«Amantes redimidos», parte 1 del capítulo 6, «Esto no puede ser el final»

¡Uf! Esta primera parte del capi 6 está maldita. He tardado horrores en actualizar por una suma de factores: días de descanso tras el desgaste del último capi, migrañas, líos escolares (hija de vacaciones=caos de horarios), ataques informáticos (el pendrive me borró la mitad del capi) y más migrañas. Así que una parte que no es tan complicada ni tan cargada de emociones intensas como la anterior (espero que eso no la haga aburrida), se ha complicado ella sola ^^;

Bueno, la intención con esta primera parte era centrarme en dos cosas, sobretodo: el proceso mental de Butch tras la monumental estocada del final del capi anterior y la preparación de la cita con los restrictores. Respecto al primer punto he intentado tener muy en cuenta dos cosas: el poli es un guerrero, que suele reaccionar con rabia y no con depresión; y, dos, quiere a Vishous. En esas dos cosas, y en la conversación con cierto otro Hermano, me baso para seguir su hilo mental. Por cierto, la escena con cierta damisela la explicaré detalladamente en la parte 3 de este capi :p

En lo que respecta a Vishous, intenta aferrarse a la decisión que tomó -y que sigue creyendo que es la mejor-. He hecho lo posible por reflejar cómo es V según Ward, es decir: demasiada presión emocional = distanciamiento. para sacarle de ese estado, será necesaria una buena sacudida, dura y sin contemplaciones. Eso lo veremos en la parte 3 de este capi 6, que tendrá un choque muy duro entre V y Butch.

Respecto a la cita con los restrictores, aviso que la parte 2 será una ensalada de tiros. En serio. Mi marido y yo hemos jugado toda la escena como si fuera una partida de rol, con cuadrícula para medir distancias, croquis y todo^^ En esta parte 1 sólo expongo lo que los dos bandos pretenden hacer, el equipo que llevan y el estado mental de algunos protas (la peketroika) que servirá para entender sus reacciones luego.

El médico me ha recomendado que no use el PC fuera de horas de trabajo pero, aún así, espero no tardar tanto en actualizar la parte 2, porque tengo muy claras todas las escenas.

Muchas gracias a quienes me habéis enviado comentarios solidarizándoos con mi pobre cabeza/ojos y en contra del j**** ordenador de las pelotas. Odio estos trastos. Por cierto, el título del capi corresponde a “This can’t be the end”, un verso de la canción de Scorpions “Still loving you” 😀

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CAPÍTULO 6. ESTO NO PUEDE SER EL FINAL. PARTE 1

La mayoría de los manuales de psicología asegura que un individuo pasa por distintas fases para superar un golpe de la vida, ya sea la pérdida de un ser querido, una agresión o un trauma: shock, negación, rabia, duelo y aceptación.

Claramente, debía existir una diferencia entre vampiros y humanos.

Porque Butch había pasado del shock directamente a la rabia y ahí se había quedado.

Las persianas aún no se habían levantado y el reloj digital le dijo que habían transcurrido cinco horas desde que la persona que quería le había dado por culo. Literal y metafóricamente. Al contrario de lo que habría creído lógico en esas circunstancias, Butch se había dormido en cuanto su cabeza había tocado la almohada de su habitación. Más bien, había sido como si todos sus sistemas se hubieran desconectado. Supuso que debía ser alguna especie de mecanismo de supervivencia de su psique para asimilar el trauma, para pasarlo por el tamiz del sueño hasta reducirlo a alguna proporción más manejable.

Ya, bueno… “Manejable” era una noción relativa.

Hijo de puta. Hijo de la Gran Puta. Butch se cogió con ambas manos a la pica de mármol del baño, con la cabeza gacha y goteando agua por todo el cuerpo después de una ducha en la que casi se había desollado, frotándose la piel hasta dejársela roja en un intento fallido de eliminar el olor de marcaje de Vishous. Por no hablar del tiempo que había empleado en limpiarse entre las piernas. Por delante y por detrás.

Las mandíbulas le chirriaron y la piel se tensó sobre sus nudillos mientras el cristal del lavabo empezaba a tintinear.

Cristo… ¿de verdad había dejado que V se la metiera? ¿Que le diera por culo? ¿Que se corriera dentro de él? ¿Tan bajo había caído en la trampa? A juzgar por la leve molestia que había notado en su parte posterior cuando se había despertado, y por el pringue seco entre sus nalgas, la respuesta era sí.

¿Y lo peor de todo, lo que añadía el asco por sí mismo a la enorme pila de sentimientos negativos? Que le había gustado. Hasta aquel momento en que el castillo en el aire se había derrumbado de golpe, le había gustado todo.

“¿Qué esperabas?”

Malnacido ¿Cómo coño había tenido el valor de marcarle sabiendo que todo era una farsa? ¿Hasta ese punto llegaba el autocontrol de aquel miserable, hasta poder ordenar a sus glándulas que conjuraran lo que sólo segregaba un macho cuando se enamoraba?

Dios, nunca había creído que V pudiera ser tan… tan… cruel. No, sádico ¿Qué esperaba Butch de él? No lo había tenido claro justamente hasta aquella mañana. Un compañero. Una pareja. Alguien a quien conocías, en quien confiabas, alguien con quien pasar el resto de tu vida sabiendo que te aceptaba, con quien hacer el amor y sentir que el mundo podía ser un apestoso pozo de mierda violento pero tú tenías ese tesoro cuando volvías a casa.

Había creído que conocía a V lo suficiente y que él buscaba lo mismo.

Todo había sido mentira, una maniobra de seducción desde el principio para hacerle creer que le quería, que le necesitaba, que lo suyo iba de verdad… hasta conseguir follárselo. Mucha comedia de “oh, Butch, estoy solo, nadie me quiere y me han maltratado, te necesito, eres mi pyrocant, tú eres el único que me entiende”.

Cabronazo hijo de perra.

Maldito sádico chupapollas.

El “crac” del cristal del baño hizo que Butch levantara la cabeza para toparse con el reflejo de sus propios ojos, distorsionado por la raja que había trepado en diagonal desde una esquina. Estaban rojos, hinchados.

Y acuosos.

Aquello fue lo que astilló su autocontrol. Él nunca lloraba. Jamás. Las lágrimas no solucionaban nada.

No había llorado por Janie, ni por Marissa, pero ahora estaba a punto de hacerlo.

Por un cabrón que le había dejado tirado abierto de piernas en su cama justo después de sacar la polla de su culo.

Cuando gritó, la raja del cristal se extendió como una fina tela de araña. Agachó la cabeza cuando los añicos salieron despedidos, surcándole los hombros de arañazos. Jadeó, inclinado sobre el mármol, intentando recuperar el aliento ahora que había perdido la dignidad. La sensación de mareo y de debilidad con que le había sorprendido su cuerpo al despertar, y que no sabía a qué atribuir, tampoco ayudaba.

No le iba a dar aquella satisfacción a Vishous. No iba a dejarle ver sus heridas. No iba a repasar mil veces todo lo que habían tenido en los últimos días intentando averiguar las pistas que se le habían pasado por alto de lo que V planeaba hacerle sin encontrar ninguna.

Que le jodieran si iba a dejar que aquel animal le quitara su orgullo.

Iba a coger sus cosas y a largarse de la Guarida con la cabeza bien alta. No iba a pensar en los momentos que habían compartido nunca jamás. Iba a encerrar todos los jodidos recuerdos y a tapiarlos con el cemento de la furia ¿Marissa quería pedirle que volvieran? Bien, quizás era momento para considerarlo. Sería feliz, tendría una shellan que nunca le usaría como había hecho él, sería un hombre normal y realizado, con la familia que siempre había querido.

Y Vishous podía irse al jodido infierno.

Escuchó la llamada de Wrath a una reunión general, por el interfono del salón, con la mirada vacía, sabiendo que V estaría allí. Cuando salió de la Guarida vestido con una muda de combate limpia, sentía como si las diferentes partes que componían su ser estuvieran pegadas entre sí con tiritas. A punto de desprenderse.

Y faltaba algo. Algo muy importante que se había quedado entre las sábanas negras de la habitación de Vishous.

Algo como su corazón.

OOO

V había visto “El mago de Oz” hacía muchos años, y nunca había entendido la mierda aquella de un tipo de paja y un hombre de hojalata moviéndose como si estuvieran vivos. Hasta ahora. Apoyado contra la pared justo a fuera del despacho de Wrath, se identificó perfectamente con aquellos dos monigotes estúpidos porque así es como se sentía: una carcasa vacía, que se movía por la magia de un titiritero superior, sin sangre en las venas, sin mente y, sobre todo, sin corazón.

Eso se había quedado entre sus sábanas, hecho añicos.

Esperaba que Butch sólo hubiera dejado allí el orgullo que él mismo había hecho pedazos y que conservara su corazón para encontrar felicidad en la vida. De verdad, por cursi que sonara.

Joder, aquel tenía que ser su consuelo después de lo que había hecho. Pero no lo era. Por enésima vez, V reprimió la necesidad de doblarse sobre sí mismo cuando la cosa que había quedado en su pecho pareció arrugarse. No había oído ni un sonido procedente de la habitación de Butch desde que había salido de su cuarto. Ningún estrépito de cosas rotas con ira, ningún portazo. Nada. Esperaba que Butch reaccionara con rabia, eso ayudaba a seguir adelante.

Al final, no había podido soportar más el silencio, ni el olor de Butch en las sábanas y en la almohada que apretaba contra su cara. Después de ducharse, el olor del poli seguía en su piel, algo atenuado, y V habría dado media vida porque fuera indeleble por el tiempo. En un arranque de sentimentalismo, le había pedido a Fritz, cuando el hombrecillo había solicitado entrar en la Guarida para la limpieza, que cambiara las sábanas de su cama por otras limpias pero que dejara las usadas encima, sin lavarlas.

Simplemente, necesitaba conservar algo que le recordara lo que habían tenido cuando Butch le odiara.

Las horas pasadas desde entonces, sentado en el suelo de la herrería, a oscuras después de haber apagado, por fin, el fuego de la fragua, le habían convencido de que, efectivamente, siempre se podía caer más bajo. Y no salir nunca del pozo.

-¿Vas a entrar o te has convertido en una estatua de sal?

El tono socarrón de Rhage acercándose al despacho del rey seguido de Phury ni siquiera le hizo levantar la cabeza. Le ignoró por completo y entró en el despacho sin llamar a la puerta.

-Como en tu casa, V, claro que sí ¿Para qué coño picar antes?

El comentario sarcástico de Wrath resbaló por encima de su capa de muerto en vida y se dejó caer en un lado del sofá. No encendió ni un cigarro. Rhage y Phury ocuparon una silla y otro extremo del sofá y Vishous se forzó a ignorar el modo en que inhalaban el aire, captando el olor de Butch en él. Zsadist llegó al poco, con Qhuinn, Blay y John trotando tras él.

-¿Dónde mierda está B…?- Wrath empezó a repasar a los congregados.

-Aquí.

El poli entró en el despacho cerrando de un portazo.

Al lado de V, Rhage silbó por lo bajo.

-Hoy tiene que haber una mala alineación de los astros en sus ascendentes o algo así ¿Alguien ha consultado el horóscopo hoy?

Vishous prácticamente sintió la mirada volcánica que Butch dedicó al rubio. Él mantuvo la vista baja, fija en sus manos cruzadas entre las piernas, y vio las botas de Butch cuando el poli cruzó la estancia para situarse justo en la otra punta. Lejos de él. Dejando un débil rastro del propio olor de marcaje de V.

Sonaron varios carraspeos.

Una tosecilla acabada en risita.

Un par de rebullir de cuerpos enormes.

El sonido de varios vampiros aspirando el olor en Butch y en él.

-Bueno, no sabía que teníamos algo que celeb…

-Vamos a discutir la distribución de esta noche, damiselas. Os quiero con los oídos atentos y la boca cerrada, ¿estamos?

Vale, la intervención de Wrath para cerrarle el pico a Rhage había ahorrado una masacre. Porque lo que Butch estaba exudando era puro Perfume de Asesinato. Vishous se apretó las manos. Parecía que lo había hecho bien, oh, sí. Había conseguido que Butch hirviera de odio.

Y el despacho ahora parecía un caldero infernal.

No levantes la vista. No levantes la puta vista o te delatarás. Butch verá que te sientes con las tripas al aire. No. Le. Mires.

El rey hizo crujir el enorme butacón de madera y los observó desde debajo de las cejas.

-Vishous, ¿pudiste instalar cámaras de vigilancia en alguna de las mansiones ayer?

-No.

Si el rey deseaba algo de oratoria más elaborada, se iba a quedar esperando.

-Mierda. Está bien, empieza hoy con la de la familia de Rahg. Luego con…

-Luego seguiré con las cámaras de vigilancia del Refugio y ya me compondré yo mi agenda para el resto de la noche.- ahora sí que sacó el paquete de tabaco del bolsillo del pantalón. Para tener algo en lo que concentrarse.

Wrath suspiró con fuerza.

-Estamos tratables hoy, ¿eh? Está bien. V, tú haces pareja con Phury.- la cabeza del rey se volvió hacia el hermano de ojos amarillos-. Os quiero comunicados por móvil, que sepáis en todo momento qué mansión estás vigilando tú, Phury, y cuál está cableando V. Y que me informéis en tiempo real para poder decir a esas familias cuándo tienen que salir de sus casas y cuándo pueden volver ¿Capicci?

-Cuenta con ello, mi señor ¿Y los demás?

Phury siempre tan educado, el bastardo. Vishous le dio una calada al pitillo que se acababa de encender, respirando tanto la nicotina como el ácido del aura de Butch.

-Los demás van a estar la mar de distraídos.- Wrath cruzó las manos, repiqueteando sobre la mesa-. A las dos de la madrugada es la supuesta cita para comprar mierda a ese restrictor. Están convocados Qhuinn y Blaylock.- la cabeza morena se giró hacia ellos-. Hijos, vais a ser el cebo, lo cual no es muy divertido. Butch, Rhage, Z y John os cubrirán. Os forraremos con chalecos antibalas tanto como podamos. Y probablemente los restrictores buscarán incapacitaros para llevaros con ellos, así que no creo que disparen a matar. Aún así… no puedo garantizaros que salgáis de ésta de una pieza.- Wrath dejó que sus palabras se asentaran en el silencio de la sala-. Estáis a tiempo de arrepentiros.

Los tres chicos intercambiaron miradas, como si continuaran en silencio una conversación que ya habían tenido. John todavía no estaba al cien por cien con su cuerpo nuevo y mejorado, no tenía sentido que se expusiera cuando, mirándolo objetivamente, no tendría ni los reflejos ni la resistencia necesaria para involucrarse en una pelea. Eso dejaba a Qhuinn y Blay como los únicos cebos posibles. Qhuinn asintió en nombre de los tres.

-Estamos dentro.

Wrath asintió, reconociendo su gesto.

-Está bien. Veamos, la cita es bajo el primer puente del río Hudson. En las afueras de Caldie con lo mejor de cada casa: drogatas, borrachos y putas. Si el intercambio se hace debajo mismo del puente, será una putada para cubriros a distancia porque no tendremos línea de visión. Habrá que entrar al cuerpo a cuerpo.- inclinó la cabeza hacia Butch- ¿Algo más que aportar a la descripción del lugar, poli?

Vishous volvió a aspirar el cigarro, concentrándose en el humo de la punta.

-¿Poli?- el rey insistió, con un deje de impaciencia.

-Edificios a unos veinte metros de distancia del puente. Almacenes abandonados. Casas okupadas. Fácil para que un francotirador encuentre dónde apostarse. Pero también fácil de entrar para encontrarle. El problema es que, si el intercambio es debajo del puente, el francotirador no podrá instalarse en una casa, no tendría ángulo de tiro. A saber dónde coño puede ponerse.- había algo en la voz de Butch. Algo como ira-. Al margen de eso, todos estaremos más o menos en campo abierto si tenemos que acercarnos al restrictor y a los chicos. Será fuego cruzado a pelo, sin refugio posible.

-Hay que pillar al francotirador o nos coserá las tripas.- Z miró a Butch con el ceño fruncido.

-Para eso tenemos a RadarButch, ¿no?- Rhage sonrió de oreja a oreja.

El irlandés ni se molestó en gruñir, mucho menos en responder.

-Y contamos con él. Butch coordinará la operación.- Wrath empezó a darle vueltas a un abrecartas en forma de daga entre los dedos, como si sopesara clavárselo a alguien para aligerar la tensión-. El poli estará vigilando la zona dos horas antes. Este es el plan: esos cabrones tienen que llegar en coche, no tienen otra opción. Contamos con que Butch los localice en cuanto entren en rango de su percepción y comunique sus posiciones a todos los demás.- se giró hacia el irlandés-. En esa zona de mierda no puedes montar guardia en el Escalade, cantarías demasiado ¿Algún problema para… um, conseguir un vehículo que haga juego con el entorno?

-Ninguno.

Ya, para algo Butch había sido delincuente juvenil antes que poli. Forzaba coches y les hacía el puente como quien bordaba punto de cruz. Vishous siguió fumando con la cabeza gacha.

-John.- Wrath le señaló con el abrecartas y el chico se cuadró en el asiento-. Tú conducirás el Escalade y contigo irán Rhage y Zsadist. Aparcarás cerca de la zona, donde Butch te diga. Y, cuando aparezca ese restrictor con sombrero tejano, colocarás un dispositivo de seguimiento en su coche en cuanto Butch te dé su posición.

-¿Eso quiere decir que tenemos que dejarle escapar con vida?- susurró Z.

-Las pillas al vuelo, hermano.- la daguita seguía bailoteando entre los dedos del rey-. No importa lo que pase, tenéis que dejar que el tejano se vaya.

-Creí que el plan era atraparle, mi señor.- Phury tenía el ceño fruncido.

-Si le dejamos escapar, volverá a su cuartel general. Y con el GPS que enganchará John en el coche podremos rastrearle hasta allí. Entonces no le pillaremos sólo a él. También podremos llevarnos por delante a todo su grupo.- Wrath vio que las expresiones de los hermanos se oscurecían un tanto, lo cual venía a equivaler a relamerse ante una posible carnicería de restrictores-. Me gusta haceros felices. Bien. John, en cuanto hayas colocado el GPS, te vuelves al Escalade y te quedas allí. Serás el chófer si alguno de mis muchachos sale herido, ¿entendido?

John asintió.

-¿Y el francotirador?- Zsadist seguía con un pie en la pared empapelada, los brazos sobre el pecho y la cabeza inclinada a un lado.

-Todo tuyo.- Wrath sonrió de medio lado, enseñando los colmillos-. Eres nuestro mejor incursor. En cuanto los restrictores se hayan colocado en posición y Butch te marque la posición, ve a por él antes de que dispare a Qhuinn y Blay. Enséñale a ese hijo de perra que no se toca ni a un Hermano -miró a Phury- ni a nuestros chicos.

Z sonrió lamiéndose los labios y el aire a su alrededor se cargó de electricidad estática, como la atmósfera antes de una tormenta.

-Será un placer.

Vishous casi compadeció al pobre bastardo. Ser incluido en la lista de asesinables de Zsadist era peor que cualquier cosa que aquel cabrón con rifle pudiera haber hecho. Y más después de que casi hubiera matado a su gemelo.

-¿Qué hay de los demás restrictores que puedan venir?- Rhage empezó a mover rítmicamente la pierna, a punto de salirse de su propia piel-. Al tejano tenemos que dejarle escapar y del francotirador se encarga Z, pero no vendrán esos dos solos ¿Qué hay de los demás?

-Bueno, cuento contigo para enviarles al infierno.- Wrath enarcó las cejas sobre las gafas-. Eres libre de demostrarles que no es bueno cabrear a Godzilla.

Rhage se crujió los nudillos. V dio una calada profunda mirando al techo. El servicio municipal de limpieza de Caldwell se iba a tener que emplear a fondo.

-¿Y nosotros qué hacemos?- Blaylock tenía la cadera apoyada contra la silla en la que estaba sentado Qhuinn, muy cerca de su hombro.

-Vosotros dos bastante tenéis con llevar una diana pintada.- Wrath señaló a Z con el abrecartas-. Si Zsadist no para al francotirador a tiempo, podéis contar con acabar la noche con algún agujero de más.- los dos chicos perdieron todo el color de la cara, pero no desviaron la mirada-. Llegaréis a la zona en el Hummer de Qhuinn, quiero que se os vea bien. Os acercaréis al tejano y mantendréis la charada lo justo como para que Butch y Rhage entren en acción. Luego os desmaterializais al Hummer y salís de allí a toda leche. Iréis armados. Si el tejano os dispara, vosotros respondéis apuntando a partes del cuerpo no incapacitantes. Quiero que ese cabrón huya vivo. Si os dispara cualquier otro restrictor, podéis hacerle otro ombligo, no me importa. Pero luego os apartáis, ¿está bien claro?- señaló a ambos con la punta de la daga-. Lo mismo va por ti, John. Colocas el GPS y te metes en el Escalade. Como mucho, te permito que abras fuego desde la distancia sólo si la vida de alguno de mis Hermanos está en serio peligro, ¿estamos?

John dio una palmada para hacer llegar su aceptación del plan y sus dos colegas murmuraron un “estamos” de respuesta. Ya les habían concedido el honor de ayudar a la Hermandad, no iban a tensar más la cuerda queriendo hacerse los héroes.

-Muy bien, hijos, esperad en el pasillo. Tenemos otro asunto que discutir. Luego Butch os dará una clase rápida de lo que es un chaleco antibalas y un intercomunicador.- Wrath esperó hasta que el trío de reclutas hubo salido del despacho. Butch y V debían haber adivinado de qué iba a hablar, porque el aire volvió a cargarse. Lo que el rey no entendía era el veneno que desprendía el poli-. Butch, Vishous, ayer hablé con la Virgen Escribana.

Yeeeeeeaaahhh… Lo que flotó alrededor del irlandés era como ácido sulfúrico mezclado con TNT en espray. Vishous apretó los ojos un momento, sintiendo que la furia de Butch le carcomía la piel.

-¿De qué hablásteis?- murmuró sin despegar los labios, mirando al rey de reojo para esquivar la sombra silenciosa que era Butch.

-Le pedí que te dejara en paz. Que renunciara a usarte como Gran Padre.- Wrath se quitó las gafas y se apretó los párpados. Sus ojos eran dos faros-. No consintió. Lo único que conseguí fue su compromiso de aceptar tu sustitución por otro Hermano, lo cual no es factible.- los ojos del rey pasaron de V a Butch-. Lo siento… por los dos.

Vishous no oyó los murmullos de sus hermanos alrededor. Conscientemente, no había albergado esperanzas de que Wrath pudiera conmover el corazón de la Virgen Escribana cuando ya había demostrado sobradamente que era una perra más fría que una piedra. Pero la esperanza… ah, la esperanza. Esa había permanecido escondida en algún rincón, susurrando que quizás todo pudiera arreglarse y él sería libre y podría arrastrarse a pedirle perdón a Butch y el irlandés lo aceptaría y tendrían su Felices Para Siempre.

A veces la Esperanza era más cruel que la falta de ella.

V intentó mantener las murallas de hielo donde estaban pero no lo consiguió. Recordó todo lo que había compartido con Butch, con la impresión de que se descomponía en moléculas hasta desaparecer en la negrura. Al final de la noche siguiente, sería la despedida definitiva. En lo único en lo que pudo pensar, con toda la fuerza de la desesperación, fue en aquellas dos palabras que le había transmitido mentalmente a Butch.

-En realidad, señor, he estado meditando…

Phury nunca pudo acabar lo que estaba a punto de decir.

Nadie tuvo los reflejos suficientes para parar al irlandés cuando se propulsó desde el otro lado de la habitación como una bala de cañón, quizás porque todos pensaban que querría consolar a V.

Nadie creyó que le partiría la cara de un puñetazo.

Y, seguramente, nadie habría creído que V se limitaría a llevarse el dorso de la mano a la nariz, limpiándose la sangre que empezó a brotar de ella.

Cuando levantó la cara para mirar a Butch a los ojos, deseó no haberlo hecho. Deseó poder conservar como último recuerdo la expresión de placer y de deseo del poli cuando habían hecho el amor.

No el odio. No la rabia. No la… ¿desesperación?

-No vuelvas a pensar eso.- Butch siseó inclinado sobre él, cogiéndole la camiseta con el puño, casi levantándolo del sofá a pulso-. No se te ocurra volver a pensar eso, maldito bastardo de MIERDA ¿Sabes qué? Mereces que te JODAN. Espero que lo hagan todas. Todas las jodidas Elegidas y tu propia madre, una detrás de otra. HIJO DE PUTA..

Alguien cogió a Butch desde detrás, quizás Z, mientras Rhage interponía su enorme masa entre el irlandés y él y Wrath rugía algo de fondo, pero todos eran elementos del escenario para V, caras borrosas. Lo único que veía eran los ojos furiosos de Butch ¿Cómo había escuchado lo que estaba pensando? Había podido “ver” sus recuerdos del campamento la noche anterior probablemente porque ambos habían estado vinculados.

Vishous había creído que el vínculo se habría roto por completo por parte de Butch. Esperaba que así fuera, por el bien del poli.

Pero, a pesar de lo que le había hecho, a pesar de la rabia, Butch, al parecer, seguía vinculado con él.

Ahora tendría que borrarle incluso de sus pensamientos para que no los oyera.

V se levantó despacio, pasándose el dorso del guante por la nariz para limpiarse de sangre. Butch tenía la fuerza de un toro, probablemente le habría astillado el pómulo también. Eso era correcto. Mierda, V se habría sentido feliz de dejarse dar una paliza, hasta que Butch le hiciera sangrar.

Al menos, tendría sus marcas en el cuerpo durante más tiempo.

Lamió la sangre de su guante con los ojos fijos en los de Butch mientras los demás hacían retroceder al irlandés.

-Voy a preparar mi bolsa.- murmuró.

Luego salió del despacho de Wrath sin mirar a nadie.

OOO

-Joder, esto es como jugar a las Cruzadas.

El señor A ojeó la flecha de la ballesta clavada casi en el centro de la diana que habían habilitado sobre una bala de paja, a las afueras de la granja donde la Sociedad Restrictora tenía su centro de mando oficioso.

-La mirilla ayuda a apuntar con precisión.- M asintió ante el resultado cogiéndole la Barnett Quad 400 para recargarla. No estaba mal para ser la primera vez que aquel quinqui disparaba con una ballesta de caza-. C, te toca.- el compañero ex yonqui de A se adelantó desde la valla de madera donde estaba sentado y le cogió la ballesta. La examinó como si fuera un invento desconocido, en vez de un arma con miles de años de uso-. Muy bien, ¿has cazado ciervos alguna vez?

C le miró por encima del hombro, haciendo gañotas ante la puesta de sol.

-¿Tengo pinta de alguien que va con papá a la cabaña los fines de semana a cazar Bambis?

No, más bien de alguien que huye de papá en busca de un chute, pensó M. El ex marine suspiró, caminando hasta ponerse al lado de C, dirigiendo sus manos para enseñarle a sostener el arma correctamente.

-Cógela como si fuera una escopeta. Eso es: mano izquierda por debajo del arco, la derecha en el gatillo… Levántala hasta ponerte el visor a la altura de los ojos…

-¿Qué alcance tiene esta porquería?- C afianzó los pies en el suelo, como si fuera a disparar un bazooka en vez de una ballesta.

-Su alcance operativo, en tu caso, no llega a los 37 metros.

-Menuda mierda ¿Para qué queremos ir a vigilar casas de chupasangres con esta cosa?- C fijó el blanco de la diana estrechando los ojos y apretó el gatillo. La flecha, de palmo y medio de longitud, surcó el aire prácticamente en silencio, como un relámpago, clavándose a dos círculos de distancia del centro- ¡Joder!

-Entre otras cosas, por lo que no has oído.- M se adelantó hacia la diana, haciendo crujir la tierra bajo sus botas-. Las ballestas hacen todavía menos ruido que un rifle con silenciador. Si te ves obligado a disparar a un vampiro cuando estás haciendo una incursión en una mansión con más de uno de esos bichos, tienes la seguridad de que los demás no oirán nada. Y las que os daré –señaló la ballesta que llevaba C- son de las más rápidas: cada flecha vuela a 10 metros por segundo. No hay vampiro que esquive eso.

-Un punto a favor.- A asintió, observando mientras M colocaba la flecha recuperada de nuevo en el riel y tensaba la cuerda.- Pero el alcance es un asco.

-En una incursión no necesitas más. Lo más lejos que dispararás es desde el fondo de un pasillo. Tampoco pesan demasiado, poco más de tres kilos. Y tienen otra ventaja.- M frunció los labios-. Puedes untar la punta con tu sangre.

Los dos restrictores se miraron un momento, sin entender. Llevaban demasiado poco tiempo en la Sociedad como para conocer todos los detalles de su nueva condición.

-¿Y eso para qué?

-Porque es letal para los vampiros. Un tiro puede que no los mate. Pero un ballestazo con una sola flecha untada en sangre, sí. Una muerte lenta y dolorosa.- M alzó la ballesta recargada-. Esta “porquería” os da más posibilidades de matar a un chupasangres sin recibir ni un rasguño que cualquier escopeta o arma de cuerpo a cuerpo.

Aquello era como dejar un caramelo a la puerta de una escuela. A y C sonrieron como dos colegiales de pantalones cortos. Sobre todo A, a quien el Señor D ya había amenazado con ser el primero en entrar por la puerta principal de una mansión en caso de asalto.

Estaba claro que D no se había tragado que el chico vampiro hubiera muerto por sobredosis. Tenía que haber deducido que M le había envenenado con sangre de restrictor, sino no se le habría ocurrido la estrategia de armar a los vigilantes de las casas nobles con ballestas untadas en la cosa negra que corría por sus venas.

M debía andarse con cuidado. El Señor D era un auténtico cabronazo con aspiraciones a Primer Restrictor. Cabía la posibilidad de que pensara que M conspiraba a sus espaldas, mintiéndole, para robarle el poder. Lo cual equivaldría a una sentencia de muerte que M no tenía ningunas ganas de afrontar, gracias.

En realidad, él era un tipo sencillo. Todo lo que necesitaba para ser feliz eran armas y ocasiones para hacer el único trabajo que le reportaba satisfacción. No tenía ningún interés por el poder.

La puerta de madera desconchada de la entrada de la granja se abrió con un quejido y los rayos moribundos del sol iluminaron la enjuta figura del Señor D, sombrero tejano incluido.

-Adentro. Vamos a repartirnos para esta noche.

M recogió las ballestas y las flechas con el mismo cariño que una madre ordenando los juguetes de sus hijos. Al contrario que muchos de los restrictores, que lamentaban su ingreso en la Sociedad en cuanto adivinaban lo que les habían hecho, él era feliz.

Pensaba seguir matando vampiros durante mucho, mucho tiempo. Siempre que otros hicieran los planes por él.

OOO

-¿Qué cojones pasa aquí?

Butch ni oyó la pregunta del rey. Sus ojos seguían fijos en la puerta por donde había desaparecido Vishous como si pudiera clavarle estacas por la espalda. El muy hijo de Satanás. El muy hijo de perra sádico de mierda. No había tenido bastante con humillarle como lo había hecho, no, también tenía que enviarle aquel “te quiero” mental de burla para hurgar más en la herida, para restregarle por la cara hasta qué punto Butch había mordido el anzuelo.

Rhage lo sacudió como a un muñeco de trapo cuando Z lo soltó, pero Butch siguió con los ojos en la puerta, actualizando su diccionario de insultos sazonados con bilis amarga. Hasta que una manaza de acero se cerró entorno a su cuello y alguien lo tiró contra el sofá como una muñeca rota. La enorme torre negra de Wrath se cernió ante él como una puta máquina de asedio.

-Ya te estás calmando.- siseó entre dientes-. Si pasa algo entre V y tú vas a dejarlo a un lado antes de salir a las calles y que alguien resulte herido porque vosotros dos no tenéis la cabeza donde tenéis que tenerla. Todos dependen de ti, así que haz el jodido favor de enfriarte, ¿me captas?

Butch arrastró la mirada hacia el rey muy despacio.

-Mantén a V lejos de mí. O por Dios que no harán falta los restrictores para enviarle al infierno.

-¿Qué ha pasado? Ayer me pedías que hablara con la Virgen Escribana y hoy prácticamente le sacas las tripas a V justo cuando huelo…

Wrath debió captar, por fin, algo de lo que bullía en el interior de Butch, porque se lo quedó mirando a los ojos, con los labios apretados. Luego se enderezó, apartándose la melena de la cara.

-Mierda…

Butch aprovechó para levantarse del sofá, irguiéndose en toda su estatura, con la cabeza bien alta.

-Si me disculpas, tengo que armar a tres reclutas.

OOO

Zsadist se quedó con los ojos pegados en la puerta cuando Butch hubo salido del despacho del rey, mientras Rhage, Phury y Wrath estallaban en estúpidas especulaciones sobre lo que podía haber pasado entre los dos hermanos.

A él no le hacía falta especular. Apostaría su mano derecha a que adivinaba en líneas generales lo que había pasado allí: Butch y Vishous se habían vinculado y V la había cagado. Hasta el fondo ¿Haciendo qué, exactamente? No importaba. Lo realmente importante es que el muy imbécil había machacado cualquier posibilidad de salir de la mierda en la que chapoteaba justo cuando había tenido la felicidad en la punta de los dedos.

Como había hecho él mismo cuando no se había creído merecedor de Bella y había intentenado alejarla.

Z había tenido suerte: Bella había vuelto a él y había sabido ver más allá de su incapacidad para gestionar las emociones, más allá de sus palabras hirientes, hasta llegar al macho que la amaba. Vishous podía no ser tan afortunado. Lo que hubiera hecho, lo había hecho tan bien como para provocar lo que nadie habría creído posible: que Butch le odiara.

Hablar con V para que deshiciera aquel grandísimo lío no serviría de nada. El muy cabronazo sólo escuchaba a una persona: Butch.

Así que o alguien ayudaba al poli a quitarse la venda de la rabia de los ojos o dos Hermanos serían unos desgraciados el resto de sus vidas. Oh, estaba el asunto del Gran Padre, sí. Pero Z estaba seguro de que si dos miembros de la Hermandad de la Daga Negra ponían a la Virgen Escribana entre la espada y la pared –con un “libera a V de su promesa o nos largamos los dos de la Hermandad”, por ejemplo-, la diosa no tendría más remedio que transigir. O se vería con tan pocos guerreros que la raza se extinguiría y eso era algo que la diosa nunca toleraría. En realidad, V y Butch eran los que tenían la sartén por el mango, aunque parecía que no se habían dado cuenta de ello.

Pero, claro, para eso alguien tenía que hacer entrar en razón a Butch.

Z espió a sus hermanos de reojo. Rhage quedaba descartado. Era más amigo del poli que él, sí, pero, en el fondo, Hollywood era una vieja cotilla blandengue. Según lo que le explicara Butch, no sabría cómo reaccionar. Y Phury… Zsadist se pasó la mano por el cráneo al mirar a su gemelo. Phury no tenía ni zorra idea de cómo podían ser las relaciones entre dos personas.

Las tripas de Z se retorcieron, como siempre que veía aquella peculiar expresión en Phury: la de alguien consumiéndose por un anhelo que jamás colmaría. Zsadist no era imbécil, sabía muy bien qué, o a quién, deseaba Phury. Y sabía que no podía ayudarle.

Quizás podía ayudar a V y a Butch.

-Voy a hablar con el poli.- se separó de la pared, ignorando la discusión acalorada de los otros tres-. Si a alguien se le ha pasado por la cabeza ir tras V, olvidadlo. No escuchará.

Vaya, el rey, Hollywood y Phury debían pensar que Z había hecho algún cursillo de autoayuda a escondidas, a juzgar por sus caras.

Simplemente, estaba hasta las pelotas de que los demás insistieran en joderse la vida como él se había jodido la suya durante tanto tiempo.

OOO

Vishous entró en su habitación confirmando que, además de un sádico, era un masoquista. Porque deseaba que el dolor de su pómulo magullado no se difuminara tan rápido. Era lo único que iba a tener de Butch.

La visión de la cama pulcramente hecha, con las sábanas cambiadas, le encogió el alma. Era como si el mundo se empeñara en borrar toda prueba de lo que había tenido con Butch, de que aquellas horas habían existido.

Hasta que vio las sábanas de seda negra que habían usado dobladas en la cabecera de la cama, junto con la almohada que conservaba la misma funda. La almohada contra la que se había apoyado Butch mientras él le hacía el amor. Fritz, por supuesto, había respetado sus deseos y no las había llevado a lavar.

Sintiéndose como una cría de quince de años con el cansancio de un viejo de cien, V se dejó caer en la cama, la cabeza sobre la almohada negra, los dedos enredándose en las sábanas usadas. Aspiró con fuerza el olor a sexo y al marcaje de ambos, deseando poder embotellarlo.

Ojalá, al menos, Butch lo hubiera disfrutado. Había hecho lo que había podido por contener su lado más animal y hacer las cosas con la calma necesaria para aquella primera vez. Y le había gustado.

Butch le había ofrecido, además de su virginidad de macho, la única experiencia en la que V se había sentido como un amante, no como un bicho raro. Dios, no podía creer que Butch se hubiera dejado tomar… Otro regalo del poli: su confianza. Que él había hecho nanoañicos.

V apretó los ojos cuando la bestia de la culpa volvió a morderle las tripas, mezclada con una generosa dosis de amargura. Joder, Butch se había creído su mascarada. A la primera. El poli se había creído a pies juntillas que él era un cabronazo de mierda capaz de tirárselo para luego decirle que había sido como un polvo cualquiera. Si ni un ápice de duda.

Sí, vale, él había sido un hijo de perra, asi que no tenía derecho a sentirse herido. Pero así era. Había creído que Butch le conocía más, lo suficiente como para preguntarse, al menos, el por qué de su puesta en escena. Pero no. V hacía algo más o menos en la línea del cabrito frío sin corazón que todos creían que era e incluso Butch mordía el anzuelo.

Le daban ganas de plantarse delante del poli y decirle la verdad sólo para restregarle por la cara que Butch también le había condenado a la primera de cambio.

Joder, era un verdadero malnacido. Por supuesto que Butch le había creído. Uno debía sentirse vulnerable como la mierda cuando era un hetero confeso que tenía la polla de su mejor amigo metida en el culo. No tenía derecho a pedirle a Butch que fuera un Buda iluminado y viera más allá de su pantomima. De hecho, no estaba en posición de pedirle nada a Butch.

Vishous se preguntó si podría acostarse con aquellas mismas sábanas durante los siete siglos que le quedaban de existencia.

OOO

John contempló cómo Butch O’Neil arrojaba chalecos antibalas sobre la mesa metálica de la armería, en el complejo subterráneo de la mansión, y le recordó a alguien amontonando cadáveres. El Hermano les había gruñido que le siguieran poco después de que los tres chicos oyeran, desde fuera del despacho del rey, lo que le había gritado a V y después de que el macho de la perilla hubiera salido como un fantasma de sí mismo.

No parecía que el humor del poli hubiera mejorado una mierda desde entonces.

-¿Alguna vez os habéis puesto uno de éstos?- Butch sacó un chaleco más del armario, sosteniéndolo delante de sus morros.

Blaylock se encogió de hombros.

-Una vez, en las clases prácticas. Pesaba bastante y estorbaba en el cuerpo a cuerpo.

-Pesan tres kilos y los que protegen de verdad son semirígidos, por eso no solemos usarlos. Para matar restrictores hay que acercarse y los chalecos molestan en las peleas.- Butch les señaló con la cabeza, el ceño fruncido, los labios apretados-. Quitaos las chaquetas, voy a ajustarte el tuyo, Blay. Los demás imitadme.

El irlandés le pasó el chaleco azul marino por la cabeza a Blay, dejándoselo caer sobre el cuerpo de golpe, y John vio que su amigo miraba al poli con cautela, intentando averiguar si había hecho algo mal. Estaban acostumbrados a ver a Z de mala leche. También a V y a Wrath. Pero no a Butch. Y, por algún motivo, que alguien que nunca se alteraba perdiera los papeles de repente daba más miedo.

Butch ajustó la cinchas laterales del chaleco del pelirrojo y Qhuinn y John se apresuraron a imitarlo con los suyos.

-Hay diferentes tipos de chaleco, según cuánto quieras ocultarlo bajo la ropa y según las armas a las que es más probable que te enfrentes. Algunos chalecos son tan finos que se pueden llevar bajo una camisa, pero sólo protegen de cuchilladas y de balas de pequeño calibre. Los que llevais -dio un golpe con los nudillos en el pecho de Blay que hizo que el pelirrojo diera un paso atrás- son los de la categoría de protección más alta, como los que usan los SWAT. Pueden parar balas de gran calibre con bastante efectividad y puede que también os salven de un apuñalamiento directo. La bala se deforma al chocar contra el chaleco y la punta queda achatada.- Butch hizo el gesto con las manos-. No os perforará el cuerpo, pero inflinge daño golpeador. Eso quiere decir que, si os disparan, probablemente no os matarán, pero os romperán las costillas. Tenéis que estar preparados para que el dolor del impacto no os pare.

-No parecen muy camuflables.- Qhuinn probó a moverse con aquel trasto atado al cuerpo. Parecía un GI Joe.

-No a menos que llevéis chaquetas de cuero con la cremallera cerrada.- Butch se giró de espaldas, removiendo en el armario de material-. Pero vamos a añadir ocho kilos más por chaleco.

Los tres volvieron a cruzar miradas. No era de extrañar que los polis de operaciones especiales se mataran en el gimnasio, si tenían que poder moverse con aquellas cosas. Butch se volvió hacia ellos con lo que parecían pequeños escudos ovalados en las manos. Los levantó para que los vieran.

-Esto son placas de cerámica, aluminio y aramida. Sirven para reforzar vuestro chaleco y protegeros frente a balas de gran calibre, como las de un francotirador. Se encajan una en la parte delantera de vuestro chaleco y otra en la trasera. Digamos que son la versión prêt-à-porter de la armadura de Ironman. Es lo único que os da alguna opción de sobrevivir frente a un balazo como el que recibió Phury.- el poli sacó otros dos juegos para Qhuinn y John-. Ahora encajad una en la parte delantera como estoy haciendo yo… eso, sí, en esa especie de bolsillo con tiras. Luego os colocáis la posterior en la espalda el uno al otro.

-Pesa como una puta piedra.- Qhuinn gruñó mientras se daba golpecitos en la placa delantera.

-Cuando recibas el impacto de un calibre 50 reconsiderarás tus impresiones.- masculló Butch-. Lleváis más de 900 dólares encima cada uno. A mí me importa una mierda lo que hagáis, pero si los usáis mal y se joden creo que Wrath os colgará por los huevos ¿Habéis pillado bien cómo ponéroslos?- los tres asintieron-. Muy bien, quitároslos y dejadlos aquí. Venid a ponéroslos cuando Wrath dé la orden de salir. Aseguraos de llevar munición suficiente para vuestras armas y de tener los móviles cargados. Ahora vamos a los pinganillos.

-¿Los qué?

Blaylock forcejeó para quitarse el chaleco mientras Butch abría un armario más pequeño. Era como el almacén de “La Tienda del Espía”: lleno de chismes diminutos con cables, pequeñas grabadoras y cámaras camuflables. El poli abrió un cajón metálico y sacó lo que parecían tres pequeños audífonos. Sostuvo uno entre los dedos.

-Esto se encaja en la oreja, como el auricular del mp4. Me permitirá daros instrucciones desde el coche sin necesidad de que llevéis un walkie-talkie en las manos y con mejor calidad de sonido. Cuando vayáis a salir, sólo tenéis que ponéroslos y darle a ese pequeño botón… ése, justo. Y estarán conectados.

-¿Algo más?- Qhuinn se puso el pelo de punta-. Creí que la guerra contra esos cabrones era más de… bueno, de cuchillos y callejones.

Butch le dedicó una mirada de medio lado.

-Estamos en el siglo veintiuno, no en la Edad Media. Si quieres ir a matar asesinos con un bate de béisbol y un puño americano, tú mismo.

Qhuinn alzó las manos en señal de paz. John empezó a gesticular con expresión de interrogación.

-El localizador, sí.- Butch cerró el cajón y abrió otro. Sacó lo que parecía un iPod, un pequeño dispositivo negro y liso, muy plano, y se lo tiró a John, que lo atrapó al vuelo-. Comprueba que tiene la batería cargada. Es magnético, sólo tienes que agacharte para engancharlo en la parte inferior del coche después de darle al botoncito de “on”. Nos dará señal por GPS durante 48 horas.

John asintió y colocó el dispositivo junto al que sería su chaleco antibalas. Los tres miraron a Butch, esperando otro cacharro que les hiciera parecer el Doctor Gadget en vez de tres futuros guerreros. El poli cerró el armario y los miró por encima del hombro.

-¿Qué estáis esperando? ¿Explosivos plásticos?

A Qhuinn se le iluminó la mirada, pero John le dio un codazo en las costillas y Blay se aclaró la garganta.

-Volveremos para equiparnos cuando Rhage nos avise para salir.

OOO

Butch apoyó una cadera contra la mesa metálica de la armería, observando con los brazos cruzados cómo los tres chavales salían en completo silencio. Se había dado cuenta de cómo le miraban, recelosos y confusos, pero aquella tarde a Butch le importaba un huevo todo.

Todo, excepto poder usar a cierta persona de saco de boxeo. No había golpeado a V lo suficiente.

Levantó la cabeza cuando tuvo la sensación de que alguien le observaba para ver a Zsadist en el umbral de la armería, su mirada oscura e inexpresiva. Se apartó lo justo para que los tres chicos salieran del cuarto como gatos relamidos, con las orejas gachas y sin llamar la atención.

Butch se concentró en preparar los chalecos para Rhage, Z y él mismo, encajando las placas de cerámica. Normalmente no los usaban; resultaban demasiado llamativos cuando se movían entre humanos y estorbaban en el combate. Pero aquella noche iban a ir a una trampa con más fuego cruzado que en el desembarco de Normandía, así que no quedaba más remedio. Se giró de espaldas a Z, preparando las protecciones.

-¿Qué?- más que una pregunta parecía un ladrido.

Las botas pesadas de Zsadist apenas hicieron ruido sobre el suelo cuando caminó hasta pararse al otro de la mesa, de cara a Butch, después de cerrar la puerta. El hermano podía ser tan escurridizo como una sombra cuando quería; Wrath le había escogido bien para vérselas con el francotirador.

-¿Por qué?

Butch levantó la mirada un segundo, con el “no estoy de humor” grabado en los ojos.

-¿Por qué qué?

Z apoyó ambas manos en la mesa, los hombros hacia delante. A pesar de la agresividad de su postura, habló con voz suave.

-¿Por qué le has dicho eso a V?

Joder, ya era lo que le faltaba. Zsadist, alias “Pesadilla antes de Navidad”, haciendo de pacificador.

-No es asunto tuyo.- Butch empezó a encajar placas de porcelana con menos cuidado del que sería de desear.

-Sí es asunto mío. Los dos sois mis Hermanos.- Butch guardó silencio y Z arrugó el labio, bufando-. Todos los que estábamos en ese despacho hemos podido oler vuestro marcaje, así que…

-¡MÉTETE EN TUS JODIDOS ASUNTOS!- Butch golpeó la mesa metálica con ambas palmas, acercando la cara a la de Z- ¿Por qué todo el mundo se cree con derecho a meterse donde no le llaman? No. Es. Asunto. Tuyo. Y, por si te interesa, Vishous tampoco es asunto mío ya.

Zsadist le enseñó los colmillos, sin arredrarse un pelo.

-No respondió. Cuando le partiste la cara, no se volvió contra ti.

-Porque el muy bastardo sabía que se lo merecía.- Butch notó que los caninos le tocaban el labio inferior-. Y, si no os hubierais tirado encima de mí, le habría partido todos y cada uno de los huesos.

-V siempre devuelve los golpes. Siempre. No sé qué ha pasado…

-En eso tienes toda la maldita razón. No tienes ni puta idea de que lo hablas y, además, ¿a ti qué coño te importa?- Butch se enderezó de golpe, echando a un lado el chaleco en que había estado trabajando para pasar al siguiente-. Has pasado de todo el mundo durante décadas. Hablarte era arriesgarse a muerte súbita y ¿ahora vas de arreglavidas? No me jodas, Z.

Zsadist se movió tan rápido que Butch no le vio. Un segundo estaba encajando placas de cerámica en chalecos y al siguiente el hermano le tenía sujeto por la pechera de la camiseta desde el otro lado de la mesa, los ojos negros, los colmillos como dagas de muerte, la cicatriz resaltando bajo la luz del fluorescente.

-Esta noche nos vamos a meter todos de cabeza en una puta trampa y, por si no te habías dado cuenta, dependemos de ti.- le sacudió por la camiseta-. Mi shellan espera un hijo mío y no me apetece irme al Fade porque estés pensando en cómo sacarle los hígados a V, ¿me captas? Escúpelo ya.

Butch agarró a Z de la muñeca, presionando para obligarle a soltarle, pero el hermano tensó los músculos del brazo, desafiándole.

-Por eso te preocupas. Eres un bastardo egoísta.- Butch echaba fuego por los ojos.

-La sorpresa del siglo, no te jode.- Z le soltó la camiseta con un gesto brusco y volvió a apoyar los nudillos en la mesa-. Pero también soy el único al que se lo puedes explicar sabiendo que no le va a ir con el cuento a nadie. Y tu numerito agresivo no me impresiona. Así que vomita.

Butch contempló aquellos ojos como chapas negras con los labios apretados. El primer impulso fue enviarlo a comer mierda pero, al cabo de unos segundos, suspiró. Zsadist tenía razón: era el único a quien se lo podría explicar sabiendo que no iba a salirle con “Dios, ¿hicisteis eso? Qué fuerte, ¿te gustó?”. No juzgaría ni se escandalizaría. Z era una de aquellas personas a la que la vida había pateado tanto que había perdido la capacidad de impresionarse. Tampoco se lo contaría a nadie. Y, joder, o Butch sacaba algo de rabia o acabaría haciendo cualquier cosa que podría ponerles en peligro aquella noche porque su cerebro parecía estar centrifugándose dentro del cráneo.

-Ni siquiera sé por dónde empezar.- jugó con las cinchas de los chalecos que tenía delante.

-Suele ser por el principio.- Zsadist se cruzó de brazos-. Pero nos podemos saltar esa parte. Todos sabemos que tú y V siempre habéis estado cerca.

-Ya… El problema es que V sólo lo fingía.- la boca se le torció sola en un gesto amargo.

Z alzó una ceja.

-¿Perdona?

-He dicho que V sólo lo pretendía. Todo, desde el principio, fue una estrategia para… um, para conseguir… lo que quería de mí.- Butch tiró tan fuerte de una correa que casi la rompió y Z le quitó el chaleco de las manos.

-¿Y eso era…?

Butch peleó con la palabra. Joder, una sola palabra y lo que costaba escupirla.

-Follarme.

Casi apretó los ojos, esperando una carcajada de Z, un resoplido burlón, cualquier comentario hiriente. Nada. Al final, levantó la cabeza para encontrarse al hermano con las dos cejas alzadas y una cómica expresión de sorpresa. Antes de que pudiera decir algo, Z parpadeó.

-¿Tú eres gilipollas o qué te pasa?- preguntó, poniéndose las manos en las caderas.

Vale, fantástico, encima la culpa iba a ser suya.

-No necesito sermones y menos de ti. Si vas a echarme las culpas, ya puedes largarte.- Butch señaló la puerta con el pulgar.

-Lo diré de otra forma.- Z se pasó la mano por la cabeza rapada- ¿Tú crees de verdad que un macho que ha pasado absolutamente de todo el mundo durante tres putos siglos -levantó tres dedos-, que sólo folla con gente a quien puede atar en una mesa y que nunca ha hablado de su vida con alguien sería capaz de planear un estrategia para fastidiar a su único amigo sólo por un polvo?- la voz del hermano se había ido haciendo más aguda y más incrédula- ¿De verdad lo crees? Porque entonces eres gilipollas. Y no pensaba eso de ti.

-No tienes ni idea de lo que me hizo.- Butch tiró un chaleco en la mesa con estrépito y empezó a pasear por la armería como un león enjaulado.

-Ilumíname.

Butch ladró una risa amarga. Cómo si pudiera sacar las palabras de su garganta para explicarle a Zsadist lo que habían compartido V y él y aquellos días, todo lo que había llevado a la Patada en el Culo… Se pasó la mano por el pelo, dándose tirones.

-Mira, yo creí que éramos amigos, ¿vale? Desde que llegué a esta vida, Vishous ha estado ahí. Los dos nos hemos explicado… cosas que no sabe nadie más. Nadie. Sobre todo estos últimos días, desde que Marissa… se fue.- decir “me dejó” añadiría otra espina a las que ya le atravesaban-. V me explicó lo que le pasó en el campamento… joder, creí que lo hacía, no sé, por honestidad, por querer compartirlo conmigo… no para que yo le compadeciera y cayera en… en su engaño. Mierda, parezco una cría estúpida.- Butch se apoyó de golpe contra una pared-. Nos vinculamos. Supongo que en su caso sólo era otra forma de expresar lo que quería de mí. Pero para mí fue de verdad.- otra risotada-. Justo ayer entendí que era a Vishous a quien… quería ¿Puedes creerlo? Así que nosotros…- se lamió los labios, incapaz de parar el torrente de ira que salía de su boca-… estuvimos juntos. Quiero decir… del todo.- vale, seguramente Z no necesitaba aquella precisión-. Dejé que V… ya sabes… – se propulsó de la pared, paseando de nuevo-. Y cuando acabó me envió a la mierda. Directamente. Casi me dio una patada directa al Refugio, de vuelta a Marissa. Consiguió lo que había querido todo este tiempo. Y yo fui tan imbécil que caí. Así que Vishous se puede ir a la mierda.

Si esperaba alguna respuesta explosiva por parte de Z, se quedó con las ganas. El hermano se limitó a mirarlo en silencio y sus ojos volvieron a recuperar el amarillo habitual.

-Cristo.- Z se frotó la cabeza varias veces. Luego dio la vuelta a la mesa metálica y apoyó la espalda, mirando directamente a Butch. No habló hasta pasados unos segundos- ¿Vishous te explicó lo que le pasó en el campamento?

-Sí.

-¿Cuando estuvisteis… juntos, él estaba desnudo? ¿Del todo?

-Sí.- Butch frunció el ceño. Al menos, a Z no parecía impresionarle ni poco ni mucho que ambos se hubieran acostado. Los demás hermanos se habrían quedado encallados en el “¿y follasteis?”, pero Z prescindía de aquello e iba a lo demás. Esa actitud fría le infundió valor para dar detalles-. Toqué sus… ah, cicatrices.

-¿Te dejó tocarlas?- Z parecía estar ensayando un nuevo tono de incredulidad absoluta.

-Sí.

-¿Fue…? ¿Te hizo daño a propósito? ¿Cuando tuvisteis sexo?

-No.- Butch carraspeó cuando las imágenes protagonizaron su “slideshow” peculiar-. Fue… todo fue… bien… hasta el final. Hizo lo posible por no… ah, hacerme daño.

-A ver.- Z bufó-. Vishous, porque hablamos de V, comparte contigo lo que no ha querido compartir con nadie. Te deja ver y tocar lo que no ha querido que vea nadie y V, el Señor del Sadomasoquismo, se esfuerza por tratarte como a una princesa en la cama.- Zsadist hablaba muy despacio, levantando un dedo por cada gesto de V- ¿Y tú aún piensas que sólo lo hizo para poder follarte?

-Joder, ¿y para qué sino?- Butch empezó a gesticular con los brazos- ¿Por qué me dijo que había sido un polvo como otro cualquiera, por qué me envió a la mierda cuando dijo que ya tenía lo que quería? ¿Por qué, Z?

Zsadist le dedicó una mirada escáner que habría envidiado el mismo V. Luego bajó la vista a la punta de sus botas. Tardó medio minuto en hablar y su voz salió suave.

-¿Sabes? Bella es la única persona que… ah, sabe cosas de mí. Cosas que no le he contado a nadie más.- hizo una breve pausa-. Morí por dentro cada vez que compartía algo de mi mierda con ella. También le he dejado que me haga… cosas que no he dejado hacer a nadie más.- frunció el ceño, jugueteando con la puntera de la bota-. No fue fácil. Cada paso que se acercaba a mí era otra herida que sangraba. Las verdaderas cicatrices sólo soportas que las vea una persona, la de verdad.- torció el labio, mostrando un colmillo-. Me da igual que eso haya sonado a novela rosa ¿Crees que alguien soportaría volver a revivir toda la mierda compartiéndola con otra persona sólo en busca de un polvo? Y menos para que te compadezcan ¿Crees que V se expondría a eso sólo para que tú dijeras “pobrecillo” y te dejaras follar por pena? No seas imbécil. Y Vishous se ha vinculado contigo.

-¿Y qué? Pudo fingirlo… pudo ser su forma de expresar que quería… someterme, ¿no?- a su pesar, parte de la ira ciega contra V empezó a desinflarse al calor de las palabras de Z. No lo había pensado, pero si había alguien que pudiera ayudarle a entender cómo funcionaba el cerebro de V, era Zsadist.

Los ojos amarillos volvieron a mirarle.

-Eso no se finge. Un macho sólo marca a otra persona cuando quiere estar con ella. Al cien por cien. No importa lo que te diga tu cerebro.-se señaló la sien con un dedo-. Cuando marcas a alguien es porque le amas. Y ningún macho vinculado sería capaz de hacerle daño a su pareja. Antes te apuñalas en el corazón.

-Pues V lo hizo.- murmuró Butch, dejándose caer en una silla cuando la furia se desvaneció por completo, dejando un cansancio que le empapaba los huesos.

Zsadist no dijo nada durante mucho rato y Butch se perdió en sus laberintos mentales, debatiéndose sobre si debía hacerse la pregunta qué se había negado a formular durante todas aquellas horas: ¿por qué? Al final, Z suspiró con fuerza y eso hizo que Butch volviera a mirarle.

-No excuso a Vishous. Merece que le rompas los huesos. Todos.- aseguró-. Sólo intento entender lo que ha pasado. Y me recuerda mucho a lo que hice yo… con Bella.

-¿Qué quieres decir?- Butch inclinó la cabeza a un lado, intrigado a su pesar. Debía haber una alineación estelar rara aquella tarde para que Zsadist, de entre todas las personas, hubiera decidido abrir la boca de aquella manera. Nunca había creído que el hermano pudiera hablar tanto.

-Quiero decir que yo… la amaba. No lo pretendí y no lo busqué. Era una complicación que no quería, pero pasó. Dejé que me conociera como no habia dejado a nadie. Y te aseguro que no fue divertido. Me vinculé con ella porque la quería, aquí.- se señaló el corazón-. Sabía que ella también pero, a pesar de todo, fui… cruel. Le dije palabras que le hicieron daño, la humillé por querer estar conmigo, incluso después de todo lo que había hecho por mí. Intenté empujarla hacia Phury.

-¿Y por qué coño hiciste algo así?- el poli tenía los ojos muy abiertos, incapaz de creer que Z, que moría con sólo pensar que a Bella pudiera pasarle algo malo, hubiera sido capaz de herirla deliberadamente.

Z torció el gesto, mirando la pared.

-Porque creía que no tendría futuro conmigo.- murmuró-. Y prefería que me odiara a que desperdiciara su vida amando a alguien que no podría ser la pareja que ella se merecía.- guardó silencio, flagelándose mentalmente, y luego volvió a mirar a Butch-. Se parece bastante a lo que ha hecho V, ¿verdad? Y te aseguro una cosa: le hice daño a Bella y aún no sé cómo compensar eso, pero alejarla de mí casi me mató. Iba contra todos mis instintos, pero lo hice. Creí que, en el fondo, era lo mejor para ella.

-¿Y no se te ocurrió preguntarle qué quería, joder?- Butch empezaba a ver los paralelismos. Demasiados.

-Debí haberlo hecho.-Zsadist perdió la mirada durante un instante-. Pero no supe…

-¿Cómo acabasteis juntos?- levantó una mano-. Vale, siento haber preguntado eso. No tengo derecho.

Z meneó la cabeza, rechazando las disculpas.

-Acabamos juntos porque ella volvió a mí. Supo ir más allá de mis palabras y entender que, en realidad, siempre había sido por amor. Mal entendido, pero amor.- dio un par de taconazos en el suelo-. No la merezco, ni a ella ni su perdón. Tampoco disculpo a Vishous. Sólo digo que, si de verdad quieres estar con ese bastardo de boca cerrada, te ha tocado la peor parte. Tendrás que ver más allá de sus palabras si queréis encontrar alguna solución a la mierda esta del Gran Padre.

Butch le miró un momento a los ojos, con la sensación de que Z le había quitado el tapón a la piscina de su resentimiento y le había dejado solo y temblando sentado en el fondo. El muy jodido sabía cómo tenía que hablarle: duro y a la cabeza. Butch no habría escuchado a nadie que le hubiera venido a ofrecer consuelo.

-Vishous habló muy claro…- murmuró, aún resistiéndose a tener que pasar por el aro de fuego de tener que repasar todo lo que habían compartido hasta encontrar la respuesta al por qué.

Z se separó de la mesa con un empujón.

-Las palabras engañan. No sé, tú has sido poli ¿Crees que puedes cerrar el caso? ¿O en el fondo piensas que hay algunas pistas que se te han podido pasar por alto?- se encogió de hombros, caminando hacia la puerta.

-Zsadist.- Butch lo miró desde debajo del ceño fruncido- ¿Por qué haces esto? Ahora en serio.

Las dos cejas del hermano se enarcaron y Z frunció los labios.

-Tú mismo lo has dicho. Soy un bastardo egoísta. Y esta noche te quiero centrado.

OOO

-Muy bien, ahora que ya estamos todos…- el señor D ocupó su puesto habitual en el salón de la granja, con la espalda apoyada contra una cómoda de madera comida por la carcoma, repasando a su pequeño equipo-. Empecemos por los candidatos a Ballesteros del Año.- señaló a A y C-. Vosotros sois los que tendréis la misión más sencilla esta noche.

-Me gustan las cosas sencillas. Y las ballestas no están mal.- A le dio un codazo a su colega.

-Espero que no tengáis que usarlas hoy.- D empezó a dar vueltas a su sombrero entre las manos-. Veamos: la primera mansión a la que os acercasteis ayer estaba vacía, ¿no es así?

-Cerrada.- contestó C, remangándose para dejar al descubierto unos antebrazos con las venas hinchadas como serpientes de toda una vida de chutes-. Los vampiros y sus criados han debido largarse.

-¿Y la otra que visitasteis?

-Ah, una bonita choza con porche y todo. Parecía de esas de “Norte y Sur”.- C torció el gesto-. Llegamos poco antes del amanecer. Vimos al mayordomo recibir a la familia. Papá, mamá y dos chicos, uno de ellos bastante grande. No sabemos cuántos criados tienen, pero al menos son dos. Entrada principal por el porche y una trasera para el servicio. Los muy pijos…

-Bien, seguid vigilando esa casa esta noche.- el señor D dio un taconazo en el suelo-. Confirmad el número exacto de habitantes. En principio, quiero esperar a tener los datos de las cuatro mansiones… bueno, de las tres habitadas, antes de atacarlas, ¿está bien? Pero prefiero que vayáis armados por si acaso las cosas se tuercen. No disparéis a menos que os lo ordene.

-Seremos buenos chicos-. A sonrió como un maníaco salido de un psiquiátrico.

Fijo que sí. D volvió su atención a los otros cinco restrictores.

-De acuerdo, nosotros iremos a nuestra cita con nuestros dos vampiros yonkis.

-¿Todos?- R, el restrictor con coleta, frunció el ceño-. Mucho despliegue para dos niñatos de mierda.

-No quiero fallos. Necesitamos pillarles.- D torció la cabeza, mirándolo con sus ojos de fantasma, retándole a contradecirle. Cuando R se calló, empezó a tamborilear con los dedos en la madera-. Este es plan. R, G y H: vosotros tres cogereis la Wolksvagen. Aparcad lo más cerca posible del arco del puente. R, te quedas dentro de la furgo, de chófer, preparado para salir pitando con los dos vampiros en cuanto los tengamos-. Cuando R gruñó, siguió con los otros dos-. G y H, en el terraplén al lado del río suele haber putas, drogatas y mendigos. Mezclaos con ellos. Vosotros cortaréis la retirada a los dos chicos si es que intentan huir corriendo pero si no, manteneos a distancia suficiente para evitar que os huelan.

-Oído.

-Bien. Yo llegaré con el Ford y me encontraré con los dos chicos debajo del puente.

-M no tendrá línea de tiro desde ningún edificio si los tres estáis bajo el puente.- objetó H.

El señor D empezó a sonreír. Lento, como una serpiente desperezándose.

-Cierto.

-¿Entonces?

-M no se apostará en un edificio.

D pudo sentir la mirada del ex marine.

-¿Dónde me pongo?

-Robarás una de las barcazas que bajan basura por el río Hudson.

La mayoría de los restrictores miró a D como si hubiera perdido el juicio, pero M asintió, levantando la mirada hacia el techo, como hacía cada vez que calculaba silenciosamente su posición.

-¿Y qué ganamos con eso?- el cretino de H seguía sin pillar nada.

D suspiró.

-Si esos dos jovencitos por casualidad traen protección, pondremos a sus guardaespaldas en un aprieto encontrándonos bajo el puente. No tendrán línea de tiro.- señaló a M con la barbilla-. En cambio, M tendrá una línea despejada si baja en un barco por el río y costea la orilla. Además, es poco probable que cualquier guardaespalgas prevea que un tirador se pueda apostar en el río. Lo pillaríamos por sorpresa. P…- el tejano se giró hacia un restrictor que parecía la versión gladiadora de un enanito de Blancanieves- tú irás con M en la barcaza. Alguien tiene que conducirla mientras él apunta.

-No es problema. Ya he llevado barcas antes.- su voz iba a juego con su aspecto, un retumbar grave que parecía salir del centro del pecho.

-Muy bien. M: queremos incapacitar a esos dos chicos para interrogarlos, no matarles.- advirtió el señor D-. Cambia ese puto rifle tuyo por otro de menor calibre y dispara a las rodillas.

-A sus órdenes.- M no desvió la vista del techo, como si estuviera escribiendo los cálculos de distancia y velocidad en las tablas de madera.

-Esto va también para los demás: si las cosas se descontrolan, nada de disparos a matar sobre esos chavales, ¿estamos? Piernas, hombros y brazos, de acuerdo. Pero nada más.- los ojos de D eran como dos rendijas-. Al que pille disparando a matar me servirá para ensayar la disección en vivo.- dejó un par de segundos de silencio-. Bien. Los chicos intentarán desmaterializarse en cuanto me vean acercarme y me reconozcan. Se trata de que tú, M, les incapacites antes de que se esfumen. Luego, G y H: les pillais, los metéis en la furgo y los traeis aquí cagando leches.

-¿Y los drogatas y la gente que haya por allí?- P levantó dos pálidas cejas peludas.

-Cuanto menos muertos, menos llamaremos la atención de la policía. Pero nuestra prioridad es coger a los vampiros. Si algún drogata se pone en medio y nos estorba, lo liquidais.

-Joder, ya estamos. Disparar al yonqui es el puto deporte nacional.- protestó C, rascándose las venas picadas del brazo.

El señor D le ignoró mientras los demás arrastraban las sillas, poniéndose en pie. Aquella noche iba a tener dos vampiros más a los que interrogar.

En realidad, no sabía qué le hacía más ilusión: poder extraerles nueva información para decantar la guerra a favor de los restrictores o la perspectiva de tener a aquellos dos críos completamente sometidos, a su merced, exudando miedo.

Sonrió como si alguien hubiera destapado un frasquito de Chanel número 5.

OOO

Butch permaneció largo rato en el silencio y la soledad de la armería, dándole vueltas a lo que Z le había dicho. Siendo sinceros, Zsadist era el único con alguna posibilidad de entender cómo funcionaba el cerebro de Vishous. Los dos habían tenido una vida de pesadilla y los dos eran unos bastardos que se guardaban la mierda dentro.

¿Cabía la posibilidad de que Butch se hubiera dejado convencer tanto por la prueba final que hubiera pasado por alto otras evidencias? ¿Era posible que V le hubiera tratado como un pedazo de mierda por algún retorcido sentido de lo que era mejor para él cuando en realidad le quería?

¿Cabía la posibilidad de que Vishous fuera tan rematadamente gilipollas?

¿O es que Butch había caído tan bajo que se agarraba a un clavo ardiendo?

Maldijo en voz baja y se puso de pie. Pensar demasiado nunca se le había dado bien. Lo mejor que podía hacer era acabar de armarse y prepararse para la nochecita que les esperaba. Pistolas, dagas, gabardina, móvil…

Móvil.

El puto trasto.

Joder, el teléfono estaba en su gabardina de cuero. Y la gabardina se había quedado en la habitación de Vishous. Cuando se había quedado con él, a velarle mientras se recuperaba –como una maldita mujercita amorosa- había dejado la gabardina en su cuarto. Después, V le había arrojado los pantalones, pero no el resto de su ropa. Así que tenía que volver allí, a la escena del crimen. A revolcarse por el barro.

Apretó los dientes, caminando rápidamente por el túnel mientras las brasas de la humillación volvían a encender la hoguera de la ira.

No era cierto. No había ninguna posibilidad de que Z tuviera razón y V no hubiera estado fingiendo y en realidad quisiera estar con él pero algún estúpido mecanismo mental le hubiera empujado a arrastrarle emocionalmente por el suelo como una colilla. No. Era. Cierto.

Tecleó el código de la Guarida esperando encontrar a V dentro para poder seguir con lo que los demás habían interrumpido. Iba a romperle todos los dientes. Pero no, no estaba. Butch respiró con fuerza y se dirigió hacia la habitación con las mandíbulas tensas, resuelto a seguir con su propósito inicial de enviar a V al infierno y no volver a pensar en…

Se detuvo en el umbral de la puerta, con todos sus resortes laborales de detective de homicidios saltando a la vez para analizar la escena.

La cama de V estaba hecha, con las sábanas cambiadas por otras gris oscuro, arrugadas en el centro aún con la forma de un cuerpo tumbado, seguramente encogido de lado. Y, encima de las sábanas limpias, había otras negras, hechas un lío como si alguien se hubiera acostado agarrado a ellas. Todavía desprendían olor a marcaje y a sexo. Y sólo una almohada tenía la nueva funda gris. La otra, todavía con la funda de seda negra de la noche anterior, estaba hecha un gurruño junto con las sábanas usadas.

Como si Vishous se hubiera tumbado aferrado a las sábanas que habían usado, impregnadas con el olor a los dos.

Butch entró en la habitación absolutamente fuera de juego. Cabía la posibilidad… seguramente era posible que V las guardara como un trofeo. Eso es lo que hacían los psicópatas, ¿no?

Excepto que ni él mismo se lo creía.

Caminó hasta la cama y se sentó en el borde, agotado, pasándose una mano por la frente. No entendía lo que estaba pasando allí. Apretó los labios, recorriendo la atestada habitación con los ojos y rogando a todos los cielos un ayudita, joder, sólo un poco de ayuda para distinguir la verdad de la mentira. Y aquel puto mareo que arrastraba desde hacía horas le estaba poniendo aún más nervioso. Sus dedos acariciaron las arrugadas sábanas negras mientras hacía acopio de fuerzas para repasar su relación con Vishous, toda su relación, en busca de alguna pista que le dijera la verdad.

V nunca se había comunicado con nadie, nunca mostraba debilidad ante nadie, jamás hablaba de sí mismo. Ni los otros Hermanos conocían su vida. Pero Butch le había visto en sus peores momentos, haciendo equilibrios borracho sobre la cornisa de su balcón antes de saltar, para luego acabar llorando sobre su hombro ¿Había sido eso fingido para que el poli se acercara a él?

Por favor…

Butch cambió de posición en la cama, enredando los dedos entre las sábanas negras. Vishous se había despertado totalmente fuera de sí cuando había soñado que él moriría después de consumir a demasiados restrictores. Butch todavía recordaba la expresión de V y seguía dándole escalofríos. Roto. El hermano se había roto por completo y habían acabado besándose y rodando por la cama y cogiéndose el uno al otro como si les fuera la vida ¿Había sido eso fingido?

Y una mierda.

Suspiró, cuando los momentos íntimos que habían compartido los días después de aquello dejaron su propio reguero de nuevas evidencias. Cada palabra que V había dicho sobre su pasado había costado minutos enteros de pronunciar, como si se estuviera extrayendo una estaca de las tripas ¿Podría haber formado eso parte de una táctica para apelar al sentimentalismo de Butch?

Joder, no.

El poli casi se dio una bofetada a sí mismo. V se cortaría las venas antes de dejar que alguien le compadeciera. Ni siquiera sabía cómo se le había pasado por la cabeza que hubiera podido intentarlo. Z tenía razón. Cada confesión había sido una nueva herida abierta. Nadie, y menos Vishous, se expondría a eso por un polvo.

Y, ahora que estaba encadenando pistas cuesta abajo, había que admitir que Vishous casi nunca había sido quien había buscado el contacto, al menos, hasta que había estado más o menos seguro de que Butch también lo quería. De hecho, la mitad de las veces parecía luchar entre el deseo de abrazarse a Butch y el de alejarlo.

El poli desvió la mirada hacia la puerta abierta de la habitación de V. Él mismo la había cerrado aquella pasada madrugada. Vishous no había querido acercarse a él hasta que Butch le había pedido que dejara al maldito mundo fuera. Entonces –tragó saliva, a medida que se acercaba al punto hiriente- las cosas se habían precipitado.

¿La actitud de Vishous en la cama había sido la de alguien que levanta la cabeza de su trofeo recién cazado? No. Mierda, de hecho había sido vacilante al principio y totalmente confiado luego, dejando que Butch le tocara donde más le dolía. Y después… después V había hecho lo posible por complacer a Butch, por suavizar aquella primera vez… hasta que la suavidad había dejado paso a la posesión. No a la violencia triunfal sino a la posesión. Como hacen los amantes.

El poli cogió las sábanas con ambas manos mientras un nido de culebras parecía despertar en sus tripas a medida que su instinto ganaba la batalla a su rabia.

Todo, absolutamente todo, apuntaba como una brújula hacia el norte: lo que habían tenido era REAL. En mayúsculas.

¿Cuándo se había jodido? No recordaba exactamente todo lo que habían dicho –estaba en un shock demasiado profundo-, pero creía… sí, eso era. Se había sentido como un egoísta de mierda por no querer compartir a V con las Elegidas, aunque estaba dispuesto a hacerlo. Y así se lo había dicho, justo cuando aún tenía a Vishous desplomado encima de él, abrazándole.

Justo entonces, el cerebro de V había hecho “clic”.

Butch soltó las sábanas y se paseó por el cuarto, una mano en la cadera y otra en la nuca. Esa era la jodida pista que se le había escapado. Algo relacionado con compartir a V con aquellas tías había accionado el botón mental. Una de dos, o Vishous creía que Butch no se merecía la putada de tener que compartirle con nadie o al poli le faltaba información.

Que iba a conseguir. Como fuera. A hostias o sin ellas, pero V iba a decirle la verdad porque…

El timbre escandaloso de un Nokia rebotó entre las paredes de la habitación y Butch estuvo a punto de levitar, con el corazón subiendo por la garganta del susto. Era su móvil. Giró sobre los talones para encontrar su gabardina doblada sobre una silla y rebuscó hasta dar con el teléfono. El gesto brusco hizo que el mundo diera inexplicablemente vueltas a su alrededor ¿Qué cuernos le pasaba? Consultó el número de llamada entrante.

Marissa.

-Joder.

Justamente.

“Hablé con Marissa. Va a pedirte que vuelvas con ella. Pero no le cuentes lo nuestro, dudo que te aceptara a su lado si supiera que te has dejado follar de rodillas por otro tío”.

Butch se quedó mirando el móvil con las palabras de V frescas en sus recuerdos.

Sinceridad. Eso es lo que quería de Vishous, ¿verdad? Pues a la mierda con todo. Eso es lo que debía darle también a Marissa. Abrió la tapa sin vacilar.

-¿Nena? ¿Cómo estás?- vaya, consiguió que la voz no le temblara.

-¿Butch? Ah… hola, no sabía si sería un buen momento para llamar.- la voz de Marissa era dudosa y suave -. Si estás ocupado…

-No, no lo estoy. En realidad… eh, Marissa.- Butch se lamió los labios-. Tengo unas horas libres antes de… trabajar ¿Crees que podríamos vernos y charlar?

Marissa suspiró al otro lado y, cuando volvió a hablar, su tono era decidido.

-Iba a proponerte lo mismo. Eres muy amable por aceptar que nos veamos.

-Mira, creo que esto no tiene sentido. Creo que tenemos que….hablar las cosas cara a cara ¿Estás en el Refugio? ¿Puedo ir?

-Sí, claro. Pero, ¿no crees que es mejor en otro sitio? Aquí tendrías que entrar por la puerta de atrás, son las normas, y no quiero que pienses…

-No me importa, en serio ¿Cojo unas cuantas cosas, el coche y voy para allí? ¿En veinte minutos?- joder, estaba impaciente. Después de tantas semanas de flagelarse, estaba impaciente por aclarar las cosas con ella.

Marissa debió notarlo, porque pareció desconcertada.

-Yo… claro, Butch. Te estaré esperando.

-Hasta ahora, nena.

Colgó el móvil con una inspiración profunda. Última oportunidad de hacer las cosas bien. Era como en los jodidos cuentos de hadas: Caperucita Roja o alguna otra idiota en una bifurcación de caminos. Tenía que escoger, o el fácil y con flores o el oscuro con espinos.

En aquel momento cayó en la cuenta de una cosa: sólo se oía su propia respiración. Nada más. La Guarida estaba en completo silencio. Y también lo había estado las pasadas semanas, incluso cuando Vishous estaba allí. Antes la música rap siempre hacía bailar las tablas del parquet, V la necesitaba para mantener a raya los pensamientos de los demás. Desde hacía unas semanas, en la Guarida sólo había silencio.

Así que era cierto.

V había perdido las visiones y no podía escuchar los pensamientos de los demás. Excepto los de Butch. Y Vishous nunca se ponía música para mantenerse a salvo de las ideas de Butch. Nunca.

Cogió la gabardina de un manotazo y acabó de armarse hasta los dientes en su habitación. Luego corrió hasta la armería, cogió un emisor de radio, unos prismáticos de visión nocturna, un juego de ganzúas y su chaleco antibalas. John iba a conducir el Escalade para hacer de chófer, así que no podía coger el jeep. Bien.

Fritz estuvo a punto de deshacerse en el suelo como una maldita gelatina cuando Butch le hizo “el honor” de pedirle que le llevara al centro en el Mercedes. Desde luego, había personas a las que era fácil hacer feliz. No como a otras.

Butch contempló el paisaje deslizándose por la ventana con los dientes apretados y moviendo la pierna en un tic nervioso. Se había acabado. Basta de silencios y de medias verdades. De ahora en adelante, la Honestidad sería su Primer Mandamiento. Primero con Marissa. Y luego, aunque tuviera que molerle a palos, con V. De hecho, preferiblemente, moliéndole a palos.

OOO

-John, ¿estás seguro de que quieres hacerlo? Ya sé que lo hemos hablado antes pero es que no hace ni dos días que has pasado por la transición. Es imposible que estés en plena forma.

Blaylock le examinó de reojo, sentados en la cama de su habitación. John coordinaba bastante para haber crecido tres tallas no hacía ni 48 horas pero había millones de maneras en que la noche podía torcerse y poner a prueba una resistencia que aún no tenía. Lo sabía pero, aún así, pensaba ir. John meneó la cabeza y empezó a gesticular.

“Estoy bien. Y sólo voy a enganchar un maldito cacharro en un coche. No es para tanto”.

-Sabes que la cosa puede acabar en fuegos artificiales, Johnny-boy.- Qhuinn le dio un trago a la botella de Herradura, espatarrado en una silla.

El chico se encogió de hombros.

“Estoy bien, ¿vale?”

-¿Es por ella? ¿Lo haces por Xhex, para que sepa que ya eres un macho?

Joder, Qhuinn seguía teniendo la pasmosa habilidad de meter la pata cada vez que abría la boca. Aún así, John no se enfadó por la mención del Nombre Prohibido. Para algo estaban los amigos.

“No es por ella. No es que se vaya a enterar, precisamente. Es por mí. Necesito saber que… puedo hacer algo”.

En realidad, necesitaba probarse que no era un fracasado en todos y cada uno de los campos de su vida. No había podido tener sexo ni siquiera con una Elegida que se presentaba desnuda ante él la noche de su transición. A lo mejor era capaz de enganchar un jodido dispositivo de seguimiento y de conducir un coche sin meter la pata. Era la última oportunidad que le quedaba antes de etiquetarse a sí mismo como un perdedor sin remisión.

-Puedes hacer lo que te salga de las pelotas, John. Eres un tío capaz. Más que yo.- Qhuinn le dio tal trago al tequila que John casi vio cómo se le despellejaba la garganta.

A su lado, Blay se removió en la cama, mirando de reojo, incómodo, a Qhuinn. Los momentos en los que el moreno dejaba ver cómo se sentía por dentro se contaban con los dedos de una mano y, por mucho que John quisiera hacerle ver que era un macho de valía, a quien más escucharía Qhuinn sería a Blay. Para algo era su mejor amigo desde la infancia.

“¿Por qué no descansáis un poco? Nos quedan un par de horas hasta que nos tengamos que ir. Yo me voy a tumbar un rato”.

-Es buena idea.- Blay se levantó, arreglándose los pantalones, y se acercó a Qhuinn para quitarle la botella de un manotazo.

-¡Eh, trae eso!

-Ni loco. Te necesitamos sobrio.- Blay se plantó entre las piernas de Qhuinn y le tendió una mano- ¿Me acompañas con algo de comer?

John pensó que Qhuinn rechazaría la oferta. Había veces, cuando la oscuridad que llevaba dentro asomaba a sus ojos, que el moreno sólo quería estar solo con una botella y nadie conseguía sacarle del pozo hasta que él decidía reptar fuera.

Nadie, excepto Blaylock.

Qhuinn chasqueó la lengua y cogió a Blay por la muñeca para incorporarse. A Johnn le pareció que el contacto duraba más de lo estrictamente necesario antes de romperse, como si Qhuinn necesitara aferrarse a su amigo.

Parecía que no había nadie en aquella casa que no tuviera mierda dentro.

OOO

Butch se detuvo ante la puerta trasera del Refugio, con el dedo a punto de tocar el timbre, aguantándose la enorme bolsa de lona que llevaba colgada con la otra mano. Curiosamente, tanto a él como a Marissa les parecían bien encontrarse allí, como si ambos necesitaran un entorno “laboral” para sentirse seguros.

Seguros…

Aún no sabía muy bien cómo su corazón había pasado del “amo a Marissa” al “también amo a V” y luego al “sólo quiero a Vishous” para una zambullida en el “que le den a V, me quedo con Marissa pero si hay algo de verdad en lo de V me lo pienso” hasta el punto en el que se encontraba ahora. Al final, había tomado una decisión, probablemente la más difícil y la que menos gratificación iba a aportarle, pero la más sincera.

Suspiró y picó al timbre. La entrada trasera sólo la utilizaban los mozos que traían suministros al Refugio y sólo abría Marissa. Butch espió la parte superior de la puerta: Vishous todavía no había instalado las cámaras.

V otra vez…

El sonido de la puerta al abrirse, con todos sus cierres de seguridad, le dio tal susto como si le hubieran pillado robando y, cuando se encontró con el familiar rostro angelical de Marissa, estaba menos preparado que nunca.

-Hola, Butch…- ella sonrió bajando la mirada, como si no estuviera tan segura como aparentaba, y se apartó haciendo un gesto con la mano-. Pasa, por favor.

El poli cogió aire y cruzó el umbral.

OOO

La noche estaba yendo tan de pesadilla como V había temido: nada de acción. Nada con lo que evadirse de su propia piel. Sólo dos putas casas de la nobleza, cámaras que instalar y programas que poner en marcha.

Tan rutinario que le dejaba todos sus millones de neuronas libres para dar vueltas en círculos alrededor de la misma jodida cosa: el impulso de contarle la verdad a Butch.

Ahora que ya había cableado dos mansiones, no podía escaparse más de visitar el Refugio, en parte porque estaba a sólo dos manzanas de aquella casona. La conversación con Marissa de la noche anterior le había sacado tanto de quicio que sólo le había instalado el software de gestión de datos en el ordenador y el programa para las cámaras de vigilancia, pero no los aparatos. Así que tenía que volver por cojones esa noche y acabar porque, si algún ex marido celoso atacaba el Refugio por culpa de no tener sistema de vigilancia, Wrath literalmente le sacaría el hígado y se lo comería con cebolla.

Bueno, ver a Marissa sería una buena forma de cortar en seco la carrera hacia ninguna parte de su cerebro. Le recordaría de forma muy vívida de quién era el futuro del poli.

Algo así como el equivalente a una ducha fría cuando estás cachondo.

Luego podía acabar de instalar sensores en la última de las mansiones y pensar qué hacía el resto de la noche. Mientras recogía sus cosas y cruzaba el jardincillo de la casa hacia la acera, pensó en que lo habitual en él habría sido llamar a una de sus sumisas para desfogar rabia.

Pero aquel era el punto clave: a Vishous ya no le quedaba rabia. Sólo una resignada impotencia.

Suspiró, sintiendo que iba dejando un rastro de su propio yo en la acera mientras caminaba por el barrio a oscuras hacia el Refugio.

OOO

-¿Te veré pronto?- Marissa se limpió delicadamente los ojos con un pañuelo, sonriendo a pesar de las lágrimas. O, quizás, gracias a ellas.

Butch le acarició la cara con los nudillos, sonriendo también y sintiéndose como si, después de aquellas dos horas de conversación en el despacho del Refugio, hubiera encontrado el camino para salir de uno de sus laberintos y le hubieran dado un caramelo de premio. Aquello había sido lo correcto. Por fin.

-Claro, nena ¿Por qué no te llamo cuando hayamos acabado con lo de esta noche y vamos, no sé, a cenar?

Ella asintió y, cuando Butch le pasó un brazo por los hombros, atrayéndola, apoyó la cabeza en su pecho un instante. El poli tuvo la impresión de que Marissa inhalaba su olor de marcaje y de que, al hacerlo, se tranquilizaba.

Al cabo, ella separó la cabeza, mirándolo con los ojos muy abiertos.

-¿Estás seguro de que no quieres…?

-Ah-ah.- Butch negó, retirándole el pelo de la cara-. Me las arreglaré, no te preocupes por mí. Tengo que irme, sino Wrath me fundirá el móvil a llamadas. Ya son más de medianoche.- la miró un momento a los ojos y luego se inclinó, rozándole los labios con los suyos en una caricia fugaz-. Hasta luego.

-Hasta luego, Butch.- Marissa le iluminó con una sonrisa de ángel, aliviada por la despedida que él le había dado.

El irlandés se recolocó la bolsa en el hombro y echó a andar a buen paso. Tenía media hora caminando hasta cualquier barrio donde pudiera encontrar un coche o una furgoneta para robar del tipo que no diera el cante en la zona del puente, donde iba a tener lugar el encuentro con los restrictores. El aire era gélido y húmedo, presagiaba nieve.

Las cosas con Marissa estaban, por fin, donde debían estar. Oh, sí, quedaba aquel pequeño asuntillo pendiente con Vishous. Pero ahora tenía la convicción de que también saldría bien parado de aquel combate. Rió por lo bajo mientras deambulaba por las calles.

Joder, todos los hombres eran iguales, ¿verdad? La chica guapa te decía “acepto” y tú te veías haciendo la señal de la victoria en la puta cima del Everest.

OOO

-Espero no tener que pelear con esto. De verdad. Es un trasto.- Blaylock probó a moverse, agacharse y flexionar el cuerpo con el chaleco antibalas puesto.

Qhuinn lo observó de reojo mientras acababa de colocarse la pistola en el cuarto de la armería. Habían pasado dos horas jugando a billar y comiendo los sándviches que les habían preparado los doggens, la mayor parte del tiempo en silencio. Qhuinn habría querido decirle algo a Blay, algo profundo que diera respuesta a lo que sabía que tenía su amigo con él. Pero no sabía qué.

Mierda, aquella noche se sentía, como decía Bilbo Bolsón en “El Señor de los Anillos”, como mantequilla untada sobre demasiado pan. Disperso, hecho de capas finas, frágil. Quizás era por ver cómo se esforzaba John para ser un macho de valía a pesar de todo lo que arrastraba.

Él se había esforzado durante muchos años, también, para que su familia le aceptara a pesar de su defecto, con la esperanza puesta en la transición. Cuando ni eso había arreglado sus ojos, Qhuinn había entendido que no importaba cuánto se esforzara: nunca sería digno. Al contrario que John, que acabaría siendo un guerrero respetado con una hembra de valía a su lado. Qhuinn sabía que ése sería el futuro de su amigo, lo llevaba escrito en la frente aunque ni él mismo supiera leerlo.

Y Blaylock… Blay era lo contrario de él. Era culto, educado, amable y también buen guerrero. Por lo poco que sabía, se parecía al Hermano Darius. Blay también tendría un buen futuro.

Él era la única oveja negra del trío.

Normalmente lo llevaba bien. Pero a veces, como aquella noche, sentía ganas de gritar y de patear y la convicción de que se iban a meter en una jodida trampa de cepo no ayudaba. Él podía afrontar la idea de irse al otro barrio, no tenía nada que perder. Pero John y Blay no.

-Deja que te lo ate.- Qhuinn se acercó a Blay hasta que estuvo sólo a un palmo y empezó a cerrar las cinchas laterales del chaleco. Podía notar los ojos azules de su amigo clavados en él y, a su pesar, su cuerpo respondió al estímulo. Se pasó la lengua por los labios-. Oye, Blay…

Cuando levantó los ojos, los de Blaylock estaban fijos en su boca, con sus cabezas a punto de rozarse. Mierda santa… Se acercó más a él, hasta que sus chalecos se tocaron, y pasó el brazo por su cintura, en busca de las cinchas traseras. Joder si Blay no entreabrió los labios. Qhuinn pasó la tira por la hebilla y tiró de ella con tanta fuerza, inquieto, que estrelló a Blay contra su cuerpo.

Casi tenía una erección.

Mierda, los dos empezaban a estar duros. Sólo con acercarse.

Blay apoyó las manos en su pecho y Qhuinn no supo si el pelirrojo intentaba separarse o atraerle. Tampoco supo si él quería una cosa u otra. Con Blay, nunca sabía nada.

-¿Qué quieres de mí, Qhuinn?- murmuró su amigo, aún con las palmas sobre su chaleco, manteniéndolo a distancia y cerca al mismo tiempo.

¿Qué quería? Buena pregunta. Jodida buena pregunta. En aquel momento, podría decir que comerle la boca hasta tragárselo, quitarle aquella maldita armadura, empotrarlo de espaldas a la mesa metálica y follárselo allí mismo. Varias veces. Y luego pegar a Blay a su vida porque entonces estaba seguro de que la oscuridad se desvanecería.

Pero no era tan hijoputa, ¿verdad?

No, no tanto.

Qhuinn tomó aire, se pegó una sonrisa de medio lado en la cara y le dio un golpe con los nudillos a Blay en la placa delantera de su chaleco, haciendo que el otro retirara las manos.

-Quiero que te cuides.- murmuró con la voz ronca-. Que no intentes hacerte el machote. Porque ya lo eres, ¿vale? Eres… –Qhuinn carraspeó, miró los doloridos ojos de Blay y supo que tenía que salir de allí. Antes de que hiciera exactamente lo que le pedía el cuerpo y lo jodiera todo. Cogió el audífono de encima de la mesa y se giró hacia Blay. El pelirrojo había bajado la cabeza, la viva imagen de la decepción. Qhuinn le cogió la nuca con la mano derecha, empujando su mandíbula con el pulgar para obligarle a levantar la cara. La piel pecosa de Blay era suave-. No quiero que te pase nada, ¿me oyes? No lo soportaría.

Joder, Blaylock le miró como si alguien hubiera confirmado que los unicornios existían. Sonrió de oreja a oreja, mordiéndose el labio.

-Tú tampoco hagas locuras, Qhuinn.-levantó la mano para cogerle de la muñeca que apoyaba en su cuello-. Te conozco. Siempre tienes que probar que eres bueno y no hace falta. Yo lo sé. Y John también.

Cuando Blay lo atrajo hacia sí para un abrazo sentido, Qhuinn no se resistió, pero dio fervientemente las gracias por aquellos malditos chalecos.

Si hubiera podido notar el cuerpo de Blay le hubiera dado a su amigo justo lo que deseaba. Allí mismo.

OOO

Vale, cierto. Butch había buscado un vehículo que pudiera pasar desapercibido en los suburbios al lado del río donde iba a tener lugar la cita con los restrictores. Correcto. Pero, joder, aquella furgoneta de mierda que había robado, llena de grafitis en el exterior y de chinches en el interior, era de los peores sitios en los que a Butch le había tocado montar guardia. La parte de atrás era un gurruño de mantas campestres impregnadas de olor a cerveza y a sexo, que delataban que el dueño de aquel bólido prehistórico lo había usado de picadero móvil.

Y de fumadero, a juzgar por el olor a maría.

El cristal delantero tenía una raja, la espuma amarillenta asomaba por la tapicería de los asientos y los frenos maullaban como una gata en celo.

Perfecto.

Butch examinó el paisaje de mierda a su alrededor y le pareció que volvía a tener placa de Homicidios. Estaba a la orilla derecha del río Hudson, una ancha cinta oscura en una noche sin luna que olía como un enorme vertedero, por el que transitaba alguna barcaza perezosa.

El río tocaba la tierra previo paso por un terraplén arenoso salpicado, aquí y allá, de bidones con hogueras a cuyo alrededor yonkis y camellos cerraban tratos, mientras las putas se calentaban el culo y buscaban clientes. Butch distinguió a algunas parejas follando allí mismo, en el suelo. Era la versión miserable del puto concierto de Woodstock y un paisaje por el que el mismo Butch había transitado no hacía tanto.

El terraplén subía hasta una acera, donde todos los vehículos aparcados estaban en tan buen estado como el que él había robado. Butch estaba estacionado a unas tres manzanas del puente que cruzaba el Hudson, lo cual le daba un buen radio para localizar a los restrictores.

El poli se hundió un poco en el asiento y sacó los prismáticos de visión nocturna. Al resplandor verdoso distinguió el arco del puente. Bajo su sombra, como todo buen ex detective sabía, se cerraban tratos no sólo de drogas, sino de vidas. Maldito sitio habían escogido los restrictores para el intercambio.

Al otro lado de la calle se sucedían solares llenos de mierda, edificios okupados y almacenes con las ventanas tapiadas, separados por callejones que parecían las negras tripas del abismo. John Matthew tendría que dejar el Escalade en alguno de ellos. El jeep cantaría como una gota de sangre en la nieve si asomaba el morro por ahí.

Butch suspiró, bajando los prismáticos. Traer a los chicos allí no era buena idea, a pesar de lo que dijera el rey. Las posibilidades de que la cosa se torciera eran infinitas. Y, si algo se torcía en un zona como ésa, el resultado serían muertos, no tobillos rotos.

Algo húmedo cayó con suavidad sobre el parabrisas delantero de la furgoneta robada. Y otro. Y otro más.

Nieve.

Había empezado a nevar en una noche oscura como las entrañas del demonio justo en el centro de la miseria. Butch hizo rápidamente la señal de la cruz ante su cara.

Podrían llamarle supersticioso, pero tenía la sensación de que algo no iba a salir bien aquella noche.

OOO

Marissa no aprendía, estaba claro. Vishous se bajó de la escalera que había cogido del patio del Refugio –sin que nadie le viera- y a la que había estado subido durante más de media hora para instalar cámaras en la puerta trasera. Nadie lo había percibido, podría ser un ex marido con ganas de partirle los huesos a alguna hembra acogida allí dentro y nadie se habría dado cuenta. Quizás la antigua idea de Butch de habilitar un cuerpo de seguridad vampírico compuesto por civiles no era tan mala.

Joder, las ideas de Butch nunca eran malas. El poli podía no ser un maldito genio, pero era astuto.

V se pellizcó el puente de la nariz, intentando extirparse las neuronas que llevaban el nombre del poli grabado. Céntrate. Estuvo a punto de picar al timbre pero el tono con el que le había despedido Marissa la noche anterior lo detuvo. Que la jodieran si le daba un susto de muerte. Sacó una ganzúa de su juego y abrió la puerta en cuestión de segundos, colándose en el Refugio. Ahora sólo tenía que activar el programa de control de las cámaras que ya había dejado instalado en el ordenador de Marissa y comprobar que funcionaban.

Entró en el despacho de ella sin llamar y aquella vez le recompensó el sonido de una taza de porcelana estrellándose en el suelo.

-¡Dios bendito! ¡Vishous! Oh, por favor, ¿por qué no llamas a la puerta? Casi me matas de un susto…- Marissa se llevó una mano al pecho, con los ojos como pelotas azules. A sus pies se amontonaban los añicos de una taza rota y un charquito de té.

V no le hizo ni caso. Ni a ella ni a la encargada que llegó corriendo un momento después alertada por el ruido y que se lo quedó mirando como si fuera un asesino en serie. Lo único que captaron sus sentidos, y que borró al resto del mundo, fue el tenue olor que flotaba en el despacho.

El perfume de marcaje de Butch.

Caminó hasta el escritorio de ella y se dejó caer en su silla tanto porque necesitaba manipular su ordenador como porque las piernas no le sostenían.

Así que lo había conseguido. El poli había vuelto con Marissa. A tope. Todo había salido según su plan lo cual, siendo el bastardo dominante que era, debería hacerle sentir bien.

No muerto.

-Vishous, si necesitas trabajar en mi ordenador, podrías pedirme permiso, ¿no crees?

Apenas oyó, y mucho menos entendió, lo que le decía Marissa. Su mente se desconectó del resto del cuerpo, intentando minimizar el dolor, y sus dedos volaron sobre el teclado con vida propia, rutinariamente.

ButchconMarissaButchconMarissaButchconMarissa…

-Acabo de hablar con Butch.- ella se apoyó en un costado de la mesa, con los brazos cruzados.

El nombre del poli en sus labios consiguió detener las espirales de su cerebro y hacer que V volviera a conectar con la realidad.

-Felicidades.- tenía que acabar aquello y largarse. Rápido. Ya.

-Creí que te gustaría saber que lo hemos… aclarado todo.- casi podía notar a Marissa frunciendo el ceño. Delicadamente, claro. Más faltaría.

-Salto de felicidad.- V siguió con la vista fija en la jodida pantalla, intentando teclear sin respirar. Si seguía oliendo el olor de Butch en una habitación donde también estaba Marissa acabaría desquiciado.

La hembra guardó silencio un momento. El tiempo suficiente como para acabar de conectar las cámaras con el programa de control.

-Cuida de Butch, por favor.- murmuró Marissa.

Sí, claro. Haría de guardaespaldas todas las jodidas noches para que el poli pudiera volver de una pieza a la Guarida y abrazarla y follarla y ser felices y comer perdices para siempre. Por supuesto.

-Faltaría más.- V tamborileó con los dedos en la mesa mientras la última barrita de progresión de la instalación avanzaba a paso de caracol en la pantalla del PC.

-¿Hay alguna posibilidad de que podamos hablar en serio tú y yo?- Marissa suspiró, jugueteando con el tacón de su zapato en la alfombra.

Ni en ocho vidas.

En cuanto la barrita llegó al máximo y la pantalla parpadeó para mostrar lo que las cámaras de vigilancia estaban grabando, V se levantó de la silla como si tuviera una chincheta clavada. Recogió su bolsa y rodeó a Marissa sin mirarla.

-Espero que no te vuelvas a poner delante de la puerta.- masculló.

No, parecía que Marissa había aprendido aquella lección.

-No te mereces a Butch, ¿sabes? Aunque él no lo crea, es mucho mejor que tú.- murmuró con voz dolida.

Vishous se detuvo un momento. La jodida hembra…

-En eso estamos de acuerdo.- murmuró entre dientes antes de salir del despacho.

Cruzó el pasillo hasta salir por la puerta de atrás, como le correspondía. Parecía que últimamente no hacía más que salir de las vidas de los demás por la puerta trasera.

En cuanto puso un pie en la calle, algo frío y húmedo le rozó la mejilla. Se pasó los dedos por la cara para recoger un copo de nieve derretido y alzó la cabeza hacia el cielo.

Las volutas de nieve de la primera gran nevada del año en Caldwell caían en silenciosos remolinos desde un encapotado cielo negro sin luna ni estrellas.

Odiaba la nieve.

Sus primeros recuerdos eran los del frío, el helor mordiéndole las piernas desnudas, la perpetua humedad de los crudos inviernos en aquella cueva de Europa central.

La nieve le recordaba demasiado a su vida. Fría. Silenciosa.

Blanca.

La Virgen Escribana iba a enterrar las pocas cosas buenas que tenía su existencia en un paisaje de edificios blancos, árboles blancos y mujeres vestidas de blanco. Inmutable, como una condena a cadena perpetua.

Y la nieve iba a enterrar el mundo real bajo el mismo manto blanco, sofocando todo lo que era cálido para Vishous.

Definitivamente, la noche no podía ir a peor.

¿Verdad?

25 respuestas to “«Amantes redimidos», parte 1 del capítulo 6, «Esto no puede ser el final»”

  1. monika Says:

    Ay vane, como siempre excelente capitulo. Pero enserio a V ai que darle unas buenas para que entienda lo que le dice marissa, aun asi lo quiero *lagrimeando* La verdad no me esperaba que fuera Z el que hablara con el poli, pense que seria Rhage (lo deseaba) pero bueno lo importante es que lo hizo razonar. En la escena de Quinn y Blay me dejastd como la ward, con ganas de mas. La proxima actu tomala con calma, primero tu salud. Cuidate mucho. Besos a ti, a tu nena y tu marido. Hasta la proxima.

    • ¡Puñetas! Te había escrito la respuesta a tu comentario y el ORDENADOR ME LA HA BORRADO. A ver: ¿QUÉ CUERNOS HE HECHO YO EN OTRA VIDA COMO PARA MERECER QUE LOS ORDENADORES ME MALTRATEN ASÍ? *lágrimas en los ojos* Jesús, es que vaya semanita…

      En fin, dejo de autocompadecerme. Muchas gracias por pasarte tanto por aquí como por FF, hace mucha ilusión^^

      Bueno, creo que Z era el único Hermano con posibilidades reales de hacer ver las cosas a Butch tal como son. Para empezar, le han hecho demasiadas cosas en la vida como para que se vaya a impresionar porque V y el poli se hayan acostado. Y luego, su relación con Bella se parece mucho a cómo ha reaccionado V: intentando alejarla por su supuesto bien. Así que está en buena situación para hacerle ver a Butch el por qué de la reacción de Vishous. Eso sí, siempre haciendo que parezca que es por su propio egoísmo, no porque le importen los demás.

      No creo que Rhage hubiera servido para el papel. Primero, Butch sabe que es una vieja cotilla, así que nunca le habría explicado lo suyo con V. Y luego, Rhage se habría quedado balbuceando en el «oh, dios, ¿follásteis? ¿De verdad? Explícame los detalles», sin ir más allá.

      Buenoooo…. la oftalmóloga me ha prohubido PC fuera de horas de trabajo al menos hasta una prueba que tengo el día 13 peeeeeeeeeeero: escribir en el portátil DE CAMINO al trabajo puede considerarse «in itinere», ¿no? :p Además, tengo todas las escenas de la próxima parte ya definidas e incluso jugadas, así que esperono tardar dos semanas en actualizar^^

      ¡¡Muchas gracias y un besote para ti también!!!

  2. Aruel Says:

    ¡Mala pe4rsonaaaaaaaa!!! Buaaaaaaaaa!!!
    Mierrrrda., que estoyt en el bar y no puedo leerlooooo!!
    Nopoooo, porqueeee??!!!
    Como sea, esta noche me voy a quedar despierta y cuando mi tia coerre el bar (esperemos que no se queden de borraxeras, por dioss), piesno coger el portatil y LEERLO DE PE A PA!!!

    Snif, mala persiona!!
    mierda, me dicen que me largue, juuuerrrrr

    • AJAJAJAJAJAJAJJAA…. *risa sádica de Bruja Avería* Soy mala, eh, lo sé, lo sé…^^ No sabía si me daría tiempo a editar el capi, buscar las fotos y colgarlo, porque se lleva un buen rato, pero al final, sí… aunque me quedé hasta las tantas (para mí) y esta mañana ha sido un drama levantarse 😀

      ¡¡Espero que lo disfrutes!!!! Y, por Dios, intenta no asesinar a V que ya verás como se va arreglando todo (tampoco mates a Marissa, que le queda otra aparición en el fic :P)

      ¡¡¡¡Besotes y no te estreses!!!!!!

  3. Jennyvamp Says:

    Vane OMG!!!!

    Una vez mas excelente capitulo… me encanto *sonrisa amplia y brillante* Dios mujer deberias ser escritora de una vez por todas de verdad…

    Me encanto no fue tan fuerte como el capi anterior que a todas nos dejo ufff- que- calor- hace- aqui… pero fue justo como queria…

    La parte que golpeo a V y lo que le dijo ese es el Butch que queremos tanta rabia que tenia WOW!!!

    Y lo de Z… bueno que quieres que te diga expectacular!!!!!

    Pero debes cuidarte aunque ya me entraron ansia por el otro capi… aparte que todavia tengo tiempo no me han pillado los del manicomio jajajaja

    Te dejo un besazo enorme de tu fans chilena
    MUAH!!!!

    JENNYVAMP

    • ¡Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! Me alegro de que te gustara el capi aunque, tal como dices, no era tan intenso como el anterior. No podía serlo, había que dar una parte de «resituarse» antes de volver a meterles en el Inf… er, de que las cosas vuelvan a complicarse. La segunda y tercera parte serán muy intensas de nuevo, cada una a su manera (la 2 por la acción y la 3 por el choque de trenes entre V y Butch).

      ¿Te gustó Butch partiéndole la cara a V? Vas a ver más de eso. Oh, sí, ya lo creo…. Lo que V le hizo no se olvida, ni se perdona, tan fácilmente ¿He dicho que la parte 3 será de choque de trenes? 😉

      Me cuidaré, me cuidaré. Intentaré escribir sólo en el tren por las mañanas y darle reposo a los ojos por las noches. Es lo que he estado haciendo los últimos cuatro días, por eso tardé tanto en recuperarme del desastre informático.¡Pero prometo escribir rápido!!!

      ¡¡¡¡Un besote enorme para ti!!!!!!

  4. Black Says:

    Oh Dios Mio!!!!!

    Sufro con ellos lo juro mientras leía tenía el corazón en un puño,me cago en la hostia Vane escribe libros dedicate a ello que yo te los compro!!!!
    La ira, el dolor…dios se podía sentir a traves de la pantalla.
    Pero ahora te digo me estoy muriendo de ganas de saber la conversación que han tenido Butch y Marissa.Aunque por mi creo que le a exlipado sus sentimientos por Vishous y va a luchar por èl o almenos luchar por saber la verdad de todo el asunto y si es verdad su teoria ir a por V de cabeza.

    Zadist a sido la gran sorpresa!!!! A este macho ya se le quería pero ahora es la puta ostia!Se notaba que alguien tenia que ir a quitarle la venda de los ojos al poli y me parece genial que haiga sido Z.Ademas el poli necesitaba hablar con alguien y dejar salir toda la mierda.

    Dios anoche no pude leer el capitulo se me jodío el ordenador y hasta ahora que no e pillado el otro.Me e pasado toda la puñetera noche refunfuñando y cagandome en mi ordenador.

    Q y Blay…dios me matan,me matan dime que escribiras su historia porfa….¿lo haras porfavor?Nos harias inmensamente feliz a muchas.

    Espero que no tardes en colgar el próximo capitulo porque me muero de ganas de saber como va a ir.Pero claro tu sige las recomendaciones del medico y no te fuerces.
    Chica un besazo y hasta muy pronto espero!!!

    • ¡¡¡¡¡¡¡Holaaaaaaaaaaaaa!!!!! Vale, tomo nota, si alguna vez en mi vida escribo un libro, te mando uno a casa con la factura enmarcada :p

      *risita de mofetilla* La conversación entre Butch y Marissa la «oiremos» en detalle en la parte 3 de este capi, ya lo creo. Mmmmmm… *lee las suposiciones de Black* Vamos a ver, piensa en Butch como en una tuneladora, o como un toro furioso y cabezota: él VA a averiguar la verdad, VA a saber, al menos, el por qué de V. Como sea. NO se va a dejar humillar por lo que V le ha hecho y VA A TENER SU VERDAD. Porque ya se le han hinchado las pelotas y ya basta de nadar entre dos aguas y de comerse la olla y de todo.

      En cierta forma, Butch casi da más miedo que Vishous, aunque no tenga efectos especiales en la mano^^

      Yup, me alegro de creas que Z era la persona idónea para darle dos sopapos mentales a Butch, precisamente en parte porque no tiene contemplaciones a la hora de decir las cosas de forma directa y sin paños calientes. La cuestión clave era que Butch dejara de estar cegado por la (justa) rabia y PENSARA *asiente*

      *carcajada* Sí, sí, después de AR me pondré con un QHAY, aunque ya avanzo que lo actualizaré bastante más despacio que éste porque andaré más liada que la pata de un romano con mis proyectos personales. Pero no vamos a dejar a Blay así, ¿verdad? *se abraza a él, fulminando al bruto animal insensible de Qhuinn a quien, no obstante, no puede evitar querer porque, joder, es Qhuinn y quién no va a adorar a ese pedazo de imbécil sexy*

      Créeme que te entiendo con lo de que se te joda el ordenador. Mierda, es como si estuviera planeando alguna conjura contra los humanos. Sólo hay dos soluciones: o paciencia (si la tienes) o un hachazo en la pantalla =.= A mí lo de borrarme capis ya me lo ha hecho varias veces…

      *suspiro* La verdad es que no puedo forzarme a escribir en todos los minutos libres que tengo porque, al parecer debo tener el nervio óptico inflamado. Eso es lo que me tienen que mirar a mediados de julio. Pero haré lo posible por escribir rápido en el tren por las mañanas :DD Al final va a ser verdad que leer y escribir es un mal vicio y que tendría que darme, no sé, al Tequila con Malibú o alguna mierda así^^

      ¡¡¡¡¡Muchas gracias y sí, espero que hasta bastante pronto!!!!!!!

  5. Como siempre excelente genesis para el capitulo. Y me pregunto así como quien no quiere nada…como aguantas estos dos? Como puedes tener esos tan jodidamente testarudos metidos en tu cabeza?
    Que en verdad me dan ganas de patearlos por tontos ¬¬ *levanta la barbilla altiva ante las miradas asesinas de dichos vampiros tontos*.
    Simplemete amé (es que no hay palabra mejor para describirlo *.*) que haya sido Z el que ayude a Butch, a diferencia de las demás no tenia ni idea de quien seria ideal para hacer ese trabajo. Pero me iluminaste y acertaste de lleno escojiendo alguien que lo entendia a fondo, tanto a Vishous así como a Butch. Zsadist ha lanzado un «sutil» llamarada de luz sobre todo el asunto pero muy a su manera jajaja.
    Bueno pues nada que como siempre soy enternamente tu fan *:*

    • ¡¡Holaaaa!!! Perdón a todas por no contestar hasta hoy, pero estoy siendo una niña buena y haciendo «bondad ocular» =.= O sea, que desde el viernes al mediodía que no he tocado el ordenador *se sube por las paredes a bocados*

      Dicho esto, ¿cómo aguanto a estos dos? Masoquismo. Puro y duro, V me lo debe haber contagiado^^ En realidad, me da más problemas Butch que Vishous. Con Butch, hay veces que tengo pensado que una escena vaya en un sentido y el personaje se empeña en que no sea así =.=

      Jejejeje, sí, Z hace las cosas a su manera: soterrada, disimulada y sin que parezca que es buen tío, porque tiene una reputación que mantener. Me alegro de que creas que era el ideal para darle dos patadas en las neuronas a Butch :DD

      Ya he empezado a escribir la siguiente parte *con chaleco de camuflaje, casco y metida en una trinchera, por si acaso zumban balas perdidas*

      ¡¡¡Muchas gracias, un besote y disculpa el retraso al contestar!!!!

  6. pakea Says:

    Hola, uff, sabia que lo habías subido y solo he podido leerlo por encima en el curro, ahora lo leeré con calma, pero me ha parecido genial, necesitabamos tomar un poco de perspectiva y aclarar ideas, despues de los anteriores capitulos. Me encanta que haya sido Z el encargado, ahora solo falta que V escuche…pero primero un poco de acción, ¡¡¡estupendo!!!, voy a ir preparando los chalecos antibalas y cogiendo posiciones para estar preparada *con los ojos brillantes y cargando el subfusil*.

    Y sobre todo CUIDATE MUCHO, besitos

    • *cargando la recortada mientras se asoma desde una esquina estratégica para ser testigo del fuego cruzado ¡¡¡Yeeeeeeeeeeeeeeeeeep, que me hacen la raya del medio!!!!!* ^^

      ¡¡¡HOlaaaaaaaaaaaaaaa!!!!! Pues sí, ésa que dices era la idea de esta parte: resituarnos todos un poco después de los cañonazos emocionales de la parte anterior, e intentar aclararle un poco las ideas a Butch o, al menos, conseguir que suelte menos babas de rabia.

      ¿V escuchar? *se rasca la barbilla* Bueno, no sé yo… Creo que Butch va a tener que echar mano a armas especiales, algo así como la «PERsuasión» *señala el puño derecho de Butch* y la «Razón» *señala el puño izquierdo* 😀

      ¡¡¡Mucha acción, sí señora, que estos vampiros se ganen el sueldo!!!!^^ ¡¡Miuchas gracias y sigo haciendo bondad para no forzar mucho la vista, a mi pesar!!!!!!

  7. holaaaa..Veo que vas superando estas semanas tan horrososas. A seguir los consejos del medico.. aunque a nosotras nos de un arrechucho de impaciencia.. tu tomatelo con calma….¿vale?…
    No comente nada de los capitulos anteriores por problemas con el adsl…¡¡por dios parece que la tecnologia se ha puesto de huelga!!!!!…Pero todo tiene su punto bueno… me he leido todos los capis seguidos y ¡¡¡ufffff!!!…cierro la boca y limpio las babas… FANTASTICOS todos.. y el penultimo ..**creo que tengo que comprar yaa un aire acondicionado, ** demasiado calor!!!, fue un viaje alucinante desde la angustia..a la felicidad. ummmm…calor, mucho calor….y chopppp…jarro de agua fria que digo, cubos de hieloo.
    Antes de empezar a leer este último me tome un respiro… porque ..me entraron unas ganas de dar un tortazo a V. Así que cuando empece a ver como se lo tomaba Buch.. me dije ¡¡este es mi chico!!.. jajaj..le dio el tortazo que yo tenia ganas. Mucy buena la intervencion de Z…este vapi no tiene pelos en la lengua, creo que es el unico que le podia remover a Butch los palos del sombrajo que se estaba montanto mentalmente.
    Estooo… dicen que el amor es ciegooo.. pero creo que en el caso de V tambien te vuelve sordo ¿no?..porque coon las frasecitas que le lanza Masisosa no reaciona.. ¡¡por dios!!.. hay que hacer una colecta para comprarle un sonotone..
    Bueno.bueno.. buenoo..*mira para todos lados y baja la voz****. veo que nadie a dicho nada pero a mi me ha saltado una alarmita …¿que es eso de los mareos de Butch…por que ¿no me digas que se ha quedado embarazado ¿no????..jajajajaja….No me huele nada bien.. no..no…
    Creo que me he enrollado muchisimoo.. asi que ya lo dejo…. Cuidate mucho… que nos tienes que durar….jajajaj**con cara de loca** a esperar… a esperar… Besos..

    • ¡Holaaaaaaaaaaaa!!!! Ya hago bondad, ya…. Desde el viernes a mediodía sin tocar el PC, por amor de Dios… ¿Es que no hay compasión en este mundo cruel? *levanta el puño al cielo, en plan Escarlata O’Hara* ¿A ti también te ha jodido la informática? Yo creo que se está preparando algo gordo, las máquinas nos arrebatarán el control… *modo conspiracional*

      *risita* Um, sí, el penúltimo capi fue de aire acondicionado a tope… la tercera parte de este sexto capi también lo será… aunque con bastante más rabia y mala leche, eso sí^^ ¿Vishous necesita un sonotone? *risita* Más bien diría que está intentando autoconvencerse de que lo suyo no tiene futuro, resignarse, y por eso se le pasan por alto las pistas en sentido contrario. Pero ya se encargará Butch de sacudirle las neuronas… y otras cosas…

      ¡¡¡SÍ SEÑORA, AHÍ LE HAS DADO!!!!! *palmada encima de la mesa* 10.000 puntos. Creo que has sido de las pocas que se ha fijado en el pequeño problemilla de Butch con sus mareos… *carcajada de las buenas* No, no está embarazado^^ Por Dios, qué imagen mental acabo de trener.. Sabremos más de ese «problemilla» en la tercera parte y, sobre todo, en el capi 7 (el último).

      ¡¡¡No, no te has enrollado muchísimo, no te preocupes!!!! Ya estoy manos a la obra con la parte 2, a ver cómo va progresando… ;p

      ¡¡¡¡¡Muchas gracias y un beso!!!!

  8. Llevaba tantos días consultando tu página que cuando al abrir ayer vi que ya estaba colgado el capítulo, me puse hasta nerviosa.No pude esperar a estar tranquila para leerlo, en el salón, con la tele y mis hijas dando guerra…
    Me ha encantado, no comprendo que una relación tan real y que les está costando tanto dolor se pueda ir al traste por nada, ni por nadie.
    Me ha sorprendido y encantado Z, la verdad es que con V ha sido mi favorito desde el principio(se ve que me van las causas difíciles), me gusta como le va haciendo ver a B lo absurdo de sus teorias , y sobre todo me gustan las ganas que él tiene de creer que lo que sienten(los dos) es AMOR.

    Gracias por ésta historia,yo la considero una novela (con todas las letras) de hecho la estoy imprimiendo por que me encanta leer y releer muchas veces los capitulos, en un momento bastante malo y gris de mi vida los libros(entre ellos el tuyo) me están devolviendo algo de pasión por la vida.

    Por último y no menos importante te comento que acabé de leer LOVER MINE y me ha gustado también un montón, necesito que la relación de Blay y Quinn empiece a rodar ya, ¡me tiene harta Quinn que ni come ni deja comer!, en fin todo se andará, o al menos eso espero.

    Cuídate mucho y mil besos de ésta super fan…..chao chao.

    • ¡¡¡Holaaaaa!!! Uy, cómo entiendo esa situación: tú desesperada por querer leer/ver cualquier cosa en el ordenador y tú hija/as venga a «Mami, mami, quiero esto» (entiéndase ESTO por cualquier cosa trivial para la cual el padre no sirve, tiene que ser la mami) *suspiro de empatía*

      Um, sí, después de Vishous, Z es uno de mis favoritos, básicamente porque son dos de los personajes mejor construidos (en mi opinión, claro). A mí también me van los casos difíciles, especialemnte los que te pueden salir con algún giro que no esperas (y no siempre agradable). Le dan más realismo.

      ¡Bien por ti y por haberte acabado Lover mine! 😀 Ya podemos destripar el libro y todas sus frases^^ Estás con Qhuinn y Blay como estamos todas: mordiéndonos las uñas y aguantándonos las ganas de darle una paliza que flipas. En realidad, al final del libro, Qhuinn «deja comer»: se despide de Blay justo después de que éste se haya acostado con Saxto. QUe acabarán juntos está claro, pero me gustaría saber si a la Ward le dejarán hacer una novela con ellos como protas y sin censura, que aún está por ver.

      A mí me pasa igual que a ti: cuando tengo una época jodida en la vida, por lo que sea, lo que me reflota son las historias: libros, juegos de rol, series… lo que sea que me permita huir un poco de mi piel y ponerme en los zapatos de otro durante un rato. Supongo que por eso precisamente la humanidad necesidad que haya personas que escriban historias, para darnos vías de escape.

      ¡¡¡¡Muchas gracias y cuídate tú también, que los hijos nos pueden matar de estrés!!!!

  9. Nirvanah Says:

    Hola Vane! Chapeau! como siempre. Esta vez, antes de hacer mi aportación lo he leído 3 veces, y he de asegurarte que en las 3 lecturas he encontrado algo que la anterior se me había escapado, así entre líneas… mola!
    Entiendo a Butch, entiendo a Vishous, siempre tan retorcido.. lo que me extraña un poco es que el poli no se haya mosqueado con la reacción de V, cuando la vez anterior que estuvieron juntos, también reaccionó de una manera similar, echándolo de su cama, pero Butch esperó a que saliera de la ducha para hablarlo… tenía la esperanza de que después del «momento» el poli recapacitara y se diera cuenta que era «más de lo mismo», aunque supongo que un encuentro tan intenso no te deja la mente muy clara jejeje, así que sigo con el estómago en un puño… acabaré teniendo úlcera!! Pobrets que manera de sufrir!!
    No me esperaba a Z hablando con Butch, pero luego de leerlo me has abierto los ojos, evidentemente no podía ser otro, son los más parecidos, por algo son mis machos preferidos!! (siempre preferí a Zadist por encima de todos, hasta que leí el libro de Vishous… y con AR ya ni te cuento, mi balanza está definitivamente ladeada con V… ainsssss *suspiro, sofoco, inhalación, expiración*)
    El tema Marissa, y que conste que no es una hembra que me llame mucho la atención, pero he de reconocer que es valiente… en su caso, teniendo a V en una habitación a solas, después de saber lo que se supone que le haya contado Butch (sea lo que sea) no sé si sacaría el tema sin arriesgarme a tener «un momento V»….. no sé si me explico….
    Por otra parte, no confío mucho en un tête à tête por parte de la Ward para Qhuinn y Blay, pues me extrañó mucho que en «Amante mío» la primera vez que Blay estuvo con un hombre, cerrara la puerta y todo quedara dentro de la habitación, sin darnos una mísera pista… no la veo preparada en ese sentido, así que aunque sea actualizando de tanto en tanto esperaré tu fic para éste par jijijiji ^^
    Espero el siguiente capítulo para ver a los restrictores en acción tal como nos has preparado con todo el arsenal… pero sinceramente, espero con más desesperación el choque entre Vishous/Butch….
    Y creo que ya está… si en una 4ª lectura encuentro algo que se me ha escapado… (que lerda sería xDDDDD)
    Kisses para ti y tu family, y me alegro que tus migrañas hayan mejorado, ahora a cuidarse la vista! A mi, tardes lo que tardes en actualizar me tienes de lectora incondicional, así que…..

    • ¡¡Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! Lo has dicho muy bien: Butch se tragó la mentira de V porque V le pilló en un momento totalmente vulnerable y muy susceptible a los comentarios *tosecilla* Una cosa es analizar el comportamiento de V simplemente cuando se está discutiendo y otra cuando has enviado al cuerno 38 años de vida hetero, te acabas de acostar con tu mejor amigo, acabas de descubrir que le quieres y, además, TÚ has estado abajo. Demasiado lío como para que Butch viera detrás de los actos de V. Pero está en camino…

      Sí, creo que Z es quien más podía entender a V en esta situación. En otras no, los dos son demasiado distintos (en realidad, Z es muy frágil por dentro y, en cambio, V es duro y frío). Pero en este contexto, dado lo similar de la relación de Z con Bella, sí que pensé que era el más adecuado para charlar con el poli.

      Oh, bueno, Marissa es valiente. Aunque no nos caiga bien, hay que admitir que en los libros evolucinó hasta una mujer capaz de enviar a la mierda a su hermano y a la glymera entera, así que valor no le falta. Y, en realidad, sabe que V no le haría daño.

      En cuanto a QHAY, a ver, la Ward ya dijo que no narró la escena Blay-Saxton por su política de no dar muchos detalles cuando el héroe se lía con alguien que no será su pareja definitiva. Y realmente ha sido así en todos los casos de los demás hermanos. Ahora, si hablamos de si será capaz de escribir la relación Qhuinn-Blay con el nivel de «grafismo» de las heteros… yo creo que la pregunta es si le dejarán.

      Ella parece que tiene su historia en mente y, claro, hay sexo. Pero las lectoras de novela romántica, en general, buscan sexo hombre-mujer, no gay. O pueden tolerar una historia gay siempre y cuando no sea entre dos protas o no se den muchos detalles. Y la Ward escribe para una editorial que, como todas, aspira a vender libros *se encoge de hombros* Así que esto va a ser encaje de bolillos entre lo que la autora ve y lo que la editorial está dispuesta a publicar en base a análisis de mercado sobre los gustos de un número de lectoras que pudiera hacer rentable la publicación.

      `La ventaja que tienen los fics es que no te los tiene que comprar nadie ^^; Así que puedes escribir lo que te venga en gana con el nivel de detalles que te salga de las narices *sonrisa de oreja a oreja:p

      Ajajaja, sí, yo también tengo ganas de escribir el choque -a TODOS los niveles- de V y Butch, pero primero les vamos a hacer sudar la camiseta un poco, ¿no te parece? *guiña un ojo, resguardándose de los ballestazos*

      Mis migrañas están casi desaparecidas, aunque para ello he tenido que apagar el PC y dejar los libros durante más tiempo del que aconseja mi salud mental, grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr…. ¡¡¡Pero ya estoy escribiendo la parte 2 y prometo darme el máximo garbo posible!!!!! ¡¡¡Besotes!!!

  10. Ummmmmmmm … a proposito de lo que decis sobre el nivel grafico de las relaciones que escribe la Ward..En todos los foros he leido la misma cantilela…¡nada de detalles sino es con su HEA!!. PEROOO……., no es por llevar la contraria.jiji ¡¡que me encanta!!…no estoy de acuedo, no…no *con cara de marisavidilla**.
    Creo recordar…que el primer y segundo encuentro entre Rhevenge y la princesa sympad (o como se escriba)…. fue… muy … pero muy gráfico… de hecho creo que más de una..(no me incluyo.. por diosss… ajajajajaja) estaba esperando la cara que pondria Elhena con la «pua», ya sabeis el artilujillo ese que hacia su aparición en los momentos estelares…***risita sofocada…**.
    Asi de pronto tambien recuerdo otro momento, que si bien no es tan gráfico da alas a la imaginacion… en Lover Mine… Quin tras la cortina en la sala de tatuajes con la recepcionista… vamos…. que mucho … mucho más gráfico que ruidos tras una puerta cerrada..
    Creo incluso que alguna escena de V con alguna sumisa es más explicito que la escena de Blay-Saxton.
    Sigo pensando que el tira a floja de Q-B va a seguir por bastante más tiempo. Me da la sensación que ni ella misma sabe por donde salir del entuerto en el que se ha metido… jajajajaj…
    Veremos como lo hace,.. pero desde luego.. si como he leido que ha dicho recientemente, el libro de Q_B seria solo de ellos y fuera de la Hermandad por mi parte dejare de tenerla entre mis autoras favoritas..Como dicen en mi tierra ¡¡sino te quieres mojar no te tires al rio!!.
    Por diosss.. me he vuelto muy charlatana..yo que soy la mar de timida…. jajajaj… Besos a todas/os….

    ¿He creado polemica??????**** risa de loca***. … Ciaooo
    B

    • Ooooooohhh, pues tienes toda la razón. No me acordaba yo de esas escenas kinkys subidas de tono entre Revh y la princesa… bastante gráfica, a pesar de no ser su felices para siempre. Y lo de Qhuinn y la tía tras la cortina también está bastante detalladito, sí… *se rasca la nariz*

      La verdad es que yo no necesitaba que me describieran lo de Blay y Saxton. No sé, lo veía como una relación mezcla de «sí, me apetece tener sexo» y «estoy con él porque no puedo estar con Qhuinn». Bastante triste, así que casi me hicieron un favor sin describirla.

      Creo que si la Ward es capaz de escribir escenas hetero gráficas, también lo es de escribir slash. Digo yo, porque la cosa es lo mismo con variaciones «logísticas», así que si es buena escritora pues no creo que le resulte un problema. Creo que el problema principal es si la dejarán o no.

      Supongo que esa posibilidad (que NO ESTÁ CONFIRMADA, sólo es algo más que se baraja) de escribir un libro sólo de Qhuinn y Blay a parte de la Hermandad es lo que ofrece la editorial para poder contar esa historia con sexo explícito sin «contaminar» lo que es una serie de novela romántica hombre-mujer. No creo que sea el deseo principal de la autora.

      Pero son suposiciones mías. Si por mí fuera: QHUAY bien explícito, como las otras parejas, y dentro de la saga porque son personajes nacidos de ese mundo y, el que no sepa aceptar que el mundo es diverso (por tanto, los libros que pretenden reflejar un mundo también han de serlo), pues que se lo haga mirar. Pero también es verdad que hay muchísimas lectoras que, aunque apoyan el QHAY, se sentirían incómodas con sexo e´xplícito.

      Creo que la Ward se ha metido en un buen lío y que, entre otras cosas, justamente por eso no hizo progresar más a V/Butch. Si ahora que ya está consolidada como escritora tiene estos marrones para sacar adelante una historia, imagínate cuando escribió el libro de Butch, que no era tan conocida.

      PD: ¿Alguien más se quedó con ganas de más detalles gráficos sobre el «aguijón» estratégico de Revhenge o soy la única morbosa por aquí? :DDD

  11. Sandy Says:

    Siento la tardanza, lo siento, lo siento, lo siento *me arrodillo y suplico perdón* Y también siento que mi comentario no sea todo lo largo que debe ser pero no tengo tiempo. No he leido los comentarios ni tus respuestas porque repito que estoy hasta arriba de cosas *Carga el arma y lo acerca poco a poco a su sien* asi que si me repito…lo sientooooo. El capi para ser sincera me ha puesto de los nervios. Bucth se a dado cuenta de las cosas y por fin a actuado como tenía que ser y me hubiese encantado leer como le dice a Marissa «quiero a Vishous, le quiero a él» me hubiesen hecho los ojos chirivitas pero bueno. Y le hecho de que Vishous haya malinterpretado a Marissa todavía me pone más nerviosa. COMUNICACIÓN, tiene que existir COMUNICACIÓN!!! jajaja

    Siento mucho esta birria de comentario. Espero tener más tiempo en la próxima parte del capitulo y que sea pronto que estos días espero tener horas libres *manda al cielo una plegaria*

    Un besazo!!

    • ¡¡Hola!!!!! primero, no es una birria de comentario. Bastante afortunada me siento por que os toméis la moletia de escribirme, cada uno hace lo que puede/quiere/le sale de las narices. Gracias por lo que querráis comentarme *forcejea para sacarte la pistola de la sien, sopesando apuntarse ella misma* ¡¡¡Bienvenida al club «Tenemos que acabarlo todo antes de agosto porque el mundo se acaba y no existe septiembre» *gruñe*

      ¡¡Ah, sí Comunicación!!! Eso es lo que les falta a estos dos, ¿verdad? Tendrán de eso en la parte 3 de este capi pero, claro, teniendo en cuenta cómo son, no esperéis una tranquila charla sentados en un sofá cerveza en mano. Nononono.

      La conversación Butch-Marissa la tendréis bien detallada, en plan «Flashback», en la parte 3 de este capi^^ Y creo que te harán chiribitas los ojos, sí (espero) 😀

      Estoy escribiendo la parte 3 a muy buen ritmo (para el tiempo que puedo dedicarle, claro) . Espero poder colgar el lunes por la noche.

      ¡¡¡Muchas gracias y un besote!!!! ¡¡¡Y ánimo, coge energías que luego llegarán las vacaciones!!!!!

  12. magola Says:

    holaaaaa a todas , hoy me han dado el alta en el hospital, me han operado de urgencias, de una fístula y un asceso. que su misión en la vida era darme por c….., literalmente. al final el cirujano ha dado buena cuenta de ellos. enfin que tras increibles dolores y ahora un postoperatorio más calmado(espero, porfavor señor.), aquí estoy de vuelta.
    vaneee… que gran estratega se ha perdido el ejercito, para beneficio nuestro jeje. vaya ideas que les das a los restrictores. eres mala ,muyyyy malaaa..pobrecita la hermandad como tu lideraras a los lessers ja jaa-..
    porfa, porfa, no te cambies de bando sigue con nosotras.( cara de perrito tristón).
    bien me ha gustado el capi , bastante,has definido muy bien las situaciones, todo es creible y coherente a mi modesto entender.
    me imaginaba que iba a ser Z el que hablara con B, es lógico por sus vivencias,y porque no se escandaliza por nada.
    y la escena en el despacho genniiiaaalll.. esa cruzada de pensamientos , la hermandad con cara de… pero que coño pasa aquiiii?. y el tremendo puñetazo y las crueles palabras de B a V. (que se lo tiene bien merecido, aunque me duela).
    la escena de V y marissa…. aayyy, es que cuando uno se obsceca en algo, ya no ve, ni oye, ni naa de naaa..sino V se hubiera mosqueaillo un poco , con las palabrejas de la susodicha. aayyy los celos, que son muy malos!.
    conclusión que me ha encantao el capi, y que me he quedao, con ganas de más como siempre. mis sinceras felicitaciones y un beso enoorrrmmeeeee.

    POSDATA: bien , nos encanta como escribes, que nos tienes a todas esperando por tus escritos,no es ningún secreto. pero sobre todo lo que importa es tu salud ocular. cuidaté mucho y haz caso de los cosejos médicos. que nosotras iremos al cardiólogo para que nuestro corazón aguante je je.., hasta pronto.

    • ¡Niñaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! Joder, hoy estaba respondiendo los últimos comments que he recibido y yo buscando porque recordaba haber leído que una de vosotras había salido del hospital y no encontraba tu comment ^^;

      ¿Cómo estás? Espero que bien porque menuda PUTADA lo tuyo. A una amiga mía le pasó lo mismo, justo cuando estaba embarazada. Madre mía, qué mal lo pasó, así que imagino levemente lo jodida que habrás estado. Espero que la recuperación vaya bien y que hayan hecho limpio del todo. Mi salud ocular no es nada al lado de eso, hija, la que tienes que cuidarte eres tú.

      Bueno, en cuanto al fic, espero que tu corazón aguante hasta el lunes por la noche 😀 que es cuando preveo colgar la parte 2 si los Hados no se me giran en contra. Tiros y más tiros *risita* ¡¡No, no soy buena estratega, créeme!!! Sólo que he jugado muchos años a rol y algo se pega. Además mi marido, que sí es un crack de la estrategia, siempre me echa una manita 😉

      Pero siempre he pensado que, si la Ward llevara a los lesser como un enemigo serio en una guerra de verdad, ya no quedarían vampiros. Lo que pasa es los usa de excusa para decir que los hermanos son guerreros. Forman parte del decorado, no actúan de verdad. ¿Y el armamento de los Hermanos? Por Dios, si Wrath llevaba una CADENA. *ojos en blanco*

      ¡¡¡Sigo escribiendo y tú sigue recuperándote, vale?!!!! ¡¡Muchos besotes, flores, y un póster de V y Butch en pelotas a tamaño natural para ti (espero que tu habitación sea grande)!!!!

  13. magola Says:

    gracias por las flores, huelen muy bien jeje.., las pongo en agua ahora mismo que con la que está cayendo(le doy marcha al ventilador, uuff). me guardo los besotes en mi cajón de las cosas especiales.
    vooooyyy todo lo deprisa que puedo con mi dolorido trasero, a por una escalera para colgar este pedazo de megaposter que me has mandao, ay señor V y B al natural, esto si es terapia y lo demás es cuento. gracias vaneeeee… un abrazo, buen finde , hasta el lunes. (magola con ojos de cordero degollao, mirando el poster, y los colmillos perforando el suelo).
    pdta: espero poder reaccionar para el lunes. vamos niños bajar del poster y daros un paseito por mi cam… digo por mi casa jeje..aiiiinnnsssss!. te quiero vane.

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