTULO 4. ROTO, APALEADO Y MARCADO. PARTE 1

El McMillan TAC-50 era una auténtica belleza como rifle de francotirador, pensó el señor D mientras observaba al señor M guardar cuidadosamente cada pieza en su estuche después de haberles sacado más brillo que a una cubertería de plata. Mirilla telescópica, visor nocturno, bípode para estabilizar el disparo y, la parte preferida de D, balas del calibre 50. Un “que-te-jodan” de un diámetro de cinco centímetros, y el rifle podía disparar cinco de aquellas invitaciones al Más Allá antes de tener que recargarlo. Una sola bala podía parar un vehículo blindado ligero si acertabas en el motor o atravesar una pared de ladrillos.

Más que suficiente para reventarle la cabeza a un Hermano.

Lo segundo que más le gustaba a D era el alcance de aquella maravilla: existía constancia de que un soldado canadiense había abatido a un enemigo en Afganistán desde 2.430 metros de distancia. Ahí es nada ¿A qué distancia podía oler un vampiro a un restrictor o a cuánto podía detectarlos aquel ex humano? Mucho, mucho menos. Y, en distancias cortas, como a las que obligaba el entorno urbano de, pongamos, Caldwell, el TAC-50 podía atravesar también blindajes personales ligeros, como un chaleco de kevlar. Imagínate lo que podría hacer con una chaqueta de cuero, con los músculos, los huesos y la piel de un Hermano.

Regenerad eso, chupasangres de mierda.

-Preparado.

M cerró la caja metálica del rifle y acarició la tapa con la mano. A D le recordó a Gollum con su “tessssoro” pero se guardó el comentario irónico. La verdad es que estaba la mar de contento de que M se hubiera trasladado a Caldwell desde Nueva York hacía unos meses, antes de la muerte del anterior Primer Restrictor. Tener un ex marine cerca iba de perlas cuando necesitabas algo como lo que tenía en mente para aquella noche, algo que necesitaba coordinación, cierta dosis de táctica de guerrilla y, sobre todo, mucha puntería. Asintió y se puso el sombrero tejano.

-Muy bien, ves tirando y reserva ya esa habitación de hotel. Me pondré en contacto contigo cuando todos estemos en posición.

El señor M asintió, se puso la gabardina, cogió una pequeña maleta con ruedas de ejecutivo y salió de la granja cojeando levemente. No era uno de aquellos soldados enormes que salían en las pelis de guerra, más bien un tipo atlético. Delgado y fibrado. Era una mala cosa que el Ejército le hubiera enviado de vuelta a casa como veterano cuando le habían atravesado la pierna en una emboscada en algún agujero infecto de Irak. Tipos como él, que realmente vivían por el segundo en que la bala silbaba en el aire cruzando cientos de metros hasta enviar al objetivo a cenar con su dios, no se podían jubilar. Eran asesinos pacientes, meticulosos y fríos a quienes el Ejército daba la excusa perfecta para matar en nombre de la patria, la democracia y la libertad. Imposible readaptarlos a la vida civil como dependientes de Wallmart.

¿Y no era de buen samaritano ofrecer segundas oportunidades? Por supuesto, por eso M se había enrolado en la Sociedad Restrictora no hacía ni dos años. Le daba el marco perfecto para seguir cultivando su pequeño hobby. El anterior Primer Restrictor no había sabido muy bien dónde encajarlo, era un tipo que prefería la táctica del enfrentamiento directo en los callejones antes que las trampas sibilinas. Un error muy común entre los que tenían buen físico, pensó D mientras se levantaba de la mesa manchada forrada de hule. Cuando eras una media mierda no te quedaba otra que usar la cabeza y, en ese contexto, M, sus tácticas y su habilidad como francotirador le iban como anillo al dedo.

También que todavía tuviera contactos en el Ejército para poder conseguir tesoros como aquel rifle que, para mayor alegría, era completamente legal para civiles en casi todas partes de los benditos Estados Unidos de América. Uno podía llevar un rifle para volar por los aires vehículos blindados en el asiento del copiloto y, si te paraba un poli, sólo tenías que enseñar tu licencia de armas y decir que participabas en alguna competición de puntería ¿Era o no América un país de oportunidades?

D sonrió, con aquella mueca seca y cerrada de los tejanos, mientras sus botas hacían crujir las lastimosas láminas de madera del salón. Aquella granja era una pocilga, como la mayoría de las que la Sociedad había usado como cuartel general rotatorio. Constaba de una casa con la decoración nostálgica de los 50 -y sin tocar desde los 50- con un establo anexo que se caía a pedazos, hectáreas de tierra alrededor para garantizarles privacidad y, lo mejor de todo, un sótano con una superficie equivalente a toda una planta de la granja.

Ideal como cuarto de invitados.

Cinco restrictores tan blancos como huesos para el cocido mataban el tiempo jugando al póker en la habitación que custodiaba la entrada al sótano. D los examinó un momento desde debajo del ala del sombrero, satisfecho al ver que dos de ellos ya iban vestidos para la faena que tenían en perspectiva. Tejanos negros. Jersey raído marrón. Deportivas blancas. De sus sillas colgaban dos gabardinas negras. Ambos tenían la misma constitución: ni altos, ni bajos, ni fuertes ni enclenques. Normales. Y el mismo color de pelo, piel y ojos de todos los restrictores, como si alguien les hubiera chupado la melanina. Ya parecían idénticos en aquella habitación a la luz de la bombilla, así que de noche en un callejón cualquiera pensaría que eran la misma persona.

-Jefe…

Uno de los otros tres restrictores, todos luciendo arma en la sobaquera, le saludó con la cabeza. Tenía un rifle de aire comprimido apoyado contra la silla y una caja metálica encima de la mesa, junto al codo. Jefe… D acarició la palabra para sus adentros. Quien sabe si, después de esa noche, aquello sería algo más que un cumplido. A fin de cuentas, uno no mata a un Hermano y secuestra a otro todos los días… El señor D se obligó a volver al mundo real y señaló la puerta en la pared que daba acceso al sótano.

-¿Todo tranquilo ahí abajo?

El restrictor se encogió de hombros y escogió una carta antes de responder.

-No parece que el crío sea muy capaz de quejarse por el servicio de habitaciones.

-Bien.

Aunque no hacía ningún daño comprobarlo, claro. D encendió los fluorescentes del sótano antes de empezar a bajar por las escaleras que crujían. Ah, el olor que flotaba en el aire le recordaba a su juventud. Sangre. Miedo. Orines. Carne quemada. Sí, hubo una época en que a él le gustaba llevarse a sus víctimas a su base de operaciones y jugar antes de matarlas. Era una buena cosa que la Sociedad alentara aquel comportamiento, ¿verdad?

El enorme sótano estaba prácticamente vacío, a excepción de varios barriles con agua, una especie de somier metálico todavía conectado a la batería de un coche y varios artefactos más que le daban una apariencia de mercadillo tétrico de objetos de tortura de segunda mano. Los fluorescentes parpadeaban, tan decrépitos como todo lo demás. Los anteriores dueños de la granja habían construido dos trasteros dentro del sótano, dos grandes armarios de hormigón con cerrojo. No eran una suite, pero tenían su utilidad. D se asomó por el ventanuco que había en la puerta del que estaba ocupado.

El vampiro rubito que habían recogido del callejón de Passion la noche anterior tenía un aspecto mucho menos “fashion victim” ahora. Era lo que pasaba cuando te encadenaban pies y manos con alambre de espino y te dejaban desnudo sobre tus propios meados en un trastero mohoso de un sótano perdido. Oh, por no mencionar los repetidos efectos de dos cables conectados a la batería de un coche por un lado y a tus pelotas por el otro, entre otros servicios del menú ¿Había mencionado el olor a carne quemada?

D contempló al patético despojo de vampiro y sonrió mientras se sacaba una barrita de regaliz del bolsillo de la camisa de franela. Que nadie dijera que no era capaz de buenos resultados incluso con equipo de bajo presupuesto.

Aquel niñato se había hecho el guerrero valiente al principio, pero había acabado vomitando casi todo lo que sabía después de una sesión de tres horas en sus manos y en las de M. Desde su status -no sé qué de glymera-, la dirección de la casa de sus papás, las de sus amigos íntimos y, aunque aquello había costado algo más de persuasión, las descripciones y nombres de los Hermanos. Aquellos bastardos eran tan escurridizos como parecía. Al parecer entrenaban a críos con buen físico como aquél, pero los aprendices no tenían ni idea de dónde estaba la mansión en la que vivían. Tampoco conocían las técnicas de los Hermanos, al margen del hecho de que nunca patrullaban solos, y los guerreros tampoco compartían información sobre la lucha contra los restrictores, mala suerte.

Pero D tenía material de sobras con el que empezar a poner en práctica su plan. Sabía que los Hermanos volverían al centro de Caldwell aquella noche a buscar restrictores y apostaba su mano derecha a que el ex policía sería uno de ellos. Los Hermanos necesitaban de su “radar” para localizarles. A ese lo quería vivo, por eso el rifle de aire comprimido. Y seguro que con él iría otro guerrero, el que fuera. De él se encargaría M y su TAC.

Y los restrictores, además, tenían las direcciones de cuatro mansiones de la nobleza vampírica para irse entreteniendo. Por supuesto, no las asaltarían sin ton ni son. No, primero tenían que vigilarlas a distancia prudente, examinar sus sistemas de seguridad, para poder dar el golpe en todas en la misma noche con garantías de éxito. D ya podía imaginarse reuniendo a todos los restrictores de la ciudad bajo su mando.

-N-no… lo c-conse… conseguirás.

El murmullo ronco del vampiro desde el cuartucho interrumpió su cuento de la lechera y D frunció el ceño, molesto. La luz de los fluorescentes iluminaba a medias la cara destrozada del crío. Le miraba con un ojo entreabierto.

-¿Qué has dicho, hijo? Si hablas tan bajito no te oigo.

-N-no po-podrás m-matar a… las familias. Los Hermanos… -se dobló por la mitad, gorgoteando. Um, sí, costillas rotas-… ellos… sabrán que me habéis… c-cogido. Avisa-avisarán…

-¿Avisarán a tu familia y a la de tus colegas a tiempo de impedir que les borremos del mapa?- el tono de D era amable, colaborador. El vampiro asintió-. Ya veo. Hijo, creo que no entiendes del todo tu situación.- el restrictor chasqueó la lengua-. La última vez que tus amigos te vieron estabas metiéndote drogas alucinógenas hasta el cerebro. Igual que ellos. Seguro que sería un mal trago tener que confesar ante sus familias o ante los Hermanos que estabais tomando sustancias ilegales ¿Pondrías la mano en el fuego de que son taaaan buenos amigos como para echarse mierda encima por ti, para empezar?- D vio que el ojo del vampiro se encogía-. No, creo que no. Y, para seguir, ¿qué indicios crees que tienen tus colegas, o los Hermanos, para deducir que has sido secuestrado por restrictores? No dejamos rastro de pelea en el callejón. Ningún vampiro nos vio. No había cámaras de seguridad ¿Puedes decirme por qué nadie iba a pensar que tu podrías estar en otro sitio que no fuera durmiendo el puntazo en alguna casa okupa o algo así… hijo?

Ah, ésa era la mejor parte, la que siempre había justificado el secuestro, el juego con las víctimas, la tortura. Ese momento sublime cuando se daban cuenta de que no había esperanza. De que la policía, o los Hermanos en aquel caso, no aparecerían para salvarle porque nadie sospechaba que podía estar en manos de algún sádico. Cuando la víctima comprendía que estaba totalmente a sola a merced de él. Sí, en momentos así D se sentía como si midiera tres metros en vez de metro sesenta.

Subió las escaleras y cerró la luz del sótano con una sonrisa en la cara mientras el vampiro gimoteaba.

OOO

El recién adquirido reloj interno vampírico de Butch le avisó de que aún era de día antes incluso de abrir los ojos y ver que las persianas metálicas de su habitación de la Guarida estaban todavía bajadas. Suspiró, se dio media vuelta y se tapó con las sábanas hasta la coronilla, intentando arañar un rato más de sueño.

El gusanillo de los recuerdos se arrastró, traidor, desde el subconsciente hasta su Yo consciente. O hasta el Super Yo. O como le llamaran los psicólogos. Hasta ese punto en que todos los detalles vuelven a ser vívidos y sabes que no vas a volver a pegar ojo por mucho que desgastes las sábanas dando vueltas. Como si no hubiera dado bastantes durante las horas que había tardado en dormirse la madrugada anterior.

Había hecho honor a su palabra y, al salir del ático del Commodore, había ido directamente a la Guarida. Dicen que, cuando los lobos se sienten acorralados, siempre vuelven a su madriguera. Suponía que eso era lo que había hecho él, volver a casa y encerrarse en su agujero. Lo cual iba camino de convertirse en una costumbre si seguía dándose el lote con Vishous.

Suspiró, apartó las sábanas, se frotó los ojos y se sentó en la cama con las piernas cruzadas, mesándose el pelo. Estaba claro que no iba a tener más descanso ¿Cómo cuernos sobrevivía últimamente V sin pegar ojo? A él parecía que le hubiera pisoteado una manada de ñus por haber dormido sólo cuatro horas.

Después de una intensiva contemplación del techo la madrugada anterior y de haber estado revisando sus impresiones con más detalle que un informe forense, había llegado a Dos Conclusiones. La primera clarísima, la segunda necesaria.

Butch se levantó de la cama y revolvió el armario hasta dar con una muda cómoda. Tejanos, camisa y jersey de primeras marcas hasta saber qué les iba a deparar la noche. Entró en el lavabo, dejó la ropa encima de un taburete y apoyó las manos sobre la pica, contemplando su reflejo en el espejo. El mismo pelo castaño que caía sobre la frente en dos mechones, los mismos ojos avellana, la misma nariz rota y la misma diminuta mella en uno de los dientes delanteros. El mismo Butch de siempre.

¿Qué mierda veía V en él para haber enviado al demonio todos sus siglos de “estoy-al-margen” y haberse acercado tanto a una persona, fantaseando con una vida juntos? Porque eso era lo que Vishous le había mostrado.

Butch se aseó y se peinó el pelo hacia atrás antes de vestirse. Luego se detuvo un momento en mitad de su habitación, como si esperara a que alguien pulsara un botón y le diera órdenes. Amor. Por fin había sido capaz de pensar en la dichosa palabreja. V no lo diría en voz alta ni sometido a la peor tortura, pero eso era lo que sentía por él. El pensamiento le provocó una oleada de humildad, vértigo y pánico que hizo que tuviera que sentarse en el borde de la cama.

Humildad porque un genio en absolutamente todo como V, un guerrero de valía como él, tuviera aquellos sentimientos por un poli de vida arrastrada, ex drogata y medio alcohólico como Butch. Vértigo porque no tenía ni idea, ni la más zorra, jodida y puñetera idea de qué esperaba Vishous o él mismo después de lo de anoche. Y pánico porque prefería cortarse los dedos de una mano antes que hacerle daño a V de cualquier forma.

Aquel pánico era el motivo de la Segunda Conclusión de su sesión freudiana de autoanálisis.

Cuando salió al salón de la Guarida, se detuvo en seco al ver a V tumbado boca abajo en el sofá de cuero como si se hubiera caído de un avión, completamente frito. Butch le había oído volver a la Guarida poco antes de salir el sol y había percibido que se quedaba en el salón. Al parecer había pasado el día allí y por fin conseguía descansar.

El poli se acercó sin hacer ruido. Había un libro caído en el suelo con las tapas abiertas al lado del sofá, así que estaba claro qué había estado haciendo V. “El guardián entre el centeno”, hay que joderse, pensó mientras se agachaba para recogerlo y ponerlo encima de la mesita. Vishous era de los pocos hermanos, además de Phury, a quien se podía ver leyendo otras cosas además de revistas de armamento y de deportes. El pensamiento le arrancó una sonrisa y Butch meneó la cabeza. Mierda, admiraba su inteligencia.

Había algo conmovedor en la visión de Vishous dormido, pensó muy pero que muy para sus adentros. Le daba la oportunidad de apreciar cómo podría ser, o cómo podría haber sido, el hermano sin toda esa acidez que desprendía. Estaba tumbado boca abajo, con la cabeza de lado sobre un cojín de los Red Sox, el brazo derecho por debajo del cojín, acurrucado. Su enorme cuerpo de guerrero estaba relajado. El pelo le tapaba los ojos y los tatuajes. Dormido, sin tensión, sin aquella mirada cruelmente perforante, Butch pensó que V era un bastardo realmente atractivo.

Vale, OK. Sip, recuerda tu Segunda Conclusión. Y piensa en algo más práctico.

Butch cogió la manta polar azul que siempre tenían en el salón para taparse cuando plantaban el culo delante de la tele y se la echó por encima, con cuidado de no despertarle. V rebulló un poco, frotando la cara contra el cojín, y suspiró como si se relamiera interiormente por aquellas horas de bendito sueño después de semanas de infierno. El corazón del poli se hinchó como si alguien lo estuviera inflando con una bomba ¿Tendría algo que ver él con aquel descanso? ¿A lo mejor V podía dormir de una puta vez porque lo que había escupido por fin y lo que habían compartido la noche anterior le había hecho sentir… bien? Mierda, a Butch le gustó aquella idea. Le hacía sentir una especie de escudo torreón enorme protegiendo a Vishous. Le pintaba una fiera sonrisa en la cara.

Segunda Conclusión, imbécil, Segunda Conclusión.

El intercomunicador que había en la pared de la Guarida al lado de la puerta de seguridad crujió durante un segundo antes de que la voz de sargento de hierro de Wrath atronara como un concierto de campanas de Notre Dame.

-¡Señoras, sacad vuestros culos de la cama!¡Ya!

Butch se giró hacia el aparato envidiando a aquellos súper héroes que podían freír cosas con los rayos láser de sus ojos y Vishous dio un salto en el sofá, a punto de levitar del susto.

-¿Qué mierda…?- se quedó sentado como una muñeca desmadejada, con la manta sobre las piernas.

-Wrath deseándonos los buenos días.- gruñó el poli mientras se acercaba al intercomunicador. Pulsó el botón de respuesta-. Recibido alto y claro, jefe. Ten piedad y danos diez minutos.

-Diez y no más. Os podéis maquillar de camino a mi despacho. Reunión general.

Uh, mierda. Butch se giró hacia Vishous, sentado con la cabeza hacia atrás contra la cabecera del sofá y pasándose las manos por la cara.

-Ya puede haber estallado la puta tercera Guerra Mundial.- masculló.- Estaba durmiendo, joder.- dejó caer las manos y luchó por enfocar la vista con el ceño fruncido. Parpadeó al mirar a Butch- ¿Por qué tienes esa sonrisita idiota en la cara?

El poli torció el gesto. Aquella escena se parecía mucho a cómo solía ser su vida normalmente. Y le encantaba.

-Buenos días, princesa. Ver cómo te despiertas es como uno de esos documentales de National Geographic. Ya sabes… -Butch puso voz de comentarista-… el oso Grizzle abandona la cueva tras una larga hibernaci… ¡lo atrapé!- canturreó cuando V le arrojó un cojín con un gruñido.

Vishous se apartó el pelo de los ojos y pasó de dormido a alerta en un latido de corazón. Y su expresión cambió de gruñona a confusa. Butch supo perfectamente qué estaba recordando el hermano cuando los ojos claros se desviaron a sus labios.  Muy a su pesar, notó que empezaba a lucir su rojo irlandés marca de la casa. Apretó el cojín en las manos. Justo entonces V se dio cuenta de la manta que tenía enredada en los muslos. Frunció el ceño, jurando que no se había tapado cuando había cogido el libro para pasar el rato, y luego alzó la mirada hacia el poli ¿Se la había puesto él por encima? Oh, vaya

-Gracias.- murmuró y, sin poder reprimirse, sonrió.

Como un imbécil acabado de despertar al que su amorcito le trae el desayuno a la cama. O como alguien aún más imbécil que no estaba acostumbrado a que nadie tuviera un gesto cálido con él.

Butch vio aquella sonrisa -no la mueca torcida habitual- de anuncio de dentífrico y sintió que su Segunda Conclusión perdía estrepitosamente el combate contra la Primera. Ver sonreír a Vishous era como asistir a un milagro en directo con asientos VIP. Transformaba la cara del hermano como un rayo de luz y hacía sentir a Butch reconciliado consigo mismo, todo en el mismo gesto.

-V…- carraspeó.

-Voy a ducharme. Espérame en el despacho de Wrath, ¿vale?

-Um, está bien. Te… espero allí.

Butch dejó el cojín espachurrado sobre el sofá y salió de la Guarida con la cabeza gacha, pero no lo suficiente como para que V no pudiera ver el rojo grana en su cara. Otro que le daba vueltas a lo de ayer, estaba claro.

Contra todo pronóstico, en cuanto Vishous había vuelto a la Guarida al amanecer y había cogido un libro para soportar su insomnio, había caído frito como un leño. Y había dormido horas sin moverse. Sin soñar. Como un angelito ¿Para qué engañarse sobre el motivo? Aquel beso con Butch, todo lo que le había transmitido, le había dejado una sensación que habría calificado como felicidad en estado puro si alguna vez la hubiera saboreado antes. Eso y el monólogo que había mantenido con su mitad inferior en cuanto el poli había salido del ático, claro. Repetidas veces.

Abrió la ducha y dejó que agua caliente le quitara el frío de haber dormido destapado casi todo el día. Hasta que Butch le había echado una manta por encima. Mierda, aquella estúpida sonrisa no quería desaparecer de su cara. Por eso había tenido que despedir al poli dejándole con la palabra en la boca. No quería que viera cómo le había afectado lo de anoche.

Ni cuánto deseaba que volviera a ocurrir, por muy improbable que fuera eso.

Butch no le amaba, Vishous era muy realista al respecto. Pero no podía evitar pensar que el poli era honesto, sentimental y no tenía dobleces. Si le había pedido que le besara, e incluso le había animado a seguir cuando sus demonios habían salido a saludar, tenía que ser porque sentía algo por él. Algo bueno.

La jaula de mariposas que parecía tener últimamente en el estómago volvió a aletear y el pánico lo inundó mientras se secaba con la toalla los tatuajes de la pelvis. No podía hacerse ilusiones. No debía. Por muchos motivos, como que su vida dejaría de pertenecerle en unos días, como que, si Marissa aparecía si quiera para decir “hola” Butch se postraría a sus pies, y como por el hecho de que él era un macho y un bicho raro. Para nada el tipo de persona íntegra, dulce y luminosa por quien el poli podría sentirse atraído, dejando a parte el asunto de “sí, mira, resulta que tengo polla”. Debía guardar como un tesoro lo ocurrido anoche y mentalizarse de que no iba a volver a ocurrir.

A pesar de todo, cuando salió de la Guarida ignorando el grito de “última llamada” de Wrath por el intercomunicador, seguía sonriendo. Dicen que lo único que quedó en un rinconcito de una caja cuando una metomentodo egocéntrica llamada Pandora la abrió fue la Esperanza.

 

OOO

-Uno de los chicos ha desaparecido. Rahg.- Wrath se levantó las gafas oscuras y se frotó los ojos con los nudillos antes de volver a ponérselas. Suspiró-. Sus padres me han llamado para comentarlo. No volvió a casa anoche, no se ha puesto en contacto con ellos y parece que sus amigos tampoco saben de él.

Varios hermanos, desperdigados por el despacho del rey, suspiraron, odiando verse metidos en un lío de mocosos hijos de nobles.

-¿Dónde le vio alguien por última vez?- Rhage se sacó un Tootsie Pop del bolsillo de los tejanos, lo abrió y empezó a chuparlo sentado en un enorme butacón con tapicería de dorados y azules.

-En una discoteca del centro. Passion.- las cejas negras de Wrath se juntaron sobre su nariz.

-¿Passion?- Hollywood señaló a Butch con el caramelo-. Eh, poli, ¿no fue ahí donde nos encontramos el otro día para patrullar? ¿Cerca de donde tú y V habíais visto restrictores?

Butch asintió, sentado en el sofá al lado de V. Ambos intercambiaron miradas por un momento, restaurando al instante aquella especie de conexión telepática.

-Sip. Un sitio pijo lleno de pijos. Creí que sólo iban humanos allí.

-A algunos de los jóvenes de la glymera les gusta mezclarse con la alta sociedad. Les he oído el nombre de ese sitio durante los entrenamientos.- Zsadist arrugó el labio arruinado, dando a entender que los niños bien y sus costumbres le provocaban sarpullidos. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho, apoyado contra la pared de un rincón.

Wrath levantó una mano.

-Parad máquinas. No hay nada que nos haga pensar que los restrictores han tenido algo que ver.- repiqueteó con los dedos sobre un montoncito de papeles en su escritorio-. Sus tres colegas estuvieron con él en el local sin que hubiera pelea ni vieran a nadie sospechoso. Y son muy capaces de distinguir a un hijoputa albino, lo habrían percibido. Simplemente, perdieron a Rahg de vista a lo largo de la juerga. Al menos, eso es lo que sus padres me han hecho saber de forma discreta…

-No vaya a ser que otros nobles piensen que su hijo es una oveja descarriada y eso empañe el lustre del escudo familiar.- Vishous interrumpió con desdén, enarcando una ceja con una mueca. Por los gruñidos de los demás, todos compartían la misma visión sobre la glymera.

La cabeza del rey se giró hacia él.

-Cierra el pico, V, por mucha razón que tengas ¿Oficialmente? Sólo tenemos un recluta que puede que se haya ido de marcha y haya acabado durmiendo la resaca en un hotel. En el peor de los casos, que el sol le haya pillado vomitando en un parque y lo haya frito. Una desgracia, pero no un crimen en el que la Hermandad deba meter las narices.- frunció los labios-. Aún así…

-Aún así deberíamos investigar, mi señor.- Phury se esforzó por mantener las manos enlazadas en el regazo para evitar que sus hermanos vieran que le temblaban. Todavía no había podido encender ningún rojo aquella noche.

-Si dejáis de interrumpirme de una condenada vez podremos organizarnos.- Wrath miró a V y a Phury por turnos. Los dos parecían con ganas de acción aquella noche aunque, a juzgar por sus caras, por motivos diferentes. Phury parecía psicótico y V… mierda, sonreía. Aquello no podía ser bueno-. Butch, tú tienes buena mano con los reclutas. Y Z, tú los conoces bastante. Id a hablar con ellos, intentad sonsacarles más detalles, por si acaso. Pero nada de presiones, no tenemos nada seguro. Z, luego te tocará entrenamiento, esta noche aparcas tu culo aquí.

-Un placer hablar con los niños.- Zsadist sonrió fríamente, traduciendo como “a ti te temen más” el “tú los conoces bastante”.

-Vishous, mientras los caballeros hacen gala de su diplomacia –Wrath miró a Z y a Butch por turnos- tú ponte con la emisora de la poli por si anoche pasó algo que no sepamos.

El hermano se llevó dos dedos a la sien en un saludo militar. El cabrón estaba decididamente de buen humor aquella noche. Lo cual podía significar que el fin del mundo estaba cerca o cualquier otra mierda infernal.

-¿Y los demás qué hacemos?- Rhage pulverizó la piruleta con los colmillos.

-Bueno… -ahora fue el turno de Wrath de lucir sonrisa lobuna-. Luego es muy probable que Phury salga con el poli a ver si rastrean a esos restrictores por el centro de una puta vez. Vishous y tú podríais compartir un rato de diversión en esa Passion. Ya sabéis, charlar con el encargado y el personal.

Los dos hermanos se miraron y V se encogió de hombros. Si Wrath quería husmear en aquella disco para acabar de confirmar que era un lugar seguro para los cachorros de la glymera, Rhage desde luego era mejor opción que él. Ojeó los tejanos azules y la camisa negra. Hollywood podía pasar por un chico humano con ganas de vivir la vida, pero…

-Como quieras, mi señor. Pero puede que tenga ciertos problemas con el derecho de admisión.- comentó mientras repasaba sus pantalones ceñidos de cuero y la camiseta de combate, doblando la mano derecha hasta hacer crujir el guante.

La sonrisa de Wrath habría dado perra envidia a Jack el Destripador.

-Entonces, amigo, tendrás que vestirte para la ocasión, ¿no te parece? Creo que Butch tiene unos cuantos armarios bien surtidos. Seguro que puede prestarte algunos trapos después de desayunar…

Cuando los demás hermanos estallaron en carcajadas V pensó que podía sumar otro delito a su larga lista de comportamiento antisocial. Magnicidio. Porque podría haberle arrancado la cabeza al rey de un mordisco. Cuando Rhage salió disparado del despacho con aquella extraña expresión de haber tenido una idea brillante, Vishous supo que la noche iba a ser jodidamente larga.

OOO

-Espero que hayan barrido sus cenizas de debajo de un puente.

Qhuinn meneó el cuello de un lado a otro y luego los brazos, estirándose antes de empezar la rutina de clases de la noche. Al menos, tendrían un par de horas de teórica antes de que les empezaran a machacar los huesos. No había recluta al que no se le retorcieran las tripas al ver las colchonetas azules. Blay chocó los nudillos con Qhuinn y John frunció el ceño a su lado. Las noticias habían corrido como la pólvora. Hay que joderse. La noche anterior pensaba que estaría muy bien que cabrones como Rahg recibieran alguna hostia de la vida, pero ahora se sentía como un despojo inmundo por haberlo deseado. Una oleada de calor lo recorrió de pies a cabeza y rompió a sudar. Era la tercera en doce horas.

-John, tío, ¿estás bien?- Blay le dio una palmada en la espalda.

Asintió y luego empezó a gesticular.

“Sólo acalorado. Debo haber pillado alguna mierda”.

El pelirrojo frunció el ceño.

-Los vampiros no pillamos nada ¿Tienes como sofocos? ¿Golpes de calor? ¿Y te duele la piel como si tuvieras una insolación?

John asintió, sus dos amigos se miraron y sonrieron.

“¿Qué?”

-Estás cerca, tío.- Qhuinn le pasó el brazo por los hombros-. No sé si felicitarte o darte el pésame, pero estás cerca de la transición. Puede que a horas.

John les miró pestañeando y luego recorrió sus enormes corpachones ¿El pésame? Coño, si por él fuera la transición podía comenzar en aquel puto instante. O se convertía en un hombre ya o alguien ponía fin a su vida para ahorrarle sufrimiento. No había más elección.

En aquel momento, Lash entró en la clase como un gallo en un gallinero, seguido por tres de sus colegas y John deseó poder acelerar el tiempo para pasar por el cambio. Como YA. Lash medía más de metro ochenta. Un mole enorme de chulería y mala leche que se había cortado el pelo a cepillo. Los diamantes en sus orejas brillaron tanto como su sonrisa cuando miró a John. Por eso el muy cabrón no había venido la noche anterior. Todavía se movía como si ET hubiera poseído su cuerpo, pero su ego compensaba el desajuste.

-Esto se va a poner movidito.- Blaylock lo miró con los brazos cruzados sobre el pecho.

-Una pena que no la haya palmado durante el cambio.- Qhuinn infló pecho, resaltando los músculos bajo la camiseta ceñida de tirantes, ignorando que la mirada de Blay se había desviado hacia él como un rayo.

Lash empezó a caminar hacia el trío con una ceja alzada pero frenó en seco cuando la puerta de la clase se abrió como si la hubieran detonado, chocando contra la pared con un estrépito metálico. Todos los reclutas dieron un salto y se pusieron en pie delante de sus sillas como un solo hombre. Zsadist acababa de aparecer en el umbral. Y estaba cabreado. Lo único que podría sobrepasar el nivel de alerta DEFCON 1 que suponía eso era un huracán de categoría cinco mezclado con un tsunami más las trompetas del Juicio Final. Detrás de él entró Butch, con las manos en los bolsillos.

-‘Nastardes, damiselas.

Z sonrió. Mierda, sonrió. Los reclutas empezaron a moverse, incómodos. Tenía los ojos negros. Aquello no iba a ser una fiesta. El hermano se plantó delante de la clase, las piernas separadas, las manos en las caderas y aquella sonrisa demoníaca.

-Hoy voy a hacer vuestros sueños realidad. No clases teóricas. Sólo práctica. Conmigo. Todo el rato.- torció la cabeza, haciendo crujir las vértebras, cuando los reclutas se quedaron criogenizados en su sitio-. Lo sé, señoras, yo también me alegro. Pero antes tengo un par de preguntas.- levantó la mano derecha, señalando al trío que acompañaba a Lash como una sentencia de muerte-. Tú, tú y tú. Anoche ¿Quién vio a Rahg por última vez?

Butch reprimió una sonrisa cuando los tres jóvenes vampiros palidecieron hasta parecer papiros viejos. Él había hecho de poli malo en más interrogatorios de los que podía recordar, pero Z no necesitaba ni abrir la boca. Bastaba con que sonriera. Los tres críos se miraron con los labios cerrados. Z dio un paso adelante. Uno de ellos, con melenita escalada, fue el primero en hablar.

-Estuvimos un rato todos juntos. Luego cada uno fue a su rollo. No sé a qué hora le vimos por última vez.- se encogió de hombros-. No hacemos de canguro.- la última palabra salió de sus labios con un temblequeo de gallina.

Las cejas de Zsadist se juntaron sobre su nariz y la temperatura de la clase bajó un grado. Caminó lentamente hasta pararse delante del chico. Butch pudo oler el miedo cuando el recluta bajó la vista a sus bambas. Allí había algo. Si Rahg sólo se había ido de la disco para follar con alguien, sus colegas no lo esconderían. Eso formaba parte de las cosas de machitos que se contaban en grupo. No, allí había algo que los críos querían ocultar a los Hermanos aún a costa de su amigo del alma.

Z se inclinó hacia el cuello del chico, con las manos enlazadas a la espalda, e inspiró. La clase entera contuvo el aliento.

-Mientes.- pronunció la acusación en un tono suave, de ronroneo. Siguió hablando sin apartarse del cuello del chico- ¿Alguien más quiere darme su versión?

Los otros dos amigos callaron como piedras y eso dio tiempo a Butch para repasarlos de arriba abajo. Dejando al margen que su piel parecía haberse vuelto verde de pánico, tenían aspecto cansado. Ojeras azules. Labios secos. Parecían no haber dormido. Como si tuvieran una resaca monumental mezclada con un vacío cerebral. Como tantos otros que el poli había visto a lo largo de los años.

Con una repentina inspiración, espió a Qhuinn, Blay y John mientras Zsadist desplegaba sus encantos. Qhuinn estaba literalmente echando humo por las orejas, fulminando a los tres silenciosos conspiradores con la mirada. Blay se mordía el labio y Butch apostaría a que también la lengua. Y John tenía los ojos fijos en el suelo mientras repiqueteaba con la punta de las zapatillas. Como si los tres estuvieran echando el resto para evitar gritar algo a los vientos. Los otros reclutas del grupo observaban al trío interrogado con mal disimulada satisfacción. O sea, que Rahg y sus amigos estaban metidos en algo que era vox populi y que todos sabían que les metería en un lío con los hermanos.

Dos más dos, cuatro.

-No sabía que la Hermandad vigilara a los nobles en su tiempo libre.- Lash abrió la bocaza manteniendo la vista al frente, evitando mirar a Z-. Si Rahg ha sido tan estúpido como para meterse en líos, es su problema.

Oh, oh. Butch frunció los labios. Z desvió la mirada hacia Lash y caminó en silencio hasta pararse delante de él. Acercó la cara a la del chico hasta casi tocar su nariz. Cuando habló, sus colmillos parecían implantes. Lo único que iba a salvar a Lash y a los otros tres es que, a fin de cuentas, no tenían pruebas de que se hubiera cometido un delito. Tal como había dicho el rey, no podían presionarles.

-Me encanta ver que aprecias tanto a tus compañeros, niña ¿Te han explicado alguna vez que la Hermandad nunca deja a nadie atrás? Creo que acabas de perder puntos para unirte a nosotros.- empezó a emanar ondas furia fría-. Aunque, personalmente, me encantaría tenerte a mano.- encogió el labio superior, arruinado-. Iba a dejarte descansar esta noche pero me lo he pensado mejor. Lucharás conmigo.- se giró de golpe hacia los tres chavales, señalándolos uno a uno-. Vosotros también. Todos al gimnasio ¡YA!- ladró cuando todos parecían haberse soldado al suelo.

Butch tuvo una perfecta visión del odio en los ojos de Lash antes de que el chico bajara la cabeza. Y supo como si se lo hubiera dicho V que les iba a dar problemas. Serios. De los que implicaban sangre. Zsadist miró de reojo al poli un momento y Butch asintió. Los chavales no hablarían a menos que usaran los puños con ellos y no tenían ninguna justificación para eso. Además, Butch ya sabía lo que necesitaba.

Los reclutas empezaron a abandonar la clase hacia el gimnasio como ovejas al matadero. Cuando Qhuinn, Blay y John iban a salir, Butch extendió el brazo, bloqueando la puerta.

-¿Tenéis un momento, hijos?

Los tres se miraron. A ver quién decía que no. Butch asintió en despedida a Z y cerró la puerta. Luego los miró por turnos.

-¿Qué toman? ¿Speed, cristal, crack?

Los tres abrieron unos ojos como platos y luego hicieron un esfuerzo muy consciente para no mirarse entre sí y delatarse. Quién iba a decir que el poli también podía leer las mentes, como el hermano Vishous. John cerró las manos en puños, en su traducción personal de morderse la lengua. Una cosa era odiar a aquellos pijos de mierda y otra convertirse en un chivato. Si había algo que suponía una condena en cualquier instituto o similar, además de ser el pringado, era ser el chivato. Podían ignorarte, escupirte o molerte a palos, pero nunca se lo podías explicar al profe. Las cosas se resolvían como los hombres, cara a cara, o se callaban. Por el silencio sepulcral de sus amigos, supo que en aquello eran como una mente colmena, pensaban igual.

-Ninguno es un chivato, claro. Podéis odiarles pero nunca les delataréis.- Butch suspiró, levantando los ojos al techo-. Aceptadme un consejo, ¿vale?- miró las tres caras muy serias que tenía delante y se sintió como una gallina con sus pollos-. Evitad el centro. Sé que no vais mucho por ahí, pero evitadlo una temporada. Salid por los locales de Revhenge. Hay algo en el aire que no me gusta ¿Estamos?

-Gracias por el consejo.- Blaylock murmuró con la vista baja.

Butch los observó salir, con Blay y Qhuinn triangulando para mantener a John en medio, y pensó que aquel trío le recordaba a alguien. A Rhage, a Vishous y a él, en una versión más juvenil y con menos mierda. Aquellos chicos valían. Aún eran muy jóvenes, pero estaba claro que entendían lo que era la hermandad entre machos.

Lo malo es que, aquella vez, podía costarle la vida a Rahg.

OOO

Phury rezó con todas sus fuerzas por que aquella noche Butch y él encontraran una pelea del demonio. Eso, y el rojo que iba a encenderse en cuanto acabara la Primera Comida y se escurriera a su habitación, era lo único que podía mitigar la frustración. Era un completo malnacido. Había aprovechado que Zsadist tenía clase con los reclutas y no había podido acompañar a Bella en el desayuno para observarla de reojo más rato del que era socialmente aceptable.

Normalmente, cuando su gemelo estaba con ella, se limitaba a mirarle las manos. Dios, tenía decenas de bocetos de aquellas manos de porcelana. Le gustaba mirarlas y dibujarlas imaginando qué se sentiría al tenerlas sobre el cuerpo. Pero, cuando Z no estaba con ella, recorría de reojo sus brazos torneados, que el jersey ajustado insinuaba, la curva grácil del cuello que quedaba al descubierto cuando se echaba la melena caoba sobre el otro hombro. La forma en que sus labios llenos subían hacia arriba cuando sonreía, entornando los ojos…

Podía fantasear con que aquella sonrisa era para él.

-¿…Phury?

Mierda, se dio cuenta de que tenía el tenedor con la tostada pinchada a medio camino de la boca desde hacía un minuto cuando la voz rasgada de Butch sonó justo delante. Giró la cabeza de Bella hacia el poli como un robot y no le gustó nada la mirada del irlandés. Llevaba el “lo sé” escrito en los ojos.

-Perdona, no te he oído.- se obligó a llevarse la tostada a la boca y a tragársela. Para el caso, podía haber estado comiendo arena.

-Pasa a buscarme por la Guarida dentro de media hora.- el tono de Butch era suave, comprensivo-. Creo que ya habré acabado de convertir a V en una Bratz para entonces.

-Vigila tu espalda, poli. Puede que para entonces la esté masticando.

La seca réplica de Vishous, acompañada de una sonrisa que dejaba los colmillos al descubierto, hizo reír a todo el mundo sentado en la enorme mesa del comedor.

-Sé cuidar de mi culo, compañero.- Butch entrecerró los ojos más.

-Me doy cuenta, está en perfecto estado.

La sonrisa de V no flaqueó un milímetro y las risas de los demás tampoco. Lo que flaqueó fue la mirada de Butch. Pasó de los ojos de Vishous a los huevos revueltos de su plato acompañado de un rebullir como si el asiento de terciopelo tuviera polvos pica-pica. Aquel gesto pasó desapercibido para todo el mundo, junto con la mirada penetrante de V que le siguió, excepto para dos hembras.

Beth disimuló que había estado observando a los dos machos durante todo el desayuno mientras se limpiaba los labios con una servilleta de lino bordada. Que Vishous albergaba, cómo decirlo, ciertos sentimientos hacia Butch era un secreto mal guardado a voces, porque la Hermandad era como un grupo de comadres donde todo se acababa sabiendo. Pero, hasta ahora, Beth creía que a nadie se le habría pasado por la cabeza que Butch pudiera estar en la misma onda. Y, sin embargo…

Sin embargo allí estaban aquellas miradas entre anhelantes y desconfiadas que el poli había estado dedicando al hermano toda la comida. Cuando V no miraba, Butch lo observaba como si intentara desentrañar el enigma del Big Bang mezclado con una buena dosis de… ¿deseo? ¿Era esa la palabra? Beth creía que sí. Y, cuando los dos hablaban, Butch acababa bajando la mirara y la reina habría apostado parte de su colección de muñecas de porcelana a que el irlandés intentaba no sonrojarse. En cuanto a Vishous, aquella tarde sonreía. De verdad. De oreja a oreja, no aquella mueca sarcástica que le levantaba la perilla por un lado. Y, aunque era difícil leerle la expresión, Beth habría jurado que era de alegría contenida.

Así que algo había pasado.

La reina paseó discretamente la mirada por la mesa para ver si alguien más había tomado nota cuando se tropezó con Mary. La humana tenía las manos sobre el regazo y una sonrisa reservada en la cara mientras asistía al intercambio de pullas entre V y Butch. Así que ella también se había dado cuenta…

Beth esperó a que todos los hermanos hubieron acabado de engullir su obscena ración de calorías como desayuno, devolvió el sonoro beso a Wrath y se acercó a Mary en cuanto Rhage la hubo dejado con los pies en el suelo después de besarla en volandas.

-Mary, ¿te importa quedarte un minuto?

-No, claro, que no….- se apartó el pelo de la cara mientras sonreía. Rhage era un bruto, pero uno encantador.

Ambas aguardaron hasta que el comedor quedó libre de masas musculosas y Beth le hizo una seña a Fritz para que las dejara a solas antes de retirar la vajilla.

-La verdad es que no sé cómo empezar esto, vas a pensar que soy una cotilla.- suspiró, dándole vueltas a cómo enfocarlo.

-¿Butch y Vishous?

Beth frunció los labios y miró a Mary sin parpadear para luego soltar una risita.

-Vale, me has pillado.- tamborileó con los dedos en una silla-. He visto que tú también te has estado fijando y quería… no sé, hablar con otra persona para confirmar que no me he vuelto loca por pensar que hay…

-¿Algo entre ellos?- cuando Beth se encogió de hombros, incómoda, Mary la imitó-. Siempre ha habido algo entre ellos, al menos desde que yo llegué a esta casa. Supongo que la única diferencia es que ahora es más… explícito.

La reina frunció el ceño mientras rascaba la madera lacada con una uña. Siempre había habido algo entre ellos, sí, eso estaba claro por la forma en que excluían al resto del mundo cuando estaban hablando juntos, por cómo siempre caminaban el uno al lado del otro… Mierda, estaba claro, a secas. Pero…

-¿Sabes, Mary? Supongo que soy la única persona que conocía a Butch antes de que se uniera a nuestro mundo. Cuando era detective de homicidios.- no hacía falta añadir que incluso se habían besado-. Quiero decir, él no estaba bien entonces. Caminaba, trabajaba, respiraba, pero era como si estuviera muerto en vida. Luego vino con nosotros y conoció a Marissa. Y me alegré por él, mucho. Era justo el tipo de mujer, de hembra, que podía hacer sentir limpio a Butch.

Mary observó el perfil pensativo de Beth y luego desvió la vista a la puerta del comedor, por donde habían desaparecido Butch y V. Recordó cómo miraba siempre el irlandés a Marissa cuando se habían sentado juntos en la mesa: como si fuera una estrella, como si su brillo pudiera hacerle brillar a él y limpiar todo lo que creía malo en su alma. Butch siempre se alisaba la ropa cuando estaba cerca de ella, siempre se enderezaba, incluso intentaba suavizar su acento de Boston, como si procurara camuflar un poco lo que era porque creyera que no sería suficiente para ella.

Nada de eso se aplicaba al hermano Vishous. Cuando Butch estaba con él era una persona totalmente distinta. Un hombre con la réplica mordaz, el ingenio rápido, completamente suelto y a gusto, pero con esa especie de corriente eléctrica que flotaba entre ellos. Mary no conocía mucho a V, de hecho, dudaba que nadie le conociera al margen de Butch, ni siquiera Rhage. Pero sí veía el efecto que tenía el irlandés en el hermano. Conseguía que dejara de apretar los labios, que hablara, incluso que sonriera. Suspiró y devolvió la mirada a Beth.

-Estás preocupada porque crees que Marissa era la pareja perfecta para Butch  y tienes la impresión de que, si continua lo que sea con Vishous, ella nunca podrá recuperarlo, ¿no es así?- comentó con voz suave.

Beth rió, sacudiendo la melena negra.

-¡Eres increíble! ¿Cómo lo haces para poner los sentimientos de los demás en palabras?- retorció un mechón de pelo entre las manos, poniéndose seria-. Tienes mucha razón. Butch forma parte de mi vida como humana y siempre le he tenido cariño. Me gustaría verle feliz. Y también a Marissa. Es una hembra muy valiente, más de lo que ella misma cree. Vas a ir esta noche al Refugio, ¿verdad?- se mordió el labio- ¿No podrías hablar con ella?

Mary la contempló un momento en silencio, desvió la mirada hacia la puerta de nuevo y luego volvió a suspirar.

-Hablaré con Marissa para ver cómo está, desde luego. Pero, Beth… -escogió con cuidado sus palabras durante unos segundos-… creo que hemos cometido un serio error de juicio.

-¿En qué sentido?- Beth dejó de retorcerse el pelo al instante.

-En que creo que no necesariamente Butch y Marissa tienen o pueden ser felices juntos. A veces, lo que parece más obvio no es lo mejor.

OOO

-¿Drogas? ¿Estás seguro?- V apuró el cigarro de una fuerte calada antes de aplastarlo en un cenicero en la habitación de Butch.

-Me apuesto lo que quieras.- el poli tenía abiertas las puertas de todos sus armarios y el ceño fruncido, repasando sus colecciones-. Conozco esas caras, V, las he visto muchas veces. Las ojeras y la boca seca. Esos chicos probablemente controlaron la dosis, pero puede que Rahg no tuviera tanta suerte.

Vishous contempló las hileras interminables de ropa de alta costura como si fueran armas de destrucción masiva mientras Butch empezaba a sacar camisas y a ponerlas encima de la cama.

-Estaría bien hablar con el Reverendo, entonces. La Policía no tiene nada fuera de lo común en el querido Caldie. Si los restrictores están detrás de esto, han sido muy discretos, pero no creo que sea cosa suya. Negra.- cuando el poli le miró con el entrecejo fruncido, V cabeceó hacia la camisa gris perla que tenía en la mano y meneó un dedo-. No pienso ponerme otra cosa que no sea negra aunque me vaya la vida.

Butch puso los ojos en blanco y resopló, guardando todas las camisas menos las negras.

-Puede que la mierda venga de Revhenge, pero no creo que la hayan conseguido en sus garitos. Esos chicos no se arriesgarían a comprarla en el ZeroSum o el IronMask delante de las narices del jefe de la glymera, para que pudiera ir con el cuento a sus papis.- el poli sacó un traje completo Versace negro con finísimas rayas también negras y lo sostuvo delante de V-. Tienen que distribuirla directamente en esa disco o en algún bar de copas cerca.

-Me encanta tener un detective a mano.- V torció el gesto cuando Butch levantó la cabeza hacia él, con el traje en medio de los dos. Guardaron silencio varios segundos y luego Vishous enarcó una ceja- ¿Has acabado de tomarme medidas o es que te gusta jugar a muñecas conmigo?

-Espera a que te haga dos coletas con ese flequillo tuyo. No, mira, ya sé, ¿qué tal un poco de carmín de labios?- Butch le miró con los ojos entornados mientras sostenía una corbata negra por delante.

-Como quieras, así te dejaré la marca en el cuello cuando te haya arrancado la cabeza.- V sonrió, mostrando unos colmillos de tigre. Mierda, le encantaba el jueguecito.

-Muérdeme.- el poli meneó unos calcetines de seda negra nuevos, aún en la bolsa, delante de sus narices, como un cebo.

-Será un placer…

Vishous caminó hacia él con la cabeza gacha, los hombros hacia delante y Butch no estuvo muy seguro de hasta qué punto aquello seguía siendo un juego. Pero no se movió del sitio cuando V se paró a un palmo de él. Se limitaron a mirarse. Al cabo, Vishous tendió una mano.

-¿Vas a darme los malditos trapos o no?

Butch manoteó con todas las prendas a la vez.

-Ten, pruébatelas. Somos de la misma complexión, pero ese traje está hecho casi a medida, así que no sé cómo te quedará…- mierda, estaba parloteando. Se mordió la lengua.

El poli no hizo ningún gesto de salir de la habitación o de girarse para darle intimidad, así que V se sacó la camiseta de dentro de los pantalones y se la pasó por la cabeza, desnudándose. Cuando se sacudió el pelo para apartárselo de los ojos, Butch estaba mirándole. Detenidamente. Mierda, los pezones se le pusieron erectos. Empezó a respirar rápido. El poli también, pero señaló la camisa negra con la barbilla. Carraspeó.

-Prueba… pruébatela.

V metió los brazos en la camisa sin dejar de mirar a Butch. El poli tragó saliva. Joder, ¿es que no iba a poder ver a Vishous descamisado sin sufrir una arritmia después de lo de anoche? No, parecía que no. Contempló cómo el hermano se abrochaba los botones, de abajo a arriba. Cuando llegó a los superiores, se dejó abiertos los tres últimos.

-No vas a poder ponerte corbata así.- graznó.

-No pienso ponerme corbata. Antes me ahorco yo mismo.- V se remangó los puños de la camisa Cartier hasta medio antebrazo.

-Tampoco vas a poder ponerte gemelos.

-No me digas.

V se reajustó la camisa. Como un guante. Parecía que le acariciara. Inclinó la cabeza a un lado como si dijera “¿ves? Sé ponerme una maldita camisa”. Luego se llevó las manos a los pantalones de cuero y se bajó la cremallera de la bragueta. Raass… El sonido pareció rebotar en el cerebro de Butch. El poli se dio la vuelta hacia su armario.

-Eh… voy a cambiarme yo también.

Le costó dos intentos dar con unos pantalones de cuero y una camiseta limpias a pesar de que los tenía doblados en pilas en el estante justo ante sus narices. A su espalda, oía el fru-fru de Vishous trasteando con la ropa. Quitándose el chándal, quedándose desnudo, subiéndose el pantalón del traje. Segunda Conclusión, hijo de perra. Haz el favor de acordarte de la puta Segunda Conclusión.

-Son de mi talla.- V acabó de ajustarse el cinturón de piel y carraspeó. Butch desprendía tanto calor erótico como él mismo.

El poli se giró, le miró, parpadeó y volvió a mirarle. Lentamente. De abajo a arriba. Con la boca abierta. Señaló la chaqueta sin separar los ojos de los de V.

-Ponte la americana. Espera… y unos mocasines.

-Si quieres que me ponga mocasines tendrás que atarme.

Vale. OK. Céntrate Butch.

-Zapatos italianos, entonces.

Vishous sentía los ojos del poli en cada centímetro de la piel mientras se ponía los calcetines, los zapatos y la americana. Por Dios que si seguía desprendiendo aquel calor acabaría empotrándolo contra el armario y averiguando a qué velocidad era capaz de quitarse aquella ropa. Cuando estuvo completamente trajeado abrió los brazos y enarcó las cejas.

-¿Y?

Mierda, Butch estaba en problemas. En serios problemas. Porque estaba a punto de empezar a resoplar como un caballo desbocado. Dios… Vishous podría haber salido de un álbum de fotos de los Más Elegantes de la Mafia. Joder, no, no sólo estaba elegante, estaba…

Para empujarlo contra el armario y sacarle todas las prendas. Una por una. O a la vez.

Tragó saliva, cogió la corbata descartada y se acercó a Vishous hasta que respiró el calor que desprendía el hermano.

-Te he dicho que no pienso ponerme corbata.

-No tienes que anudártela al cuello. Sólo déjame probar una cosa… ¿vale?

Bueno, si con eso podía notar las manos del poli encima, era capaz de soportarlo. V se levantó el cuello de la camisa y agachó un poco la cabeza para que Butch pudiera pasarle la corbata de seda negra por la nuca. Cuando se miraron, sus caras estaban muy cerca. V todavía olía a jabón y aftershave. Butch a colonia cara.

El poli le arregló la corbata con un nudo flojo, dejando que cayera sobre el pecho en un estilo totalmente informal. Cuando levantó las manos para poner bien el cuello de la camisa, Vishous hizo lo mismo y ambos se tocaron. Butch retiró las manos, bajó la vista y al instante maldijo para sus adentros. V empezaba a tener una erección. En unos pantalones de vestir que no dejaban margen al disimulo. Y el hermano nunca usaba ropa interior. Mierda, ¿por qué aquello era tan incendiario? Volvió a levantar la vista y se tropezó con una sonrisa torcida, una ceja enarcada y dos ojos brillando como ascuas lunares.

Vishous inhaló hondo y el aroma a excitación que desprendió el poli acabó por ponerle como una piedra. Muy bien, si a Butch le ponía cachondo verle vestido como un metrosexual él podía hacerse a la idea de ponerse aquella ropa al menos una vez por semana. Se inclinó hacia el irlandés sin darse cuenta.

Butch dio un paso atrás.

-Estás… -boqueó, mirándolo de arriba abajo.

¿Qué? ¿Duro, cachondo? Efectivamente. Vishous vio el rechazo en la cara del poli y sintió que se volvía de piedra por dentro. No importaba que Butch reaccionara a su presencia. El poli no quería nada con él. No en ese sentido. Lo de anoche no iba a volver a repetirse. Claro que no, estúpido gilipollas, ¿qué esperabas?

-Ridículo.- la voz salió dura y V no supo si el adjetivo iba para cómo se sentía vestido de Versace o por sus esperanzas infantiles.

Butch meneó la cabeza.

-No. Estás… –¿increíble? Tremendo?– No sé por qué no te vistes así de vez en cuando.

V le dedicó una mirada dura. Aquel paso atrás había dolido. Mucho, aunque interiormente se había mentalizado para algo así y, de hecho, suponía que era lo mejor teniendo en cuenta las circunstancias. Las ropas le estaban haciendo sentir como un imbécil.

-Porque yo no necesito disfrazarme para hacer creer a los demás que soy otra persona.

Butch dio otro paso atrás. Esta vez, como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago. Abrió la boca para decir algo pero V salió de la habitación sin mirar atrás. El poli se pasó una mano por el pelo. Joder, aquello había dolido. Es lo que solía ocurrir con las verdades, por crueles que fueran. Te dejaban sin aire en los pulmones. Y la que acababa de soltarle V era de gran calibre justamente porque le conocía.

El resto de la Hermandad podía creer que vestía como un dandy sólo porque le gustaba y porque ahora podía permitírselo. Vishous sabía la verdad. Que se vestía de cachemira y de seda porque creía que así se alejaba un poco de su Yo Mierda y se acercaba algo más a su Yo Deseado. Había empezado a vestir así desde que había visto a Marissa. Desde que había intentado aparentar que no era lo que era, en un intento de que ella pudiera verle como a un igual. Alguien elegible.

Menuda mierda. Para eso no bastaba con mejoras en chapa y pintura. Necesitaría un cambio de chasis entero.

Suspiró, con la espalda apoyada en el armario mientras las persianas metálicas se levantaban para la noche. Y, a pesar de saberlo, ¿a V se le ponía dura por él? Se pasó la mano por los ojos, totalmente fuera de juego. No lo entendía, sinceramente no lo entendía. Eso sí, apostaría algo a que Vishous no había interpretado bien por qué él había dado un paso atrás. Lo había hecho porque el ramalazo de deseo al verle desvistiéndose le había mareado. Y a V le había dolido. Butch había podido adivinarlo a pesar de su expresión de iceberg precisamente porque también le conocía.

Salió de la habitación decidido a hablar claro.

-Vishous…

El hermano estaba de pie en la salita, poniéndose de nuevo la americana. Butch vio que se había ajustado las correas de las dagas sobre el pecho de manera que no se vieran cuando se abrochara la chaqueta. V volvía a tener aquella mirada helada que el poli no soportaba. Abrió la boca justo en el momento en que se abrió la puerta de seguridad de la Guarida.

Una mano sosteniendo una muñeca de porcelana apareció por la abertura. Una muñeca con tirabuzones rubios, vestido de encaje azul y a la que alguien había atado un trozo de plástico negro tapándole toda la cara con dos agujeros para los ojos. Con otras dos tiras atándole las diminutas muñecas y los tobillos. Sonaron risitas ahogadas desde el pasillo de entrada a la Guarida y la mano movió la muñeca, meneando los ricitos, acompañada por una voz de falsete que recordaba sospechosamente a la de Rhage con afonía.

-Hola, Vishous. Soy tu compañera para el baile de esta noche. La nueva Barbie Sadomaso.- las risas se hicieron más agudas y el Rhage-falsete tuvo que aclararse la garganta para seguir con aquel tonillo chillón- ¿Me llevarás a la disco contigo?- meneó la muñeca más rápido, implorante-. Prometo hacer lo que me digas, oh Amo, tú el más elegante de todos…

Hollywood sufrió un ataque de tos histérico que puso fin a su voz de flauta y entró en la Guarida aguantándose las costillas con la maldita muñeca en la mano. Detrás de él entró Phury y un Fritz muy preocupado intentando recuperar la muñeca.

-Eh, V, ¿qué me dices? Acabo de encontrarte a la compañera ideal. Oh, demonios…- Rhage se paró en seco delante de Vishous, mirándolo como si fuera una aparición-. Me cago en la leche, miradle. Parece Al Capone.

Phury silbó por lo bajo y sonrió.

-Vaya, se nota que Butch te ha escogido la ropa con cariño.

El poli tuvo que sonreír mientras meneaba la cabeza, con las manos en las caderas. Mierda, la vida no sería igual sin Rhage. Aunque puede que V no pensara igual.

Vishous se acercó a Hollywood, echó un vistazo a la muñeca amordazada con una ceja enarcada y luego empezó a quitarse lentamente el guante de la mano derecha. Dedo por dedo.

-Eh, hermano. Era una broma, ¿OK? ¿Dónde coño está tu sentido del humor?- Rhage levantó las manos en señal de paz, procurando poner la muñeca fuera del alcance de V, por si acababa hecha carbonilla.

Cuando su mano maldita relampagueó, Vishous la alzó despacio hasta ponerla al nivel de la cara de Rhage. Luego levantó el dedo del medio.

-Y yo acabo de encontrar el método ideal para que tu culo brille como una pila ¿Qué te parece, Hollywood?

-Disculpen, señores, ¿les importaría devolverme la muñeca antes de que empiecen a pelearse?- Fritz levantó una mano cubierta con guantes blancos y sus carrillos descolgados se movieron cuando sonrió, rogando-. Es auténtica. Del siglo XIX. De la colección personal de la señora Beth.

-¿Le habéis robado una muñeca de porcelana a Beth?- Butch se acercó a Rhage, examinando el invento.

El rubio se encogió de hombros.

-Bueno, sólo la hemos tomado prestada.

-¿A cuál de vuestras mentes iluminadas se le ocurrió la genial idea de amordazarla con un trozo de bolsa de basura?- Vishous se volvió a poner el guante mientras se alejaba de Butch en dirección a sus Cuatro Juguetes-. Y, por cierto, las máscaras suelen tapar justamente los ojos.

Rhage y Phury se señalaron a la vez. Butch sacudió la cabeza y le devolvió la muñeca a Fritz mientras uno de los ordenadores empezaba a pitar. Phury se volvió hacia V, inclinado sobre el teclado.

-¿Problemas?

-Un mensaje en el contestador de la línea exterior.

Vishous se ajustó uno de los auriculares conectados a los altavoces plateados para escucharlo. Mierda. Dos veces mierda. Sus ojos volaron a los de Butch, olvidando al momento el cabreo que había sentido hacía un instante. Aquello iba a ser duro y llegaba, como todas las malas noticias, en el peor momento. El poli notó su silencio, su mirada, y le cambió la expresión.

-¿V? ¿Qué pasa?

-Es un mensaje para ti. De tu hermano. Teddy O’Neil.- hizo un gesto con el cable del auricular-. Creo que será mejor que lo escuches.

Butch se acercó con el ceño fruncido mientras Phury y Rhage guardaban silencio ¿Su hermano? Hacía meses que ningún miembro del muy unido clan O’Neal se ponía en contacto con él y ya había asumido que su familia humana había borrado su nombre de la memoria. La última vez había sido para avisarle del bautizo de un nuevo sobrino, hacía meses. Pero la cara de V no anunciaba una fiesta con globos. Se puso el auricular y V tecleó para volver a repetir el mensaje grabado.

El poli fue perdiendo color por momentos, con la vista perdida, hasta que se quitó el auricular muy despacio y respiró hondo. Vishous le apretó un hombro con la mano.

-Lo siento, Butch.- murmuró.

-Me estáis poniendo los pelos de punta.- Rhage se puso las manos en las caderas- ¿Qué pasa?

Butch miró a los dos hermanos mordiéndose el labio.

-Mi madre. Murió ayer. Alzheimer avanzado. La han enterrado este mediodía. En Boston.- se pasó la mano por el pelo.

-Mierda, poli.- a Rhage se le borró todo rastro de humor de la cara-. Lo siento, hermano. Lo siento de verdad.

Phury lo miró con los ojos entornados, como si estuviera reviviendo algo particularmente doloroso. Luego se acercó cojeando a Butch y le pasó los brazos por los hombros, abrazándolo un momento.

-Mis condolencias, Butch. No conozco los rituales católicos humanos, pero rezaré por ella a la Virgen Escribana.

-Como si le importara una mierda…- la voz de V sonó como un latigazo. Se encendió un cigarro y tiró el encendedor sobre la mesa, ignorando la mirada de advertencia de los dos hermanos.

-Gracias, Phury.- Butch asintió, deshaciéndose de su abrazo, y paseó la mirada por su hogar-. Es… raro. Quiero decir, sabía que estaba enferma. Y que era mayor, pero… de alguna manera, es como si nunca creyéramos que las madres pueden morir. Da igual cómo se hayan portado contigo, creo que pensamos que estarán ahí, que nunca desaparecerán.

Lo cual es más cierto para unos que para otros. Vishous aspiró con fuerza, mirándole de reojo. Habría querido abrazarle como Phury, pero después de cómo estaban las cosas entre ellos no sabía cómo reaccionaría Butch.

-¿Vas a ir al cementerio, a Boston?- Rhage se acercó también -. Seguro que Wrath puede pasar de sus planes por una noche.

Butch se miró la punta de los zapatos un momento y luego movió la cabeza, soltando el aire.

-No. No me sentiría… joder, no me sentiría cómodo.

Tragó saliva y miró a los hermanos por turnos. Lo lamentaban, los tres. Incluso el rey y Z lo sentirían cuando lo supieran. Y las hembras de la mansión. También los doggen. Estaban con él, eran su familia. La antigua, la humana, sólo le miraría con ojos de reproche y labios apretados en el improbable caso de que se encontrara con ellos en Boston. Estaba donde debía, pero había algo que sí quería hacer.

-Chicos, ¿por qué no le decís a Wrath que empezaré a patrullar algo más tarde? Como dentro de un par de horas. Me gustaría ir a la iglesia.

-Lo entenderá. Absolutamente.- Phury asintió-. Y seguro que también te daría la noche libre.

-No quiero tener la noche libre.- Butch suspiró. Era lo que menos necesitaba.

Rhage le hizo una seña a Phury hacia la puerta.

-Llámanos cuando estés listo, ¿vale?

En cuanto los dos salieron de la Guarida, Butch se dejó caer en la silla delante de los Cuatro Juguetes. A su lado, Vishous hizo crujir los nudillos apretando los puños, con el cigarro en la boca.

-¿Quieres que te acompañe?- su voz era suave.

El poli estuvo a punto de negarse, pero no lo hizo. No quería a ninguno de sus hermanos cerca mientras rezaba por el alma de su madre, pero Vishous no era uno de sus hermanos. Asintió.

-Por favor.- cuando V volvió a apretarle el hombro, Butch le cogió de la muñeca, mirándole a los ojos-. Gracias. Sé que toda esta mierda religiosa no significa nada para ti. Pero gracias.

-No pienso dejarte solo, poli.- los ojos de Vishous tenían una peculiar mirada fija.

Justo en aquel momento se le erizó el vello de la nuca y tuvo la impresión, nítida y clara como si lo hubiera visto, de que la noche iba a acabar mal. Muy mal.

15 respuestas to “«Amantes redimidos», capítulo 4, «Roto, apaleado y marcado», parte 1”

  1. Dios está geniaaaal, adoré la parte del adorado trio y el interrogatorio de Z.
    Lo de Beth no me gusta que ella tengo una mentalidad así aunque tengo la ligera idea que no sera asi siempre o no?
    La parte de la muñeca te hace querer tantisimo a Rhage * ojitos de emocionada*
    Y… ¡¡¡¡¡¡QUIERO UNA FOTO DE VISHOUS VESTIDO DE TRAJEEE!!!!! Me encantán los mafiosoooos.
    Joliin has matado la pobre madre del poli *ojos llorosos*, aunque eso hace que odie más su familia humana ¬¬

    Conclusioooon que entraré cada media hora como hice todo el finde jajajaja a ver si has actualizado!!! No sé si ya te lo dije pero soy tu Fan!!!

    • ¡Holaaaa! XD Me alegro de que te haya gustado, aunque ya digo que era una parte introductoria a este capi 4. Las preview que os colgué aquí han acabado quedando en la segunda parte, la siguiente, porque ésta se alargó mucho… para variar *cara de culpabilidad ovejuna*

      Jejeje, en realidad Z no interrogó a los chicos, sino los habría matado de pánico, sólo lució sus encantos, por así decirlo 😀 La parte de la muñeca salió de una ida de olla con mi marido, lo creas o no ^^; Me moría de risa imaginándome a Rhage cortando una bolsa de basura para atar a la pobre muñeca.

      En cuanto a Beth, he intentado respetar su punto de vista de los libros porque, además es lógico (ella fue quien convenció a MArissa de que aceptara que Butch es un luchador nato). Beth es la única que conoce a Butch de cuando era humano, que vio lo jodido que estaba, y le tiene mucho cariño, igual que a Marissa (la ayudó a cambiar de look, a adaptarse…). Así que es normal que quiera lo mejor para los dos juntándolos de nuevo. Mary lo que pasa es tiene unas miras más amplias y más inteligencia emocional, así que se da más cuenta de lo que está pasando realmente ahí. La posición de Beth irá cambiando, sí *asiente*

      ¡¡¡YO TAMBIÉN QUIERO UNA FOTO DE V CON TRAJE!!! ¡¡¡Y SIN NADA!!!! *aparece una mano del aire que le da una colleja* Ejem… No podía resistirme a meterme un poco con V a costa de sus, um, gustos espartanos vistiendo, aunque eso tiene su explicación teniendo en cuenta cómo lo criaron.

      Pues sí, he matado a la madre del poli pero, bueno, la señora ya estaba fatal con Alzheimer en los libros así que, digamos que sólo le he, er, dado un empujoncito al más allá *sonrisa excusada*

      ¡No hace falta que entres cada media hora, mujer! Creo que colgaré la siguiente parte sobre el lunes por la noche, como muy pronto. Tengo escrita toda la parte V/B (que incluye escenas calentitas) y me faltan las otras, que no me suelen costar tanto.

      ¡¡¡¡Besotes y gracias!!

  2. Dafnelita Says:

    Oohh Gracias! *con sonrisita estupida*
    Me ha encantado…adoro a V & Butch son mis hermanos favoritos (y los queria juntos)… *babitas por V en traje Versace* jajaja y Rhage genial como siempre XD tercero en mi lista!!! Y pobre poli… pero alguien siempre tiene que morir *.*
    Repito se me salieron las babas con V y su traje… de veras que me senti en esa habitacion *suspiros*

    Oye te va muy bien lo de escribir, te felicito… y por fa no nos dejes esperando tantos dias para la siguiente parte 😀

    Y debo agregar… que estoy enloqueciendo por leer Lover Mine! buuuaaahh que ya lo quiero en mis manos!

    Cuidate, bexitoss.

  3. ¡Hola! Sí, me pillaste batiendo los huevos para la tortilla cuando recibí tu mensaje *risita* Me alegro de que te gustara y, sip, V en traje es capaz de provocar crisis de sequía entre las mujeres *coloca su propia palangana de babas para proteger el teclado* Aunque era por exigencias del local al que va, no hace ningún daño verle así de vez en cuando, ¿no?

    Rhage es lo mejor como compañero de fiesta. Consigue que la vida no parezca tan aburrida ^^

    La parte 2 creo que puede estar para el lunes por la noche *señala al comentario de arriba* ¡¡Y YO TAMBIÉN ESTOY DE LOS NERVIOS POR LOVER MINE!!! Estoy matando el tiempo con «Cell», de Stephen King, mientras tanto… *suspiro impaciente*

    ¡¡¡Muchas gracias y un besoooooo!!!!

  4. Ohhhh! Que Linda sorpresa para despertarse! (bien, no me malinterpretes…aca son las dos de la tarde recien…bueh, igual .___. no me preguntes que hago levantandome a esta hora por que ni yo lo se, la culpa la tiene el ocio!)

    Ehm veamos, mi dios la escena del dormitorio con V vistiendoseee!! Casi me da un ataque con todos los pensamientos/sentimientos que manifestaron estos doos! (No quieroo ni pensar que me pasara con algo mas subido de tono o.o!)..Bueno e imaginarme a V vestido asi *se abanica*

    Y las miradas durante la primera comida! *se tira de los pelos* Ooohhh, como los Amooo a los dos! aunque terminen por darme un ataque de algo! erhmm, no quiero que Beth se meeeeeeta D: aunque una pequeña (pequeñiisima) parte de mi la entiende, jeej me alegro que hayas dicho que su opinion iba a ir cambiandoo!

    Bueno, aparte de decirte de que AME a Butch sonrojado! y tambien a la sonrisa de V!, no tengo nada mas para decir (?)
    Espero..no, NECESITO D: que sea erm..YA lunes a la noche (si aja, ASI de desesperada estoy)
    Un besoootee!

    • ¡Holaaaa! Uf, el blog me está haciendo cosas raras, qué te apuestas a que me borra la respuesta o algo así (efectivamente, ésta es la segunda vez que intento responderte) =.= ¿Así que despertándote a las 2 de la tarde? ¡¡¡Perra envidia que me das, ojalá yo pudiera!!! Esta Semana Santa he dormido tanto que casi entro en letargo ^^;

      Um, yo me iba imaginando a V vestido así, paso a paso y… *se abanica* Bueno, si te sirve de consuelo con las escenas, ahem, calentitas de este capi 4 me he tenido que abanicar repetidamente. En cuanto a las miradas durante el desayuno, a va ser imposible de ocultar que hay alguna cosilla especial entre ellos, así que el resto de la Hermandad va a ir cayendo de la parra gradualmente. Lo que pasa es que las mujeres, en general, somos más perceptivas que los hombres, así que me pareció justo que BEth y Mary fueran de las primeras en darse cuenta 🙂

      En cuanto a Beth, sí, me remito a las dos respuestas de arriba *señala* A todas nos jodió cosa mala cuando apareció en plan arreglaparejas, ¿verdad? *risita*

      El lunes llegará, llegará *asiente* Me faltan 3 escenas por escribir y el lunes tengo fiesta del trabajo (para compensar que tengo guardia toooooodo el fin de semana, claro, ¡grrrrrr!), así que tendré tiempo de sobras para escribirlas y actualizar por la noche, si no se me tuercen los planes.

      ¡¡¡¡¡Muchas, muchas gracias!!!! Nos leemos… ^^ ¡¡¡Otro besooooooote para ti!!!!

  5. Daggher Says:

    Weeeeeeeeeeeeeee *va de un lado a otro sacudiendo las manos* ¡Por fin! Ni comiéndome la mona de pascua y la llonganisa de pascua he dejado de pensar en que pronto colgarías la continuación.

    No me he equivocado, como dije, la espera ha valido la pena. Me ha parecido un capítulo genial con la dosis perfecta de todo. Muy muy equilibrado. ¿Cómo vamos a poder quejarnos si tenemos de todo en tus capítulos?

    Debo admitir *se cubre con los brazos a la espera de abucheos* que no me ha gustado demasiado la parte de las hembras cotillas… en cambio, me he reido con Rhage y la muñeca, me he estremecido con la sonrisa de Z y me he acalorado con Butch y V que no veas.

    Me parece perfecto que vayas paso a paso, que se vea el progreso de estos dos, el cacao mental… porque muchas veces se cae en la tentación de ¡hala, a follar! sin tener en cuenta nada más. ¡Me alegro de que tú no caigas en la tentación! Aunque dios sabe lo facil que es caer en la tentación con V y Butch *babas*

    Me alegro de que hayan ganado Colin y Mathis!!!! Maldita mierda no saber el nombre de tipo desconocido-clon-de-V *da un puetazo en la mesa*

    En fin! Me ha parecido perfecta esta parte *la mira con los ojos llorosos* Escribes de forma incrible, haces que vivamos cada maldita palabra!

    Juro que no podré esperar hasta el lunes que viene.

    Un beso enorme!

    • ¡Holaaaaaaaaaa por ahíiiiiiiiii! *hace voces con las manos* Vaya, me alegro de que pienses que el capi estaba equilibrado y que está bien no ir a por el sexo directo. Verás, casi todos los fics que he podido leer de V/Butch (y hay poquísimos, sumando todos los idiomas) son ellos dos diciendo que se molan (o V diciéndoselo a B, más bien) y hala, a la cama. Es mi opinión muy personal, pero por mucho que me guste leer esas escenas, no creo que los personajes de los libros actuaran así. Ni con shellans por en medio ni sin ellas. Se respetan demasiado como para no ir con pies de plomo en cualquier posible aproximación. PRecisamente el tema del respeto y lo que eso implica será el eje principal de la parte 2 de este capi.

      Por eso puse todos esos comentarios, porque supongo que la gente que haya leído fics estará acostumbrada al «vamos al grano» y mi concepción es diferente. No creo que implique necesariamente más romanticismo, sino más respeto entre ellos. En fin, cada cual tiene sus ideas, claro.

      ¿Que si es fácil caer en la tentación de ir a saco con ellos dos? Dios, tengo tantas escenas eróticas escritas/pensadas para ellos que creo que, si no me caben en este fic por lo que sea, haré otro post con «escenas borradas» *se relame*

      ¡No hace falta que te cubras con los brazos porque nadie va a abuchearte (empezando por mí) por que no te guste una escena! Lo digo por lo de las hembras cotillas. No somos mentes iguales, así que cada cual tiene sus gustos. Mi explicación de esa escena era hacer ver que hay alguien en la mansión (si no estrictamente en la Hermandad) que ya se ha dado cuenta de que algo pasa: Mary porque me parece la shellan más perceptiva emocionalmente (es como la psicológica oficiosa, joder) y Beth porque, justamente, es quien conoce a Butch desde hace más tiempo y la que tiene más vínculos emocionales con él. También me servía para introducir el por qué de una conversación importante que tendrán Mary y Marissa, supongo que en la parte 3 de este capi. Peeeeeero: por supuesto que puede haber roto el ritmo, o no caer bien las dos hembras o cualquier otro motivo muy válido para que no te haya gustado y me gusta mucho que me lo digas *asiente* ¡Tomo buena nota!

      Pues sí, Collin (algún día me aclararé si va con «l» o «ll») y Mathis como nuestros chicos, a falta de identificar al clon desconocido *se añade a lo de los puñetazos encima de la mesa*

      ¡¡¡Muchas gracias por tu comentario y espero que sí, el lunes por la noche pueda actualizar de nuevo!!! *pone estampitas a los santos para que la niña no se le ponga mala y pueda plantar el culo delante del PC con la niña en el cole todo el lunes* ¡¡¡Besazos!!!

      PD: No sabía que en Valencia se comiera llonganissa para Pascua ^^ Aquí con la mona ya nos damos con un canto en los dientes. Qué empacho de chocolate, señor…

  6. Daggher Says:

    *asoma la cabeza* Hola de nuevo! Yo también me he hinchado a chocolate 😦 a la mierda la dieta! Y eso que aquí las vacaciones duran hasta el día 14, tenemos segundas pascuas, los valencianos somos muy chulos lololol Así que aún me quedan monas y llonganissas por comer…

    Viéndolo desde ese punto (la escena de las shellan) y tras varias relecturas, debo admitir que el hecho de que ellas perciban que ‘algo’ pasa es entendible y esperado, y si como dices luego introducirá una escena con Marissa (¡weee!) me parece estupendo! Tiene su razón de ser XDD.

    Ainss, me encanta el jueguecito que se traen y la pulla entre ellos, son tan calientes y hay tanta tensión sexual entre ellos! Puedo ver a V todo trajeado y con cierta parte bien dura apretándose dentro de los ceñidos pantalones de vestir *babas*

    Atendiendo a otros asuntos XDD, Colin es con una ‘l’ lo que es con dos es su apellido: Farrell, dos ‘r’ y dos ‘l’.

    Entre la espera para leer tus partes y las citas diarias de Ward me estoy quedando sin uñas y pronto quedaré con muñones lolololol ¿las estás leyendo? Buah, ha habido de cada una increible! No puedo esperar a leer el libro, coño! Me encanta Xhex, me encanta John… y seguro que el libro es una pasada! Será casi tan largo como Lover Avenged y entre tanta paginita seguro que se habla mucho de Q/B *babas* Dios! Se sabrán tantas cositas… no puedo esperar!

    Me parece estupendo, estupendísimo, que si no te caben todas las escenas hagas una sección de ‘escenas borradas’ *babas* Ah, sé que tengo que pasarte lo de Qhuinn! (pero entre pascuas y todo aún no he logrado terminarlo ¬¬) Lo de este sí que será estrictamente erótico XDDD a ver si pronto logro terminarlo.

    No me enrrollo más! Un beso enorme y que pases unos buenos días (sin nada que te estorbe para plantar el culo delante del PC XDDD)

    • ¡¡PARA EL CARROOOOOOOOOO!!!!!!!! *gritando como una imbécil* ¿¿¿qué es eso de las citas diarias de la Ward??? ¿Dónde, cómo, cuándo, por qué? Vale, la última me lo imagino, para ponernos atacadas de los nervios. ¿Dónde las publica, en los grupos de Yahoo? ¡Pero si formo parte y no me llegan al correo!!! *empieza a correr en círculos, moviendo las manos por encima de la cabeza*

      ¡¡¡Datos, necesito datos!!!!! ARf, arf… Hala, ya me he puesto de los nervios ^^;

      OK, gracias por la clase de ortografía coliniana, ahora ya podré escribirlo con propiedad ^^

      ¿He dicho que necesito datos sobre esas citas diarias?

      *sigue corriendo en círculos como el demonio de Tazmania* ¡¡Buen finde!!!! Yo ya ni me acuerdo de lo que son las vacaciones…

  7. Daggher Says:

    Las citas diarias las publica en el Foro Oficial y ya hay unas cuantas! Te paso la dire del blog aficionado que tenemos una amiga y yo sobre Ward y la hermandad:
    http://ladaganegra-ward.blogspot.com/

    Un besote enorme!

  8. Holaaaaa Vane (despues de leerte, una pilla confianza jiji), bueno vengo a invitarte a publicar en mi web, ya que ahora esta oficialmente abierto.
    Somos pocas y estamos empezando pero conosco chicas a las que les gustaria leerte, así que la decision es tuya. Además te leeré aqui siempre *carita avergonzada* me gusta dejarte comentarios.
    Bueno besitos y espero la proxima parteeee.

    • ¡Holaaaaaaaaaaa! Y está muy bien que pilles confianza, a fin de cuentas así es como me llama todo el mundo, desde mi madre hasta mi jefe =.= Uy, ya le eché un vistazo a tu web y pintaba la mar de bien, aunque no me dejó acceder. Ahora he vuelto a probarlo y me pide usuario y contraseña ¿De qué va el sitio? Ya veo que es gótico, pero ¿qué colgáis? ¿Fics, libros, imágenes, foros…? Si hay sección de fics claro que no tengo problema en colgar allí también, cuantas más seamos mejor. Ya me explicarás, me encanta conocer gente creativa de España, que parece que los únicos que puedan hacer cosas guapas en la web sean ingleses, demonios.
      La próxima parte creo que para esta noche. Acabo de plantar el culo en la silla (Con el segundo café del día porque hace un tiempo de mierda y estoy sobada) para acabar las escenas que tengo pendientes ^^,
      ¡¡¡Besotes y ya me explicarás un poquito lo de web!!!!!

  9. Bueno te explico, basicamente no hemos centrado en la literatura. Mi pensamiento inicial al crearla fue «Que la gente vea que hay vida más allá de la saga Crepúsculo ¬¬», así que hay una seccion de recomendaciones literarias, he procurado en mi seccion (la de romantica) que haya libros que yo ya haya leído. Sabes es como que te digas que una comida sabe bien pero quien te lo dice nunca la probado?

    Bueno hace unas 24 horas que el registro esta abierto, asi que te has registrado otra ves no me llego ningun mail… tendré que revisarlo!!

    La seccion de fics es de ley!!! Además si no tengo en mi web donde colgar las tropcientas historias que tengo me volveria loca jajajaja…
    Además como mi compañera y yo tenemos una sólida relación con el Photoshop, nos divertimos dejando Iluminis bien guapo…

    • Ajajajajajaja, totalmente de acuerdo: hay vida más allá de Crepúsculo. De hecho, el que crea que es una saga de vampiros tendría que revisar sus impresiones, en mi opinión. ¡No, no me he registrado aún! Dios, estoy en tantas páginas que ya ni me acuerdo de las contraseñas. Esta noche me pongo y así le doy un ojo a tu web con propiedad, ¿OK? ¡Besotes!

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